Pesimismo en Canc¨²n
EE UU y los pa¨ªses emergentes podr¨ªan llevar a la Cumbre del Clima a un nuevo fracaso
Las perspectivas con que se abre la Cumbre del Clima de Canc¨²n (M¨¦xico) son deprimentes. Tras el fracaso en Copenhague, el pasado a?o, todos los indicios apuntan a una conclusi¨®n similar. Algunos de los pa¨ªses emergentes m¨¢s importantes por poblaci¨®n, volumen bruto de emisiones y previsiones de crecimiento se sit¨²an contra un acuerdo vinculante que sustituya al protocolo de Kioto. Pero la raz¨®n de que no se avance no es otra que la falta de voluntad de EE UU para someterse a cualquier limitaci¨®n. Y, en este caso, su defensa no es sencilla.
EE UU es el principal emisor del mundo per c¨¢pita o por unidad de producto bruto, con una econom¨ªa muy intensiva en energ¨ªa y una generaci¨®n de electricidad que sigue bas¨¢ndose esencialmente en el carb¨®n (nada menos que la mitad de toda la electricidad producida en dicho pa¨ªs procede del carb¨®n, el m¨¢s contaminante de los combustibles f¨®siles). Si ya fue dif¨ªcil llegar a un acuerdo con mayor¨ªas dem¨®cratas en el Congreso y en el Senado norteamericanos, es razonable pensar que m¨¢s lo ser¨¢ ahora que esta mayor¨ªa ha cambiado a favor del partido republicano, reticente a cualquier limitaci¨®n que pueda tener efectos sobre su econom¨ªa y poco proclive a las consideraciones medioambientales; de hecho est¨¢ aumentando el n¨²mero de esc¨¦pticos sobre el cambio clim¨¢tico en EE UU.
Es probable que la discusi¨®n se dirija hacia la ampliaci¨®n del protocolo de Montreal, que ha tenido ¨¦xito en la eliminaci¨®n de los compuestos CFC que da?an la capa de ozono, y tambi¨¦n hacia la inclusi¨®n, entre las sustancias a eliminar, de los compuestos HFC, que los han sustituido y que son tambi¨¦n gases de efecto invernadero. Pero lo crucial en la prevenci¨®n del cambio clim¨¢tico radica en que nuestro suministro energ¨¦tico depende casi absolutamente de los combustibles f¨®siles y que la combusti¨®n de estos genera unos 30.000 millones de toneladas de CO2 al a?o, alterando progresivamente la composici¨®n de nuestra atm¨®sfera.
Ser¨ªa inaceptable desviar la atenci¨®n de la necesidad de modificar los patrones de comportamiento energ¨¦tico, industrial e incluso dom¨¦stico, que es el ¨²nico remedio eficaz aunque, desde luego, de enorme dificultad. De ah¨ª que no pueda abordarse por los pa¨ªses de forma individual y sea necesario un acuerdo global que, por desgracia, no parece que se vaya a alcanzar en Canc¨²n.
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