La amenaza de la sobreexplotaci¨®n
'La pesadilla de Darwin' o el expolio de los recursos naturales de ?frica
La gigantesca sombra de un avi¨®n planea sobre las tranquilas aguas del lago Victoria. Solo el ruido ensordecedor de los motores rompe la quietud del mayor lago tropical del mundo mientras los pescadores locales faenan. Persiguen a la perca del Nilo, nexo improbable entre ese id¨ªlico paraje y el Primer Mundo. Hasta 50 toneladas por avi¨®n salen rumbo al mercado europeo y asi¨¢tico que la vender¨¢n como mero, falso mero, a precios asequibles. As¨ª comienza La pesadilla de Darwin, dirigido por Hubert Sauper y premio del cine europeo al mejor documental en 2004 que retrata sin concesiones el expolio de ese recurso natural en el coraz¨®n de ?frica y el desastre ecol¨®gico y social que conlleva. Y lo hace a trav¨¦s de la mirada de sus protagonistas: una poblaci¨®n local desnutrida, florecientes empresarios, pilotos europeos y prostitutas tanzanas en busca de su parte del negocio.
El filme de Huber Sauper gan¨® el premio al mejor documental europeo
Pero la perca del Nilo no siempre estuvo ah¨ª, es una intrusa voraz que ha acabado con la diversidad del lago. Fue introducida en los a?os cincuenta, en un experimento atribuido a un funcionario de pesca colonial. Antes de la entrada de la perca hab¨ªa m¨¢s de 300 especies end¨¦micas de c¨ªclidos -unos pececillos que viven de desechos y algas, fundamentales para mantenerlo limpio-, pero la perca ha eliminado a m¨¢s de 210. Se ha roto el equilibrio. Hoy las algas se acumulan y descomponen y crece la anoxia en el agua.
"La introducci¨®n de especies ex¨®ticas es un grav¨ªsimo riesgo para un ecosistema, sobre todo si la especie no tiene competidores, es decir, si es carn¨ªvora. La situaci¨®n es especialmente grave si se trata de un sistema cerrado, como es un lago", enfatiza Ferr¨¢n Garc¨ªa, coordinador de la campa?a No te comas el mundo, que en 2006 analiz¨® el caso del lago Victoria en el estudio La deuda asociada a la perca del Nilo.
Europa es uno de los principales consumidores de perca del Nilo, en 2003 las importaciones se situaban en los 45 millones de kilogramos, seg¨²n datos de la FAO, y Barcelona es una de las principales v¨ªas de entrada, seg¨²n el estudio citado, con dos millones de kilogramos comercializados en 2004 en Mercabarna. Sin embargo, Garc¨ªa apunta que en 2009 la comercializaci¨®n se ha reducido a la mitad. La raz¨®n no es en absoluto tranquilizadora: ha empezado a importarse panga de origen vietnamita. "Es un pescado parecido y la situaci¨®n es similar en cuanto a condiciones de producci¨®n y salarios miserables. Entre la perca y la panga suman esos dos millones", explica.
La sobreexplotaci¨®n es hoy uno de los principales problemas de los mares. Miguel Ortega, coordinador en Espa?a de la campa?a Ocean 2012, dedicada a cuestiones de pol¨ªtica pesquera en la UE, da la dimensi¨®n de su alcance: "En estos momentos estamos en una situaci¨®n de sobrecaptura a nivel global. Las especies no tienen tiempo de reproducirse porque el nivel de captura es superior, y entonces se va en busca de otras especies a otras partes del mundo y a otras profundidades, donde tambi¨¦n se agotan".
En las aguas europeas, un 14% de las especies que podemos encontrar en las pescader¨ªas est¨¢n bajo emergencia, lo que significa que los cient¨ªficos han aconsejado que se dejen de pescar; un 59%, entre el que se encuentra el at¨²n rojo, est¨¢ bajo el m¨ªnimo de seguridad biol¨®gica, que implica la necesidad de un plan de recuperaci¨®n, y el 72% supera el m¨¢ximo rendimiento sostenible, explica el experto aludiendo a datos del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino.
Espa?a es muy dependiente de las importaciones en materia de pesca. Seg¨²n el estudio Fish dependence 2010 de New Economics Foundation, que calcula el grado de autosuficiencia, del pescado que se consume en Espa?a, solo el 33% procede de aguas espa?olas; en el caso de la UE, solo la mitad.
Lo m¨¢s dram¨¢tico en el caso del lago Victoria es que, mientras abastece a los supermercados del primer mundo, la poblaci¨®n aut¨®ctona -casi 30 millones de personas habitan en las inmediaciones, seg¨²n datos de la Unesco de 2008- est¨¢ desnutrida. Una vez comercializada, la perca del Nilo resulta demasiado cara para una poblaci¨®n que vive con menos de un euro al d¨ªa por persona. El propietario de una de esas plantas de procesado afirma, sin embargo, en el documental que Mwanza, la principal ciudad del lago, produce un m¨ªnimo de 500 toneladas de perca diarias.
Para los africanos queda lo que no se llevan los aviones: las cabezas de cuerpos con el esqueleto a la vista. En una de las escenas m¨¢s impactantes del filme, unos ni?os descalzos juegan con esos despojos que arrastran en un cami¨®n de juguete tirado por una cuerda, a imitaci¨®n a los camiones de transporte real que faenan por la ciudad.
Pero hay algo a¨²n m¨¢s siniestro. Pilotos, oficiales de vuelo... insisten ante la c¨¢mara de Sauper en que los aviones llegan "vac¨ªos" de Europa. Sin embargo, el periodista de investigaci¨®n Richard Mgamba apunta que esos vuelos se relacionan con el tr¨¢fico de armas destinadas al Congo, Libia y Sud¨¢n, entre otros.
Tal vez tenga la clave de lo que ocurre un profesor nativo convertido en pescador: "Es la ley de la selva. Sobreviven los m¨¢s fuertes, que se quedan con los recursos. Quiz¨¢ sean los europeos, que tienen el FMI, el Banco Mundial y el comercio internacional".
La pesadilla de Darwin, ma?ana por 2,95 euros al comprar EL PA?S.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.