"?ramos como la Motown del flamenco"
Figura imprescindible de las nuevas m¨²sicas en Espa?a, inmenso disquero y productor, muri¨® ayer en su casa tras una valiente lucha contra el c¨¢ncer. Hace dos semanas concedi¨® a EL PA?S esta entrevista, en la que repasa toda su vida
![Diego A. Manrique](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F67ef2981-331f-4734-adf5-28b3ce8ed8cb.png?auth=a2ed4f323016de36aeabfc80ebe7add73020c5048ed7e852d23d2eda15f96a91&width=100&height=100&smart=true)
Mario Pacheco, legendario disquero y fot¨®grafo, falleci¨® ayer en su casa madrile?a, tras una tenaz lucha contra el c¨¢ncer. Indispensable empresario cultural del posfranquismo, su entusiasmo hizo posible la existencia de grandes m¨²sicas espa?olas y la difusi¨®n de exquisitos cat¨¢logos for¨¢neos.
El nombre de Mario Pacheco, nacido en Madrid en 1950, est¨¢ identificado con Nuevos Medios, discogr¨¢fica que impuls¨® la renovaci¨®n est¨¦tica del flamenco y su hibridaci¨®n con el jazz o la m¨²sica africana. Pero solo era un cap¨ªtulo de una intensa trayectoria vital. Perteneciente a una estirpe de profesionales del cine, sali¨® rebelde. Se instal¨® en Londres y, "con credenciales de otra persona", sobrevivi¨® como fot¨®grafo. En el festival de Wight de 1970 consigui¨® una de sus im¨¢genes favoritas: "Llevaba un carrete y una Rolleiflex, nada adecuada para un foso lleno de gente. Iban pasando Moody Blues, Jethro Tull y muchos m¨¢s; yo esper¨¦ y pill¨¦ a Jimi Hendrix en una pose perfecta".
"Nos qued¨¢bamos en la barra de los tablaos porque no ten¨ªamos dinero"
"Financias giras y v¨ªdeos... si no funciona, te devora cualquier tibur¨®n"
De vuelta en Espa?a, gravit¨® hacia el Mediterr¨¢neo, donde florec¨ªa la contracultura. "En las Baleares hab¨ªa mayor grado de libertad, gracias al turismo. En Formentera hice mi primera producci¨®n, Jo, la dona i el gripau, de Pau Riba, grabado con un magnet¨®fono Nagra". Y termin¨® revolucionando Edigsa, compa?¨ªa barcelonesa que ejerc¨ªa de basti¨®n musical del catalanismo: "Tras la muerte de Franco, les convenc¨ª de que necesitaban ampliar su oferta".
Ech¨® las redes y pesc¨® desde la diva egipcia Om Kalsoum al sello colombiano Fuentes. Su encanto personal le permiti¨® romper barreras: "Buscando a Joy Division, fui hasta Manchester. En la estaci¨®n me esperaba Tony Wilson, fundador de Factory. Ignoraban todo sobre Espa?a, ten¨ªan a la Durutti Column y ni siquiera sab¨ªan qui¨¦n era Buenaventura Durruti, pero nos entendimos". Aprendi¨® tambi¨¦n la tolerancia ante algunas excentricidades: "En Londres sonaba mucho un toaster jamaicano, Dr. Alimantado. Pretend¨ªa editarlo y cada d¨ªa me citaba un representante suyo, desde un rasta a alguien vestido como un banquero de la City. Pero todos eran la misma persona, el propio Dr. Alimantado, que quer¨ªa ponerme a prueba. Al final, fuimos a su casa y firmamos".
La relaci¨®n con Edigsa se quebr¨® cuando se negaron a publicar la banda sonora de Canciones para despu¨¦s de una guerra, "por incluir el Cara al sol". Sali¨® en CBS y Mario busc¨® una nueva plataforma. "David Mir¨® puso dinero y consigui¨® que su abuelo, Joan, nos dibujara el logotipo de Nuevos Medios. David manten¨ªa una actitud genial respecto a la necesidad de generar arte para enriquecer al pa¨ªs. Estaban despegando las independientes y abrimos en pleno centro de Madrid, adem¨¢s con el respaldo de distribuir sellos como Hannibal, Factory, Cherry Red, ECM o Rough Trade".
Aunque lo esencial era producir. "Ten¨ªa algo de embriagador, no s¨¦, como un galerista que se encontrara con el joven Picasso. Gente de veintitantos a?os que derraman talento y t¨² piensas 's¨ª, adelante', con los mejores estudios, portadas cuidadas, m¨¢xima libertad. Coincidimos con la movida y grabamos maravillosos discos de La Mode y Golpes Bajos. Pero nuestro coraz¨®n estaba en el flamenco. Hablo en plural ya que mi mujer, Cucha Salazar, era la locomotora de todo el proyecto".
Un mundo inicialmente inaccesible. "Cucha era muy sociable y me llevaba a los tablaos madrile?os, que entonces contaban con fant¨¢sticos cantaores, tocaores y bailaores. Como no ten¨ªamos dinero, nos qued¨¢bamos en la barra, esperando pasar desapercibidos". Se col¨® finalmente como fot¨®grafo, autor de portadas para Camar¨®n y Morente. Adem¨¢s, el guitarrista Pepe Habichuela le habl¨® de su hijo (Josemi Carmona) y sus sobrinos Antonio Carmona y El Camborio, que estaban "inventando cositas" con Sorderita. Era Ketama.
Treinta a?os despu¨¦s, Mario rechazaba ponerse medallas por el nuevo flamenco: "Ricardo Pach¨®n ya hab¨ªa grabado a Pata Negra para Polygram. Lo gordo fue explicar el fen¨®meno a un p¨²blico payo, urbano, culto. Era sencillo: gitanos j¨®venes que escuchaban a Prince. Yo dec¨ªa que ¨¦ramos la Motown del flamenco: los Carmona y sus amigos constitu¨ªan la mejor base r¨ªtmica; luego, los discos pod¨ªan salir como Ketama, La Barber¨ªa, Ray Heredia o Aurora. Algo m¨¢gico: con palmas, caj¨®n y guitarra, aquello ya sonaba".
Un gran hallazgo, aunque encontr¨® gran oposici¨®n. Para la historia queda la frase despectiva de un mandam¨¢s de la radio espa?ola, al ver que Camar¨®n y Ketama actuaban en una embajada musical en el Palladium neoyorquino: "Esto parece Casa Patas". Sin embargo, en el extranjero se entendi¨® bien: los discos aparecieron hasta en Asia. "En Londres, a trav¨¦s de Lucy Dur¨¢n, Ketama se junt¨® con el maliense Toumani Diabat¨¦ y salieron los dos vol¨²menes de Shongai, con un impacto formidable. Aunque en Espa?a no pas¨® nada: all¨ª estaba el Vente pa' Madrid, que luego ser¨ªa un pelotazo. Quiero pensar que la f¨®rmula inspir¨® a Nick Gold (Buena Vista Social Club) o Fernando Trueba (L¨¢grimas negras)".
Nuevos Medios consigui¨® ¨¦xitos menores pero nunca pudo explotar cabalmente sus descubrimientos. Durante a?os, Mario rechazaba atar a los artistas con contratos de larga duraci¨®n y algunos saltaron a multinacionales a la primera oportunidad. Aseguraba entenderlo: "Seg¨²n ascienden, necesitan m¨¢s inversiones. Suele ser el Waterloo de las independientes: financias giras y v¨ªdeos; si no funcionan, entras en n¨²meros rojos y te devora cualquier tibur¨®n. As¨ª ha ocurrido hist¨®ricamente, aqu¨ª y fuera. Lo pasamos mal cuando nos implicamos demasiado con la reaparici¨®n de Golpes Bajos".
Nuevos Medios tambi¨¦n grab¨® abundante jazz espa?ol: "Los Carles Benavent, Amarg¨®s, Jorge Pardo y compa?¨ªa eran c¨®mplices habituales de los flamencos. Tal como somos aqu¨ª, no est¨¢n reconocidos. Cuando Quincy Jones mont¨® la retrospectiva de Miles Davis, en Montreux, llam¨® a Benavent para tocar el bajo".
La desaparici¨®n de Pacheco llega en medio del Apocalipsis para la industria musical. Con todo, Mario se negaba a dejar de confeccionar discos primorosos. Amaba especialmente los que retrataban una ¨¦poca, a partir de figuras de fuerte representatividad: son memorables las antolog¨ªas de Bola de Nieve, Chabuca Granda o Miguel Matamoros. No ha podido ver fabricado su ¨²ltimo proyecto, La Habana era una fiesta, testimonio de la presencia de la m¨²sica espa?ola en la Cuba de Batista.
![Mario Pacheco, fundador de la discogr¨¢fica Nuevos Medios, en una imagen de 2008.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2KPUTUJUPJ5VK3XEJNXWJO3K3Y.jpg?auth=9a0530adbd40fdc3b598bd491399c7ccef2d1065fac7b4a459ff00db86ba9315&width=414)
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