Corea del Norte amenaza con una guerra abierta

Corea del Norte asegur¨® ayer que los ejercicios navales de cuatro d¨ªas que tienen previsto celebrar Estados Unidos y Corea del Sur en el mar Amarillo a partir del domingo han puesto "la pen¨ªnsula coreana al borde de la guerra". La ret¨®rica no es nueva, pero situada en el contexto de alta tensi¨®n que vive la zona como consecuencia del ataque llevado a cabo por Pyongyang el martes pasado sobre una peque?a isla surcoreana, en el que murieron cuatro personas y decenas de casas resultaron destrozadas, adquiere una nueva dimensi¨®n.

"La situaci¨®n en la pen¨ªnsula coreana est¨¢ acerc¨¢ndose al estallido de guerra, debido al plan insensato de esos elementos de gatillo f¨¢cil de llevar a cabo ejercicios de guerra, dirigidos contra el Norte", dijo KCNA, la agencia oficial de Pyongyang. "[Corea del Norte] est¨¢ preparada para dar una lluvia de fuego espantoso y volar el baluarte de los enemigos si estos se atreven a usurpar de nuevo la dignidad y la soberan¨ªa de Corea del Norte en lo m¨¢s m¨ªnimo".

Pyongyang acusa a Se¨²l de haber desencadenado el bombardeo del martes, porque antes de iniciar el fuego de artiller¨ªa sobre la isla de Yeonpyeong hab¨ªa pedido al Ej¨¦rcito surcoreano que detuviera los ejercicios de tiro que estaba llevando a cabo en direcci¨®n al mar, a lo que el Sur se neg¨®. Corea del Norte no reconoce la frontera mar¨ªtima trazada por Naciones Unidas en 1953, tras el fin de la guerra de Corea, y considera que las aguas alrededor de Yeonpyeong son su territorio.

Los pocos civiles que quedaban ayer a¨²n en la isla -con una poblaci¨®n habitual de 1.600 personas- se vieron obligados de nuevo a correr hacia los refugios a¨¦reos, despu¨¦s de que se oyeran detonaciones procedentes de Corea del Norte, cuya costa se encuentra a solo 11 kil¨®metros. Ning¨²n proyectil cay¨®, sin embargo, sobre Yeonpyeong.

Los ejercicios navales de Estados Unidos y Corea del Sur, en los cuales participa el portaaviones de propulsi¨®n nuclear USS George Washington, no han sentado bien tampoco en China, que ayer elev¨® un grado el tono de su cr¨ªtica y exigi¨® que se mantengan alejados de sus costas. "Nos oponemos a cualquier acto militar unilateral realizado en la zona econ¨®mica exclusiva de China sin aprobaci¨®n", dijo el Ministerio de Exteriores, en referencia a la franja mar¨ªtima que se extiende hasta 200 millas n¨¢uticas (370 kil¨®metros) desde la costa. En esta zona, un pa¨ªs tiene derechos especiales de exploraci¨®n y gesti¨®n de recursos. Algunas ¨¢reas al sur de Yeonpyeong caen dentro de esta zona, aunque se desconoce la localizaci¨®n exacta de los ejercicios navales. Las aguas territoriales de un pa¨ªs se extienden hasta 12 millas n¨¢uticas desde la costa. A partir de ah¨ª, comienzan las aguas internacionales.

El ataque ha tenido un alto coste pol¨ªtico para el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, quien ha sido criticado por la lentitud y la tibieza de la respuesta al bombardeo. Se¨²l ha actuado con una gran contenci¨®n, al igual que hizo en marzo pasado cuando una corbeta surcoreana fue hundida, provocando la muerte de 46 marineros, seg¨²n Se¨²l por un torpedo norcoreano. Pyongyang ha negado cualquier implicaci¨®n.

Lee ha sido tachado, tambi¨¦n ahora, de blando. Especialmente, porque, despu¨¦s de que la investigaci¨®n llevada a cabo sobre el hundimiento de la corbeta revelara que hab¨ªa sido hundida por un torpedo norcoreano, Se¨²l prometi¨® que contestar¨ªa contundentemente si se produc¨ªa un nuevo ataque. Algo que no ha ocurrido.

Lee tiene sus razones. Quiere prevenir una escalada incontrolable del conflicto, que podr¨ªa tener un serio impacto en la decimocuarta econom¨ªa del mundo, ahuyentar a los inversores y desencadenar una guerra de imprevisibles consecuencias. Ayer nombr¨® ministro de Defensa a Kim Kwan-jin, de 61 a?os, antiguo jefe de la junta de Estado Mayor surcoreana, en sustituci¨®n de Kim Tae-young, quien dimiti¨® el jueves por las cr¨ªticas sobre la falta de preparaci¨®n y la debilidad de la respuesta al bombardeo.