M¨¦xico: un Ej¨¦rcito dividido incapaz de vencer a los narcos
Los cables expresan la frustraci¨®n de EE UU por las rivalidades internas en las Fuerzas Armadas y la corrupci¨®n "generalizada"
Estados Unidos desconf¨ªa de la capacidad de M¨¦xico para luchar eficazmente contra el narcotr¨¢fico debido a la rivalidad entre los cuerpos de seguridad, la "generalizada" corrupci¨®n oficial y la incapacidad manifiesta del Ej¨¦rcito para reunir pruebas que incriminen a sus detenidos. Seg¨²n se desprende de varios documentos elaborados por la Embajada norteamericana en M¨¦xico a los que ha tenido acceso EL PA?S, "el ¨¦xito de un organismo se ve como el fracaso de otro" y "solo el 2% de los detenidos en Ciudad Ju¨¢rez ha sido responsabilizado de un crimen". La Embajada de EE UU, que reconoce el compromiso "sin precedentes" del Gobierno de Felipe Calder¨®n en la lucha contra el narcotr¨¢fico, pone sin embargo de manifiesto en varios de sus informes la nula preparaci¨®n del Ej¨¦rcito: "Es lento y tiene aversi¨®n al riesgo".
Las instituciones de seguridad "ven el ¨¦xito de un organismo como el fracaso de otro"
"Solo el 2% de los detenidos en Ciudad Ju¨¢rez es llevado a juicio", dice un telegrama
Las reiteradas cr¨ªticas al Ej¨¦rcito contrastan, no obstante, con los elogios que la embajada dedica a la Marina, especialmente tras la operaci¨®n que condujo a la captura y muerte del capo Arturo Beltr¨¢n Leyva (ABL). Un informe escrito por el propio embajador Carlos Pascual el 17 de diciembre de 2009, solo un d¨ªa despu¨¦s de la ca¨ªda del narcotraficante, asegura que la operaci¨®n fue posible gracias a la informaci¨®n proporcionada por la legaci¨®n de Estados Unidos sobre la ubicaci¨®n del capo: "Los servicios jur¨ªdicos de la embajada dicen que la operaci¨®n de arresto cuyo objetivo era ABL comenz¨® alrededor de una semana antes de su muerte. El lunes, los servicios de inteligencia de la embajada situaron a Arturo Beltr¨¢n Leyva en un edificio de apartamentos localizado en Cuernavaca, alrededor de una hora al sur de la ciudad de M¨¦xico, donde Arturo Beltr¨¢n Leyva estaba escondido. SEMAR inici¨® una operaci¨®n de arresto el mi¨¦rcoles por la tarde, rodeando el complejo de apartamentos y estableciendo un per¨ªmetro de seguridad. Las fuerzas de ABL abrieron fuego contra los operativos del SEMAR y se produjo un intenso tiroteo que hiri¨® a tres marines y posiblemente mat¨® a uno". El "posiblemente" se debe a que el embajador Pascual redact¨® el informe dirigido a Washington apenas unas horas despu¨¦s de los hechos. El resultado final fue el siguiente: los marines mexicanos abatieron a cinco de los sicarios que lo acompa?aban; uno m¨¢s, seg¨²n la versi¨®n oficial, se suicid¨® al verse acorralado. Y, efectivamente, un infante de Marina muri¨® en la operaci¨®n (varios d¨ªas despu¨¦s, tras publicarse su nombre en la prensa, la madre, la t¨ªa y dos hermanos del militar fueron asesinados en se?al de venganza).
Ya en su informe redactado pocas horas despu¨¦s del tiroteo, el embajador Pascual re¨²ne tres de los argumentos que constituyen una constante en sus despachos hacia Washington: la fiabilidad de la Marina, la torpeza del Ej¨¦rcito y la omnipresencia de EE UU en las cuestiones de seguridad de su vecino del sur. Este ¨²ltimo asunto tiene gran importancia en M¨¦xico, un pa¨ªs hist¨®ricamente muy celoso de su soberan¨ªa. Sobre la diferencia de actitud entre la Marina (SEMAR) y el Ej¨¦rcito (SEDENA) merece la pena destacar el siguiente p¨¢rrafo del despacho: "La unidad del SEMAR [que abati¨® al capo Beltr¨¢n Leyva] fue entrenada extensamente por el Comando Norte hace varios a?os. La exitosa operaci¨®n (...) pone de relieve su emergente papel en la lucha contra el narcotr¨¢fico. SEMAR est¨¢ bien entrenado, bien equipado y ha mostrado su capacidad para responder con rapidez a las acciones de inteligencia. Su ¨¦xito pone a la SEDENA en la dif¨ªcil posici¨®n de explicar por qu¨¦ han sido reacios a actuar de manera inteligente y dirigir la operaci¨®n contra objetivos de alto nivel. Nuestros servicios transmitieron la informaci¨®n originalmente al SEDENA, que se neg¨® a actuar con rapidez y reflej¨® una aversi¨®n al riesgo que ha costado a la instituci¨®n una victoria principal contra el narcotr¨¢fico".
El informe, que el embajador Pascual remite a todos los consulados de M¨¦xico y a instituciones tan relevantes como los comandos Norte y Sur o los Departamentos de Justicia y del Tesoro, tambi¨¦n alude al titular de la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica (SSP) de M¨¦xico, Genaro Garc¨ªa Luna: "Tambi¨¦n puede ser considerado un perdedor (...). Garc¨ªa Luna ya ha dicho en privado que la operaci¨®n deber¨ªa haber sido suya".
La descoordinaci¨®n entre cuerpos tambi¨¦n est¨¢ presente en otro documento, elaborado el 29 de enero de este a?o: "Terminamos 2009 con un compromiso sin precedentes del Gobierno mexicano para trabajar estrechamente con nosotros (...)". Y m¨¢s adelante: "Calder¨®n ha atacado agresivamente a las organizaciones de tr¨¢fico de drogas, pero ha luchado con la descoordinaci¨®n de los servicios de seguridad, con ratios de violencia en espiral que le han hecho vulnerable a las cr¨ªticas de que su estrategia anticrimen ha fracasado (...). Las instituciones de seguridad de M¨¦xico est¨¢n a menudo presas de una competici¨®n de suma cero en la que un ¨¦xito de un organismo se ve como el fracaso del otro. La informaci¨®n se guarda celosamente y las operaciones conjuntas son casi desconocidas. La corrupci¨®n oficial es generalizada (...). Las ratios de acusaci¨®n de delitos son tristes: el 2% de los detenidos son llevados a juicio, solo el 2% de los detenidos en Ciudad Ju¨¢rez han sido responsabilizados de un crimen".
La peor parte de las cr¨ªticas de Estados Unidos se la lleva de nuevo la Secretar¨ªa de la Defensa Nacional (SEDENA) o lo que es lo mismo, el Ej¨¦rcito. Otro despacho diplom¨¢tico deja constancia: "El fracaso en la reducci¨®n de la violencia ha centrado la atenci¨®n en lo que se entiende como un fracaso de los militares y ha significado un paso importante para cambiar totalmente el mando en Ciudad Ju¨¢rez en enero del Ej¨¦rcito a la Polic¨ªa Federal. Los militares no estaban preparados para patrullar las calles o imponer la ley. No tienen la autoridad para recoger pruebas y presentarlas ante la judicatura. Resultado: las detenciones se disparan pero las acusaciones se mantienen invariables y tanto los militares como los ciudadanos est¨¢n cada vez m¨¢s frustrados. El cambio de mando en Ciudad Ju¨¢rez ha sido visto por la clase pol¨ªtica y el p¨²blico como un repudio presidencial al Ej¨¦rcito".
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