Tutankam¨®n renace en Internet
La Red acoge miles de documentos de Howard Carter sobre el hallazgo de la tumba
"Poseer¨¦ mi cuerpo para siempre, pues no me corromper¨¦, no me descompondr¨¦, no me pudrir¨¦, no me agusanar¨¦". El Conjuro 154 del Libro de los Muertos expresa la obsesi¨®n de los antiguos egipcios por pervivir en el Otro Mundo y escapar a la destrucci¨®n y el olvido. ?Imaginaba Tutankam¨®n que volver¨ªa a la vida con todo su equipaje en un universo tan extra?o como el de Internet? Probablemente no. El siglo XXI ha salido al encuentro del XIV antes de Cristo en una iniciativa digna del m¨¢s emocionante thriller arqueol¨®gico, y el joven fara¨®n dorado y el equipamiento completo de su tumba, minuciosamente descrito y comentado por su descubridor, est¨¢n al alcance inmediato de toda la humanidad mediante un simple clic.
Se tard¨® 10 a?os en vaciar el sepulcro, y 15 en digitalizar sus documentos
El Griffith Institute de Oxford, que conserva las notas, fotograf¨ªas y diarios de excavaci¨®n de Howard Carter, ha culminado la creaci¨®n de una extraordinaria base de datos (http://www.griffith.ox.ac.uk/gri/4tut.html) con las fotograf¨ªas y las fichas del arque¨®logo de los 5.398 objetos de la tumba de Tutankam¨®n. De la c¨¦lebre m¨¢scara de oro al m¨¢s humilde y min¨²sculo colgante, trocito de vidrio o de lino. El amante de la egiptolog¨ªa o simplemente de la historia accede a ese tesoro de informaci¨®n con dedos temblorosos: es teclear y las "cosas maravillosas" aparecen ante tus ojos en las fotos originales de Harry Burton, el fot¨®grafo de Carter, acompa?adas de las fichas con su descripci¨®n y situaci¨®n en la tumba ?escritas de pu?o y letra del propio descubridor! (con su transcripci¨®n).
La web se denomina Tutankhamun: anatomy of an excavation y la persona que la ha concebido y dise?ado es el prestigioso egipt¨®logo checo Jaromir Malek (Pribyslav, 1943), conservador de los archivos del Griffith. Malek ha estado esta semana en Madrid con motivo de la exposici¨®n de copias de los tesoros de Tutankam¨®n que se exhibe hasta el 16 de enero en la Casa de Campo. El egipt¨®logo explica que el proyecto de poner al fara¨®n y su ajuar en la red arranca de la constataci¨®n de que hoy, 88 a?os despu¨¦s del hallazgo de la tumba en 1922, apenas el 30% del contenido de esta ha sido estudiado cient¨ªficamente. "Al ritmo actual, har¨¢n falta m¨¢s de cien a?os para completar el trabajo que empez¨® Carter", deplora Malek. "Es el gran fracaso de la egiptolog¨ªa".
?Qu¨¦ ha pasado? "Bueno, el vaciado e inventariado de la tumba, que adem¨¢s estaba extraordinariamente llena, fue un proceso laborios¨ªsimo, que consumi¨® las energ¨ªas de Howard Carter. Fue un trabajo minucioso, exhaustivo, mod¨¦lico, pero caus¨® un gran estr¨¦s a Carter -m¨¢s a¨²n por las tensiones pol¨ªticas-, que no pudo acometer la publicaci¨®n cient¨ªfica de la excavaci¨®n. Los objetos de la tumba han sido fotografiados, mostrados en exposiciones e infinidad de cat¨¢logos, libros y revistas, pero muy poco estudiados cient¨ªficamente. Incluso piezas tan ic¨®nicas como la m¨¢scara de oro adolecen de una falta de an¨¢lisis en profundidad". Malek subraya que ha habido una sorprendente par¨¢lisis de los estudiosos a la hora de abordar ese ingente material y se?ala que su consulta en la red es una oportunidad para avanzar en la investigaci¨®n.
En el tesoro de Tutankam¨®n duerme, pues, otro tesoro: de conocimiento. "As¨ª es, y cuando todo el material haya sido estudiado, su contribuci¨®n al conocimiento del Antiguo Egipto radicar¨¢ en la tecnolog¨ªa: entenderemos mejor c¨®mo hac¨ªan las cosas los egipcios".
Las fotos, las fichas, los mapas y diagramas de Carter, las notas de los trabajos de conservaci¨®n y restauraci¨®n efectuados en las piezas, todo eso ahora ya a disposici¨®n de todo el mundo ha de servir para incentivar el estudio. "Carter tard¨® diez a?os en vaciar la tumba, nosotros hemos tardado 15 en volcarla en Internet".
Malek est¨¢ en una posici¨®n privilegiada para comentar el reciente anuncio de la devoluci¨®n a Egipto de 19 piezas de la tumba de Tutankam¨®n que pose¨ªa el Metropolitan Museum de Nueva York. "En realidad no podemos estar seguros de que esos objetos sean de la tumba. No todas las piezas que tienen relaci¨®n con Tutankam¨®n proceden de all¨ª. Si el MET quiere devolverlos, perfecto, es su decisi¨®n, pero igual podr¨ªa devolver todas sus colecciones". Malek se muestra escurridizo al preguntarle sobre las cosas que Carter y Lord Carnarvon escamotearon de la tumba, aunque admite el hecho. "No apruebo, pero entiendo que Carter quisiera quedarse algo, no una obra maestra, s¨ª un recuerdo, un memento de la excavaci¨®n. S¨¦ positivamente de una pieza sacada de la tumba que ya ha sido devuelta: un ushebti, una figurita funeraria. Se la dio Carter a una persona que trabajaba con ¨¦l".
Sobre la personalidad de Carter, Malek sospecha que muy probablemente era homosexual y menciona una foto en la que se le ve inusualmente feliz con un joven. Esa inclinaci¨®n contribuir¨ªa, en aquella ¨¦poca, a convertirlo en una persona a¨²n m¨¢s hosca. "Su falta de estudios y su procedencia humilde le hac¨ªan sentirse siempre cuestionado y ofendido". Carter -aunque "sin duda dif¨ªcil", a?ade Malek- era un hombre de mucho talento, de enorme intuici¨®n, y un trabajador incansable. "Todos hubi¨¦ramos tirado la toalla ante las dificultades que ¨¦l afront¨®. Si hubiera sido un tipo f¨¢cil y amable no hubiera descubierto la tumba de Tutankam¨®n ni habr¨ªa acabado de excavarla".
Babelia
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