Corea del Norte: alerta roja

Son como una plaga que se extiende sin remedio y de consecuencias imprevisibles. El r¨¦gimen m¨¢s herm¨¦tico de la Tierra, conocedor del peligro que supone tolerar nada que venga de fuera, mantiene una lucha sin cuartel contra ellos desde su aparici¨®n hace ya dos d¨¦cadas, pero el floreciente contrabando y el creciente hast¨ªo de la poblaci¨®n por la cerraz¨®n del Gobierno ha roto las defensas del feudo de Kim Jong-il. No se trata ni de virus ni de insurgentes, ni siquiera de los archienemigos soldados estadounidenses, sino tan solo de tel¨¦fonos m¨®viles. Pero en el b¨²nker de Corea del Norte, los m¨®viles son grietas que amenazan con romper la inmunidad del aislamiento, ya que por ellos la poblaci¨®n comienza a saber lo que existe m¨¢s all¨¢ de las fronteras que, como muros infranqueables, la separan del exterior. En un desconocido ejercicio de transparencia, o tal vez de orgullo en tiempos de crisis, la compa?¨ªa norcoreana Koryolink -de la que la egipcia Orascom Telecom es propietaria en un 75%- anunci¨® que en el tercer trimestre de 2010 el n¨²mero de abonados ha crecido un 63% hasta los 301.199 m¨®viles operativos.

LA SUCESI?N SE ANUNCI?: "EL LUCERO DEL ALBA VENUS EMITI? UN BRILLO INUSUAL SOBRE EL LAGO DEL CR?TER DEL MONTE PAEKTU"

LOS NORCOREANOS PARECEN ZOMBIES EN UN MUNDO IRREAL. POR LAS CALLES NO HAY COCHES, BICICLIETAS NI VIANDANTES

LA MEGALOMAN?A DE KIM IL-SUNG ACAB? CON EL "MILAGRO DE COREA". NO HAY PROTESTAS, NI OPOSICI?N CONTRA SUS DIRIGENTES

SEG?N LA CIA, EL GASTO MILITAR CONSUME EL 33% DEL PIB DEL PA?S. SEG?N LA ONU, CINCO MILLONES DE HABITANTES SUFRIR?N HAMBRE

Tambores de guerra suenan estos d¨ªas en el mar Amarillo para acallar, dicen los expertos, el resquebrajamiento de una frontera que separa dos mundos, como hizo el muro de Berl¨ªn hasta su desmoronamiento en 1989. El incidente del 23 de noviembre en la isla de Yeonpyeong, cuya soberan¨ªa surcoreana no reconoce el Norte y en donde los dos vecinos se enzarzaron a ca?onazos, revela hasta qu¨¦ punto la situaci¨®n exterior de Corea del Norte es inestable. Se¨²l, que realizaba unos ejercicios militares en la zona, acus¨® a Pyongyang de disparar primero. Pyongyang lo neg¨® y acus¨® a Se¨²l. El enfrentamiento caus¨® la muerte de dos civiles y dos soldados surcoreanos, adem¨¢s de una veintena de heridos.

En el interior no pinta mejor. La dram¨¢tica situaci¨®n econ¨®mica y el malestar desatado a finales del a?o pasado, cuando el Gobierno decidi¨® revaluar la moneda en un fracasado intento por frenar el creciente mercado negro, se encuentran detr¨¢s del ansia de la poblaci¨®n por abrirse una ventana hacia otros mundos. La aparici¨®n de turistas en las calles de Pyongyang, aunque en un n¨²mero reducido y seleccionado, tambi¨¦n impulsa la curiosidad de quienes hasta ahora hab¨ªan aceptado las patra?as del r¨¦gimen sobre que viven en un "para¨ªso".

"Aunque sent¨ª que no dejaba nada detr¨¢s, lo arriesgu¨¦ todo para llegar aqu¨ª", declar¨® con l¨¢grimas en los ojos Park Cheol-hwan, la mujer de 41 a?os que tuvo el dudoso honor de convertirse al llegar a Corea del Sur, a mediados de noviembre, en la refugiada norcoreana n¨²mero 20.000 desde el final de la guerra (1950-1953) que confirm¨® la divisi¨®n de la pen¨ªnsula coreana. Seg¨²n el Ministerio surcoreano para la Unificaci¨®n, la llegada de refugiados se ha disparado desde 1999. Hasta entonces, solo mil se hab¨ªan aventurado a cruzar China -la frontera entre el Norte y el Sur es casi infranqueable por estar repleta de minas, armamento y militares que la convierten en el enclave m¨¢s vigilado del mundo-. Pero en estos tres ¨²ltimos a?os, el flujo de refugiados se ha multiplicado y en 2009 se alcanz¨® la cifra r¨¦cord de 2.927.

Empujan la huida la hambruna sufrida a mediados de la d¨¦cada de los noventa, que caus¨® la muerte de cientos de miles de personas; la constataci¨®n diaria de que la debacle econ¨®mica no cede, y el contrabando de m¨®viles, aparatos de DVD y pel¨ªculas que muestran la vida en Corea del Sur. Las fugas, sin embargo, siguen siendo moderadas, en parte porque son pocos los que conservan algo de lucidez en medio del sistema orwelliano en que han nacido y crecido. Les retiene tambi¨¦n el hecho de saber que sus familiares y amigos ser¨¢n castigados por el r¨¦gimen y que si la polic¨ªa china los captura, ser¨¢n devueltos a la jaula de la que salieron y se enfrentar¨¢n a males mayores...

Los 24 millones de habitantes de Corea del Norte parecen zombies en un mundo irreal. Hay autopistas construidas hace d¨¦cadas por las que no circula casi ning¨²n coche porque hace tiempo que la gasolina desapareci¨® del mercado y amplias avenidas por las que apenas marchan viandantes. Ni tan siquiera corren bicicletas, porque en los tiempos de la abundancia fueron desprestigiadas por Kim Il-sung, el fundador de la Rep¨²blica, nombrado Presidente Eterno tras su s¨²bita muerte en 1994.

Esa abundancia, que lleg¨® a llamarse el "milagro de Corea", fue tal vez lo m¨¢s real que le ocurri¨® al pa¨ªs. Despu¨¦s de la espectacular reconstrucci¨®n emprendida tras la guerra, a principios de la d¨¦cada de los setenta, el nivel de vida de Corea del Norte doblaba al de sus vecinos del Sur y era mucho m¨¢s alto que el espa?ol. Dur¨® poco. La megaloman¨ªa de Kim Il-sung lo ech¨® todo por tierra: la deuda contra¨ªda con pa¨ªses como Suecia se dispar¨®, el Gobierno no pag¨® y se convirti¨® en un paria internacional. A partir de entonces, la ca¨ªda ha sido libre. Sin embargo, a diferencia del resto del mundo, en Corea del Norte no hay protestas, ni oposici¨®n, ni ira contra sus dirigentes. Hablar con norcoreanos -no importa que sean de Pyongyang o de Kaesong, ingenieros o campesinos, pol¨ªticos y obreros- es como escuchar un disco que repite la misma canci¨®n.

En las noches de Pyongyang, una ciudad de m¨¢s de tres millones de habitantes, las ¨²nicas luces son las de las estrellas. Lo ¨²nico que funciona son un par de hoteles de decr¨¦pito lujo, con casinos y karaokes para entretener a los hombres de negocios chinos. El r¨¦gimen no ha dejado despegar la iniciativa privada nacida a la sombra de las reformas que han convertido a China en la segunda potencia econ¨®mica del mundo, pero hay peque?os restaurantes privados que permiten a los visitantes disfrutar de la comida nacional.

Imbuidos de la "autodependencia" que proclama la llamada idea Juche -la filosof¨ªa nacional, inventada por Kim Il-sung, que ha logrado adue?arse de las mentes de los norcoreanos-, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n vive aislada de un mundo que considera "hostil" y lleno de enemigos que pretenden "invadir el pa¨ªs y acabar con su paradisiaca" forma de vida. Las gentes lloran de emoci¨®n si de pronto el Querido L¨ªder aparece en una celebraci¨®n y las parejas conf¨ªan su futura felicidad conyugal al Presidente Eterno, colocando el ramo de flores de la novia a los pies de las enormes estatuas de Kim Il-sung que se repiten en todas las ciudades, barrios y edificios gubernamentales.

Nada revela que la nueva era que se abre con la sucesi¨®n en la ¨²nica dinast¨ªa comunista del planeta vaya a cambiar las cosas. "El lucero del alba Venus emiti¨® un brillo inusual sobre el lago surgido en el cr¨¢ter del sagrado monte Paektu", asegur¨® a primeros del pasado enero la agencia oficial de noticias norcoreana, KCNA. "Brindemos por el infinito brillante futuro" de Corea, a?ad¨ªa el?diario del Partido de los Trabajadores, Rodong Sinmun. El mensaje, casi en clave, fue captado por algunos de los m¨¢s avezados observadores surcoreanos que siguen el devenir del vecino pa¨ªs. Fueron los primeros que apuntaron hacia la sucesi¨®n del llamado Querido L¨ªder Kim Jong-il, de 68 a?os, por su tercer hijo, Kim Jong-un, a quien, seg¨²n los expertos en "lenguaje de s¨ªmbolos norcoreano", se identificaba con Venus.

Dos meses despu¨¦s se produjo el hundimiento, cerca de la frontera mar¨ªtima en disputa en el mar Amarillo, de la corbeta surcoreana Cheonan, en el que perdieron la vida sus 46 marineros. Una investigaci¨®n posterior, a la que no fueron invitados ni Corea del Norte ni China -su m¨¢s firme aliado-, determin¨® que la causa fue un torpedo disparado por Pyongyang, aunque este lo niega. Algunos halcones de Washington interpretaron el ataque como parte de la necesidad del r¨¦gimen de "reforzar la unidad interior" con vistas al traspaso de poderes y a la transici¨®n abierta en agosto de 2008 tras el supuesto derrame cerebral sufrido por Kim Jong-il. El dirigente, que desapareci¨® de la escena p¨²blica durante un largo periodo, reapareci¨® en abril de 2009 siendo apenas la sombra de s¨ª mismo. Su deterioro f¨ªsico era tan evidente como el del pa¨ªs.

Frente al zarpazo de la enfermedad de su l¨ªder, el r¨¦gimen se encerr¨® a¨²n m¨¢s en s¨ª mismo y lo primero que hizo para ocultar su debilidad fue acabar con el acuerdo para su desnuclearizaci¨®n, alcanzado en las largas y dif¨ªciles negociaciones a seis bandas en las que tambi¨¦n participaban EE UU, Jap¨®n, Corea del Sur, Rusia y China. Cuando, en septiembre de 2008, el Gobierno norcoreano exigi¨® a los inspectores del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica que retiraran los precintos y las c¨¢maras de vigilancia de Yongbion, hac¨ªa apenas tres meses que hab¨ªa volado la torre de refrigeraci¨®n de la central nuclear de Yongbion y remitido a Washington todos los detalles de sus instalaciones nucleares, con las que en 2006 realiz¨® su primer ensayo de explosi¨®n at¨®mica.

Y vuelta a las andadas: a aislarse m¨¢s y a reprocesar combustible nuclear. Cada d¨ªa m¨¢s temeroso de los cambios que se operan allende sus fronteras, el r¨¦gimen norcoreano realiz¨® en 2009 una segunda prueba nuclear. Los expertos consideran que ha logrado hacerse con un arsenal de entre seis y doce cabezas at¨®micas, mientras el nivel de vida de la poblaci¨®n se hunde en la miseria.

Seg¨²n la CIA, el gasto militar consume el 33% del producto interior bruto de Corea del Norte, pa¨ªs que vuelve a enfrentarse este invierno a una nueva hambruna. La ONU asegura en un informe reciente que cinco millones de norcoreanos sufrir¨¢n una grave escasez de comida y que los ni?os, que ya sufren malnutrici¨®n, ser¨¢n los m¨¢s afectados. El informe denuncia que, aunque la cosecha de grano ha sido "relativamente buena" -algo superior a la de 2009-, Pyongyang necesita importar, como en a?os anteriores, unas 867.000 toneladas de cereales; pero el Gobierno, empe?ado en sus programas militares, solo "tiene previsto comprar 325.000 toneladas".

Por esos mismos d¨ªas de noviembre, el cient¨ªfico estadounidense y experto nuclear Siegfried Hecker, viejo amigo de Corea del Norte, era invitado a visitar una planta de enriquecimiento de uranio. Hecker, que nada m¨¢s volver a Washington pidi¨® cita en la Casa Blanca para contar lo que hab¨ªa visto, se declar¨® "at¨®nito" por lo avanzada que era la nueva central nuclear, en la que funcionan "cientos y cientos" de centrifugadoras -2.000, seg¨²n el r¨¦gimen- que ya enriquecen uranio. Esto significa que Pyongyang estar¨¢ muy pronto en disposici¨®n de fabricar bombas mucho m¨¢s potentes que las que tiene ahora, procedentes de obtener plutonio del combustible utilizado por una central nuclear.

Las desorbitadas muestras de?poder¨ªo militar de los ¨²ltimos meses -en las que se incluyen pruebas con misiles de corto, medio y largo alcance y el incidente en la isla de Yeongpyeong, el m¨¢s grave ocurrido en tierra desde el final de la guerra- se enmarcan en la inestabilidad que genera la sucesi¨®n y en la necesidad del sistema de aunar a la poblaci¨®n tras el nuevo dirigente. Para un r¨¦gimen profundamente supersticioso -Kim Jong-il no toma una decisi¨®n sin consultar antes a los astr¨®logos, al igual que hac¨ªa su padre y fundador de la ¨²nica dinast¨ªa comunista-, la elecci¨®n del d¨ªa de la presentaci¨®n del heredero era fundamental. De ah¨ª que se optara por el 65? aniversario de la fundaci¨®n del Partido de los Trabajadores (PT), que coincid¨ªa con la fecha m¨¢s redonda del calendario: el 10-10-2010.

La sucesi¨®n hab¨ªa sido preparada en detalle desde principios de este a?o. M¨¢s que para que la acepte el pueblo, para desbrozar el camino al inexperto Kim Jong-un en las oscuras aguas del PT y del cuarto ej¨¦rcito m¨¢s numeroso del mundo, con 1,1 millones de soldados en activo y otros 4,7 millones en la reserva. Semanas antes del gran d¨ªa, fue convocada una conferencia de delegados del PT, c¨®nclave que no se hab¨ªa reunido desde 1966 y por el que el ya denominado Brillante Camarada fue introducido en el Comit¨¦ Central del partido ¨²nico.

Antes, los hagi¨®grafos de la dinast¨ªa se hab¨ªan encargado de cambiar la edad del delf¨ªn, al que envejecieron un a?o. Pas¨® de haber nacido en enero de 1983 a enero de 1982. En los casos de su padre y de su abuelo, los cambios fueron mayores y afectaron tanto al a?o como al lugar de nacimiento. Seg¨²n el peri¨®dico surcoreano Chosun Ilbo, no todos los pasos dados para garantizar la sucesi¨®n fueron tan f¨¢ciles y pac¨ªficos como este. El diario sostiene que desde el entorno del delf¨ªn se intent¨® liquidar a su hermano mayor, Kim Jong-nam, de 39 a?os e hijo del primer matrimonio del Querido L¨ªder.

El primog¨¦nito cay¨® en desgracia en 2001, cuando fue detenido en el aeropuerto de Tokio tratando de entrar a Jap¨®n con un pasaporte dominicano falso. Jong-nam dijo a la polic¨ªa que quer¨ªa ir al Disneyland tokiota, y China tuvo que mediar para liberarle y recogerle cuando le expuls¨® Jap¨®n, lo que hizo al orgulloso Kim Jong-il perder cara ante su mejor aliado. Jong-nam, a quien no se conoce otra dedicaci¨®n que el juego y las mujeres, pasa desde entonces la mayor parte de su tiempo entre Rusia y China, incluido Macao, la ex colonia portuguesa convertida en 1999 en regi¨®n administrativa especial de China y famosa por sus grandes casinos. La conjura, si la hubo, apostaba por asesinarle en Macao, pero, seg¨²n Chosun Ilbo, Pek¨ªn impidi¨® que el crimen se cometiese en su territorio.

Tal vez la sospecha de que pretendieron matarle fue lo que llev¨® al destronado primog¨¦nito a volverse p¨²blicamente contra el r¨¦gimen. Un d¨ªa antes de que entronizaran a su hermano, concedi¨® una entrevista a la televisi¨®n japonesa Asahi: "Personalmente, estoy en contra de la sucesi¨®n din¨¢stica en la tercera generaci¨®n", declar¨®. "Mi padre lo ha decidido [que Jong-un sea el elegido]. No lo lamento. Yo no estoy interesado en ello, as¨ª que no me importa". A?adi¨® que no hay luchas de poder entre los hermanos y subray¨® conciliador: "Quiero que mi hermano lo haga lo mejor que pueda, por el pueblo norcoreano y por ¨¦l mismo".

La saga se nutre de odios y purgas, aunque Kim Jong-chol, el segundo hermano del Brillante Camarada, parece no representar una amenaza, ya que tanto el padre como la c¨²pula del r¨¦gimen le consideran "demasiado afeminado, blando?y delicado" para ocupar el poder. Sin embargo, en 1974, cuando Kim Jong-il fue designado oficialmente sucesor, orden¨® que se llamara a su madrastra y a su hermano e hijo de esta "rama lateral" para dejar claro que ¨¦l era el heredero leg¨ªtimo, el ¨²nico capaz de llevar adelante el gran proyecto nacional de su padre. Ambos fueron alejados del pa¨ªs bajo cobertura de distintas embajadas norcoreanas.

Para los observadores que segu¨ªan los actos del pasado 10 de octubre, lo m¨¢s sorprendente fue que el pa¨ªs m¨¢s herm¨¦tico de la Tierra abriera de pronto sus puertas a casi un centenar de periodistas internacionales para que asistieran a la mayor puesta en escena de las ¨²ltimas d¨¦cadas: la entronizaci¨®n de Kim Jong-un ante las 300.000 personas que acudieron a ver el desfile del 65? aniversario del PT. Adem¨¢s, en un gesto sin precedentes, los actos se retransmitieron a todos los norcoreanos. Para los numerosos analistas del Sur, el espect¨¢culo no fueron los nuevos misiles ni la milim¨¦trica sincronizaci¨®n de las decenas de miles de soldados que cruzaron la plaza de Kim Il-sung, sino las c¨¢maras de televisi¨®n de pa¨ªses occidentales que desde una tarima mostraban al mundo no solo el potencial militar norcoreano, sino tambi¨¦n a su nuevo l¨ªder.

Kim Jong-un, a quien casi nadie hab¨ªa visto y cuyo nombre mencionaron los medios oficiales por primera vez el 30 de septiembre, tras la reuni¨®n de la c¨²pula del PT en que fue elevado a miembro del comit¨¦ central, ocupaba un lugar en la tribuna presidencial. Lo separaba de su padre, Ri Yong-ho, jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito desde febrero de 2009 y d¨ªas antes ascendido a vicemariscal. Ri, de 68 a?os, es el hombre designado por el enfermo Kim Jong-il para proteger y apuntalar el mando de su hijo. Adem¨¢s representa a la nueva generaci¨®n de mandos militares que pretende reemplazar a la gerontocracia gobernante y, apoyando al joven, impulsa el ansia de recambio en el liderazgo castrense.

M¨¢s que del partido, la amenaza al heredero procede del Ej¨¦rcito. De ah¨ª que Kim Jong-un haya sido nombrado teniente general y vicepresidente de la Comisi¨®n Militar Central (CMC). Su padre ha establecido un?poderoso c¨ªrculo de apoyo al joven, que incluye un entorno familiar de seguridad. As¨ª, en junio pasado ascendi¨® a su cu?ado Jang Song-taek a vicepresidente de la CMC, y en septiembre, su ¨²nica hermana y esposa de este, Kim Kyong-hui, se convirti¨® en la sola mujer general del Ej¨¦rcito. Con esto, el Querido L¨ªder ha dejado claro que si ¨¦l falleciese, los tutores de Jong-un ser¨ªan sus t¨ªos.

El Brillante Camarada ya ha comenzado a dar los primeros pasos para asentar su autoridad en la c¨²pula pol¨ªtica norcoreana. De momento parece que pretende apoyarse?en la liga, ahora rebautizada Liga de la Juventud Socialista Kim Il-sung. El heredero ha catapultado a algunos de los dirigentes de esta instituci¨®n, que cuenta con cinco millones de miembros frente a los tres millones del PT. Adem¨¢s, su t¨ªo Jang fue dirigente de la liga en la pasada d¨¦cada y puede abonarle el terreno.

En medios surcoreanos y estadounidenses, toda la parafernalia -nuclear y militar- exhibida por Pyongyang en los ¨²ltimos meses se enmarca en el proceso de la sucesi¨®n y obedece a la necesidad de unificar el r¨¦gimen utilizando la supuesta amenaza exterior. Por ello, las se?ales que emiten son contradictorias: al tiempo que se empe?an en confirmar su decisi¨®n de ser una potencia nuclear m¨¢s -al igual que India, Pakist¨¢n o Israel-, sus diplom¨¢ticos se manifiestan favorables a reanudar las conversaciones a seis bandas para la desnuclearizaci¨®n a cambio de una importante ayuda econ¨®mica y de acabar con el aislamiento del pa¨ªs.

Mientras tanto, en China crece la inquietud por el futuro del cada d¨ªa m¨¢s inc¨®modo vecino. Pek¨ªn no quiere de ninguna de las maneras que el r¨¦gimen se hunda porque eso supondr¨ªa la llegada de cientos de miles de refugiados hambrientos a su suelo. Adem¨¢s, Corea del Norte es para China un Estado tamp¨®n que mitiga la influencia estadounidense en la zona. Si el Gobierno sucumbe, como ocurri¨® con el de Alemania del Este, Corea del Sur reunificar¨¢ la pen¨ªnsula. Esto significar¨ªa que los 27.000 soldados estadounidenses ahora desplegados en el Sur se encontrar¨ªan en un pa¨ªs que hace frontera con China, lo que para Pek¨ªn es casi inadmisible.

Pero los grandes olvidados son los ciudadanos, que asisten como convidados de piedra a los desvar¨ªos de sus dirigentes. Cuentan que los mejores bot¨¢nicos del pa¨ªs se encuentran empe?ados en la creaci¨®n en los viveros del Ej¨¦rcito de la kimjongunia, la flor que ha de representar el nuevo periodo din¨¢stico, al igual que la kimilsungia y la kimjongilia simbolizan los anteriores y decoran actualmente todos los escenarios norcoreanos. La pasi¨®n del r¨¦gimen por las flores la desat¨® el fallecido presidente indonesio Sukarno, cuando en 1965 regal¨® a Kim Il-sung una orqu¨ªdea p¨²rpura, que hab¨ªa sido cultivada especialmente para ¨¦l y a la que, en su honor, hab¨ªa denominado kimilsungia. Durante m¨¢s de 10 a?os, los bot¨¢nicos norcoreanos trataron la orqu¨ªdea -que es de clima tropical- hasta conseguir una variedad f¨ªsicamente igual, pero adaptada al clima continental y con floraci¨®n en abril. El logro desat¨® la pasi¨®n nacional.

En 1988 fue el bot¨¢nico japon¨¦s Kamo Motoderu quien, con motivo del cumplea?os del entonces delf¨ªn, le obsequi¨® con una espectacular begonia gigante roja. Despu¨¦s de 40 a?os de investigaci¨®n, hab¨ªa logrado que floreciera en febrero. La kimjongilia le cautiv¨® de inmediato. Desde entonces, las exhibiciones anuales de estas flores atraen a decenas de miles de norcoreanos, que ven en ellas "el coraz¨®n" de sus l¨ªderes. En especial, el Querido L¨ªder ha llenado el pa¨ªs de kimjongilias, desviando hacia la alegor¨ªa revolucionaria del rojo carmes¨ª de las begonias el culto a la personalidad que su padre foment¨® en enormes esculturas.

De momento, nadie sabe c¨®mo ser¨¢ la kimjongunia, pero sin duda ya hay en marcha todo tipo de injertos y experimentos para que no tenga nada que envidiar a las otras y obtenga tambi¨¦n un largo periodo de floraci¨®n.