El jard¨ªn at¨®mico de El Enc¨ªn, una de las historias m¨¢s fascinantes de la ciencia espa?ola
La Guerra Fr¨ªa y la investigaci¨®n nuclear se unieron en Espa?a para dar lugar a uno de los centros de investigaci¨®n gen¨¦tica-radiactiva clave de Europa
Si uno pasea por alguna aplicaci¨®n que permita ver fotos de sat¨¦lite se encontrar¨¢ que en el t¨¦rmino municipal de Alcal¨¢ de Henares, muy cerca de Madrid, se encuentra un lugar identificado con una etiqueta peculiar: ¡°Jard¨ªn at¨®mico¡±. Con vista de sat¨¦lite se puede observar una estructura circular, que recuerda a una plaza de toros, pero en vez de gradas de sol y de sombra hay hileras de ¨¢rboles plantados conc¨¦ntricamente. La estructura completa tiene 440 metros de di¨¢metro y una superficie de 15 hect¨¢reas. En su momento en el centro hab¨ªa otro c¨ªrculo conc¨¦ntrico de 50 metros de di¨¢metro, delimitado por un muro de hormig¨®n, hoy desaparecido. Realmente lo que esconde esa lac¨®nica leyenda de jard¨ªn at¨®mico y esa misteriosa estructura son los restos de una de las historias m¨¢s fascinantes de la ciencia espa?ola.
En el a?o 1953 se firman los convenios hispano-estadounidenses, conocidos por todos porque suponen, entre otras cosas, el establecimiento de las bases militares de Estados Unidos en Espa?a. En virtud de esos convenios Espa?a empieza a recibir tecnolog¨ªa nuclear. En aquel momento, el presidente Eisenhower estaba impulsando el programa ?tomos para la Paz, que quer¨ªa rentabilizar toda la investigaci¨®n que se hab¨ªa hecho en tecnolog¨ªa nuclear impulsada por el esfuerzo b¨¦lico y el proyecto Manhattan para usos civiles. En ese contexto en Madrid se realiza una gran exposici¨®n en la Casa de Campo sobre las aplicaciones de la tecnolog¨ªa nuclear, y se crea la Junta de Energ¨ªa Nuclear en el barrio de Moncloa, el actual Ciemat. Es en este contexto de promoci¨®n nuclear y de importaci¨®n de tecnolog¨ªa estadounidense en el que se construye el campo de radiaci¨®n gamma de El Enc¨ªn, popularmente conocido como el jard¨ªn at¨®mico.
Para entender su utilidad hay que considerar que el ADN es la mol¨¦cula que contiene la informaci¨®n necesaria para crear a un ser vivo. Una mol¨¦cula estable que se transmite de generaci¨®n en generaci¨®n, pero con una frecuencia muy baja se produce alg¨²n error en su copia, lo que llamamos mutaci¨®n. La forma tradicional de seleccionar variedades de plantas y animales ¨²tiles para la agricultura y la ganader¨ªa era observar si alguno presentaba alguna mutaci¨®n interesante (como frutos m¨¢s sabrosos o de mayor tama?o) y seleccionar esta planta para la siguiente generaci¨®n. A principios del siglo XX el genetista americano Lewis Stadler descubri¨® que utilizando radiaci¨®n se aceleraba la producci¨®n de estas mutaciones y era m¨¢s f¨¢cil que apareciera alguna m¨¢s interesante para crear una nueva variedad. Esta t¨¦cnica, llamada mutag¨¦nesis inducida, tuvo un ¨¦xito inmediato y lleva en uso desde hace casi 100 a?os. As¨ª es como se han generado la mayor¨ªa de las variedades de frutas, verduras y cereales que se encuentran en el supermercado o las razas de animales que se utilizan en ganader¨ªa. La finca de El Enc¨ªn fue la mayor instalaci¨®n dedicada a inducir mutaciones en plantas y animales en Europa.
Gracias a la colaboraci¨®n hispano-estadounidense se import¨® combustible agotado de una central nuclear que ser¨ªa utilizado como fuente de rayos gamma y se mantendr¨ªa dentro de un sarc¨®fago de plomo. Los ¨¢rboles estaban plantados de forma conc¨¦ntrica para hacer de barrera de contenci¨®n para la radiactividad. Mediante un mecanismo, a determinadas horas del d¨ªa se levantaba el sarc¨®fago y todo lo que se situaba cerca recib¨ªa una dosis muy alta de radiaci¨®n provocando mutaciones en su ADN. As¨ª se irradiaron diferentes semillas de especies agr¨ªcolas y se hicieron numerosos experimentos sobre el efecto de la radiactividad en animales y plantas. Entre los resultados obtenidos en esta instalaci¨®n estuvo el desarrollo de una variedad de triticale (h¨ªbrido de trigo y centeno) denominada cachirulo, obra del cient¨ªfico espa?ol Enrique S¨¢nchez-Monge. El nombre hace referencia al origen aragon¨¦s del desarrollador.
La instalaci¨®n estuvo en activo hasta 1973, cuando se convirti¨® en una de las primeras v¨ªctimas del ladrillazo por la apertura al turismo de la d¨¦cada de 1970. Fue clausurada debido a que el polvo de una f¨¢brica de cemento cercana imped¨ªa seguir realizando experimentos. La fuente radiactiva se llev¨® a la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, donde estuvo tres a?os con la intenci¨®n de reconstruir el campo, proyecto que nunca se ejecut¨®. Finalmente acab¨® en el cementerio nuclear de El Cabril (C¨®rdoba), donde pasar¨¢ los pr¨®ximos miles de a?os.
Desde Alcal¨¢ de Henares para el mundo
¡ª Llegaron a existir unas 20 instalaciones similares en el mundo. La de Alcal¨¢ de Henares fue una referencia en Europa y sirvi¨® para que cient¨ªficos extranjeros realizaran experimentos en una ¨¦poca donde la colaboraci¨®n cient¨ªfica con Espa?a era inusual. Actualmente solo quedan dos en activo, en Jap¨®n y Malasia. Sin embargo, la mutag¨¦nesis inducida se sigue utilizando a gran escala, pero con otros sistemas que no requieren de grandes infraestructuras. Con qu¨ªmicos, con aparatos de rayos X o poniendo las semillas en sat¨¦lites exponi¨¦ndolas a rayos c¨®smicos mientras orbitan la Tierra como hace China es mucho m¨¢s barato y requiere menos espacio.
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