El mercado persa de Barajas
Hoteles m¨¢s caros y picaresca en el transporte por el caos de la protesta
El aeropuerto parece un mercado persa. Un chico de repente se acerca con reparo. "?Necesit¨¢is coche?", pregunta bajito, de medio lado. "Podemos acordar un buen precio", a?ade, y al instante se pone colorado. Se llama Jorge S. y viene buscando "unos euros". Cuando se entera de que habla con periodistas ("vaya, aqu¨ª no hay negocio"), accede a contar la pel¨ªcula completa, pero sin apellido ni foto. Y lo justifica: "Es que esto es ilegal, ?sabes?". Lo suyo es picaresca. Jorge, que debe rondar los 20 a?os, tiene el pelo muy corto, vaquero estrecho y un plumas marr¨®n. Es repartidor y parece muy t¨ªmido.
A mediod¨ªa estaba delante del televisor, con su madre. "En el telediario he visto taxistas que cobraban hasta 700 euros por un viaje". Y se le encendi¨® la luz. "Le he pedido el BMW a mi madre y me he venido aqu¨ª. Es hora de hacer un buen negocio". En su casa, cuenta, "la cosa est¨¢ chunga". "Yo soy mileurista y el ¨²nico sueldo que entra en casa es el m¨ªo, as¨ª que he pensado que pod¨ªa hacer negocio". ?Y funciona? "Pues no, la verdad, casi convenzo a unas chicas de Cantabria, pero al final no ha habido suerte". Jorge se acerca a ofrecer su coche "a las familias con hijos y a las chicas guapas". Pulula por la T-4 de Barajas, en la planta de salidas. "Si bajo a llegadas, los taxistas me la pueden liar". Recita las tarifas de carrerilla que previamente ha consultado con su madre: unos 200 euros para Valencia, 300 a Barcelona, 400 a Galicia o C¨¢diz. "Yo no me he aprovechado de esto. Se aprovechan los controladores", reflexiona antes de marcharse.
En las redes sociales proliferaron las ofertas de taxistas ocasionales
La tarifa por alquilar un coche tres d¨ªas casi se triplic¨®
Los controladores fueron ayer el blanco principal de todas las cr¨ªticas. Pero tambi¨¦n hab¨ªa quejas en otra direcci¨®n. Muchos viajeros se enfurecieron al conocer que los alquileres de coches o las reservas de hotel hab¨ªan subido poco despu¨¦s de que se conociese el caos de las comunicaciones a¨¦reas. "Eso no ayuda", dec¨ªa Iliana, una pasajera dominicana. "Deber¨ªan estar de nuestro lado y, si es necesario, proveernos de cosas. Subir los precios es una locura".
La huelga salvaje de los controladores a¨¦reos fue una pesadilla para 600.000 viajeros atrapados en los aeropuertos de toda Espa?a. Pero toda cara tiene su cruz y hubo quien intent¨® sacarle provecho, como algunos negocios de los alrededores de las terminales. Legales o ilegales. Es la ley de la oferta y la demanda en una situaci¨®n extrema, que ayer enfureci¨® a los usuarios que adem¨¢s de perder su vuelo tuvieron que pagar m¨¢s de lo normal por determinados servicios.
Un hotel situado a 3,5 kil¨®metros de Madrid, el Audit¨®rium, absorbi¨® a centenares de viajeros varados. Precisamente fue en uno de sus salones donde se escondieron durante la tarde del viernes los controladores en plena crisis. La entrada estaba colapsada. "Est¨¢ lleno y hemos alquilado las ¨²ltimas habitaciones a 148 euros cuando lo normal en un fin de semana es cobrar unos 60. Bueno, ahora que es puente algo m¨¢s, pero las hemos subido", reconoc¨ªa una recepcionista. "Las tarifas van fluctuando dependiendo de la disponibilidad".
El presidente de la asociaci¨®n empresarial hotelera de Madrid, Jes¨²s Gatell, comunic¨® a este peri¨®dico que no ha habido abuso de tarifas y que los hoteles han atendido con normalidad y profesionalidad a sus clientes. Este peri¨®dico consult¨® una veintena de complejos hoteleros. Pr¨¢cticamente la mitad subi¨® ayer las tarifas a ra¨ªz de la huelga salvaje de los controladores.
Una suite era la ¨²nica habitaci¨®n disponible que ten¨ªa el hotel AC Coslada Aeropuerto. El resto se hab¨ªa reservado por 150 euros. Las tarifas sacaron a¨²n m¨¢s de sus casillas a Inmaculada, que deb¨ªa viajar a Dubl¨ªn. "Encima de que he perdido el vuelo de unas vacaciones que llevo meses programando me encuentro con habitaciones m¨¢s caras de lo normal. S¨¦ que es su forma de hacer negocio pero ya que los controladores nos han hecho la faena ellos pod¨ªan solidarizarse", propon¨ªa. Y hubo quien lo hizo. Lo cuenta la recepcionista del hotel Barajas Plaza: "No hay disponibilidad de habitaciones, pero le informo de que la doble cuesta 58 y la individual 50. Son nuestras tarifas habituales". Y a?ade con orgullo: "No, no hemos subido los precios con motivo de la huelga". En las redes sociales corri¨® como la p¨®lvora la noticia de que el presidente Zapatero hab¨ªa decretado que los militares tomasen las torres de control. En Twitter se ofrec¨ªan algunos, previo pago, a hospedar a buen precio a viajeros, o a hacerles de taxistas para llevarles a su destino. El que no corre, vuela.
En la Terminal 4, donde muchos pasaron la noche por no pagarse un hotel o para estar los primeros en la fila si reabr¨ªan el espacio a¨¦reo, los ¨¢nimos se hab¨ªan tranquilizado ayer por la tarde. La cafeter¨ªa que permanece abierta las 24 horas, Mars, recibi¨® una avalancha de pasajeros hambrientos y sedientos, pero no se quedaron sin v¨ªveres. "Estamos preparados para cualquier emergencia", explica Romero, el encargado. "Tenemos una cocina que puede trabajar a pleno rendimiento. Hemos vivido otras crisis parecidas, como la de aquel volc¨¢n island¨¦s".
"?Viva la Europa unificada!". El grito es de un italiano con el m¨®vil pegado a la oreja. Bramaba mientras hablaba con la dependienta de un alquiler de veh¨ªculos. Le ped¨ªan 3.000 euros por un coche para volver a su pa¨ªs. Como en los hoteles, en el negocio de alquiler de coches tambi¨¦n fluct¨²an los precios dependiendo del n¨²mero de reservas y cancelaciones. Ayer, por ejemplo, reservar un Peugeot 308 para tres d¨ªas, con todos los seguros incluidos y devolvi¨¦ndolo en el mismo lugar, 404,99 euros. El mismo modelo y el mismo tiempo reservado dentro de una semana cuesta 155, casi tres veces menos. "Esto funciona as¨ª", resum¨ªa la empleada.
En la planta de arriba segu¨ªa dando vueltas Jorge S., el repartidor reconvertido en taxista pirata. Sin clientes. Dudaba si retirarse con el BMW o intentarlo una vez m¨¢s: "Hazme un favor, ?vale? Si encuentras a alg¨²n viajero dame un toque".
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