Mucho m¨¢s que dinero
La regi¨®n cuenta con 150.000 voluntarios y m¨¢s de 1.000 ONG - El perfil tipo es una mujer con estudios universitarios y de entre 25 y 40 a?os
Abre y cierra la puerta. Recorre el pasillo hablando sola. Tiene en el brazo, casi el hueso trasl¨²cido, una gasa que oculta un pinchazo. Es una de las pacientes ingresadas en la planta de enfermedades infecto-contagiosas del hospital Carlos III. "Hoy la de la uno est¨¢ un poco inquieta", dice la enfermera, mientras la cabellera de la mujer "inquieta" se alborota a cada paso nervioso que da por el pasillo. Junto a su puerta otros dos enfermos tratan de pasar el tiempo tumbados en sus camas. Roxanna entra en la habitaci¨®n con un parch¨ªs bajo el brazo. Es una mujer rubia en la treintena que ha decidido pasar parte de su tiempo ayudando a los dem¨¢s. Una de los 150.000 voluntarios de la Comunidad que a trav¨¦s de alguna de las 1.021 asociaciones sin ¨¢nimo de lucro de la regi¨®n ayudan al pr¨®jimo a cambio de nada. Gratis.
Unas 1.600 personas trabajan sin remuneraci¨®n en varios hospitales
En Navidades siempre hay m¨¢s oferta de gente dispuesta a ayudar
Tras el 'boom' de los noventa, es m¨¢s dif¨ªcil encontrar gente desinteresada
Los cursos de la Comunidad prev¨¦n 3.000 horas de formaci¨®n
El perfil de Roxanna, colaboradora de la ONG Solidarios, se ajusta al retrato robot del voluntario. Una mujer con estudios universitarios y entre los 25 y los 40 a?os. Roxanna empezaba el pasado jueves. Ha recibido un cursillo de formaci¨®n impartido por la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales. Y los consejos de su coordinador, Fernando, que organiza todo el voluntariado de la asociaci¨®n en hospitales y prisiones. Pero, pese a no tener mucha experiencia, se le da bien y los enfermos sonr¨ªen nada m¨¢s verla. "No conviene hablarles de la enfermedad ni de los problemas porque se meten en una espiral negativa", advierte Fernando antes de encogerse de hombros y sentenciar que, al final, "hablar¨¢n tambi¨¦n de lo malo, porque es inevitable". En total son unas 1.600 las personas que hacen tareas sin retribuci¨®n en 27 hospitales de la regi¨®n.
Estefan¨ªa no habla de lo malo. Estefan¨ªa, que apenas levanta un metro del suelo, grita y tira arena hacia el cielo. Vive en la residencia Isabel de Castilla, en el casco viejo de Villa de Vallecas. Tiene padres, pero por alg¨²n motivo no se pueden hacer cargo de ella. Lo mismo les sucede a la decena de ni?os que poco a poco van llegando del cole y cogen un bocadillo de salchich¨®n de una bandeja. Ni?os "en riesgo de exclusi¨®n social", reza la terminolog¨ªa correcta para definir su situaci¨®n. "Cada uno tiene su tema, no son todos iguales" precisa Lina, colombiana de 37 a?os y licenciada en Econ¨®micas. Ella les ayuda a hacer los deberes. Tambi¨¦n les lleva al pediatra si es menester. Lo hace cuatro horas a la semana. Y su ilusi¨®n es montar una fundaci¨®n para ayudar a ni?os de la calle en Colombia, pero reconoce que el roce con las situaciones dram¨¢ticas "tiene un coste emocional muy grande y cuesta entender por qu¨¦ hay ni?os en estas situaciones".
Eso es parte del programa de los cursos de formaci¨®n al voluntariado. Su ONG se llama Acci¨®n Familiar. Lleva dos meses trabajando con ellos. Desde el comienzo del curso escolar. Los ni?os van subiendo las escaleras, doblando el recodo de un claustro oculto a los bloques de ladrillo del barrio. "Soy cubano, tengo el pelo negro y la cara oscura", son los datos que de s¨ª mismo da uno de ellos, para "que se escriba sobre m¨ª", dice con una sonrisa.
Las sonrisas son el prop¨®sito de Paco L¨®pez, de 46 a?os y actor de profesi¨®n. Pero no solo las sonrisas. Tambi¨¦n la educaci¨®n. "Que salgan de una situaci¨®n familiar que les condena a no tener oportunidades". Paco aplica su proyecto en el colegio Cervantes de Carabanchel. Es el centro con mayor porcentaje de inmigraci¨®n de la ciudad, con el 90% de ni?os procedentes de los pa¨ªses m¨¢s variados.
?l ha sido voluntario muchos a?os, desde que trabajaba en una oficina como administrativo cuando era un treinta?ero. Ahora ha montado su propia asociaci¨®n con una decena de amigos "con las mismas inquietudes". Su ONG se llama Haz Algo M¨¢s. Y esa ha sido su idea en la ¨²ltima d¨¦cada, en la que ha estado en Per¨², Guatemala o Senegal ayudando. Su idea es hacer teatro a los ni?os y que aprendan valores al mismo tiempo. Una tarea ambiciosa para la que cuenta con su formaci¨®n en la escuela de Cristina Rota. Y con un capital que obtienen con la venta de camisetas.
Paco tambi¨¦n incluye en su proyecto la ayuda a los ni?os para hacer los deberes. "Los entornos de sus casas a veces son muy malos, o porque son muy peque?as o porque los padres no dan valor a las tareas", explica sentado en una sillita con su aspecto m¨¢s o menos de bohemio maduro con el pelo anudado en una coleta. Las cosas funcionan, pero dice que necesita m¨¢s voluntarios. "Mi correo es fjlopez@hazalgomas.org, ponlo porque necesitamos que la gente se ponga en contacto con nosotros", dice. Puesto queda.
Y es que el boom del voluntariado de los a?os noventa ha dado paso a una cierta dificultad para encontrar gente dispuesta a echar una mano desinteresadamente. Al menos, esa es la visi¨®n de Javier Baeza, de la parroquia de San Carlos Borromeo, en Entrev¨ªas, y veterano en todo tipo de proyectos de car¨¢cter social. El m¨¢s reciente, el pasado viernes, la creaci¨®n de un parque infantil en el Gallinero, la zona de chabolas de la Ca?ada Real. "No creo en el voluntariado entendido de esa manera, sino como una especie de militancia por hacer cosas importantes y que eso sea parte de tu vida cotidiana", explica sin estar muy convencido de las leyes y planes sobre voluntariado que desde 2006 se llevan a cabo, aunque valora los cursos de formaci¨®n de la Comunidad: "Todo lo que sea aprender es bueno".
Los cursos, aparte de los b¨¢sicos, incluyen ¨¢reas espec¨ªficas y en total comprenden m¨¢s de 3.000 horas de formaci¨®n y 180 proyectos distintos, que incluyen aspectos jur¨ªdicos o t¨¦cnicas de comunicaci¨®n.
Laura Ruiz de Galarreta, directora general de Voluntariado de la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales, no comparte la visi¨®n de Baeza. "Siempre se mantienen m¨¢s o menos las cifras de voluntarios. Var¨ªa m¨¢s de manera estacional. En Navidad siempre hay m¨¢s, por ejemplo". "En esa ¨¦poca todos nos sentimos muy buenos", censura Baeza, reconociendo ese alza de la buena voluntad durante las fiestas.
Pero Ruiz de Galarreta tiene un dato que considera curioso: "Con la crisis no disminuye el voluntariado, y lo m¨¢s extra?o es que incluye a gente que se ha quedado en el paro o le han reducido su jornada y aprovecha ese tiempo para ayudar a los dem¨¢s en lugar de regodearse en su desgracia".
Tambi¨¦n aprecia que las grandes ONG como C¨¢ritas o Solidarios ya no son las ¨²nicas que canalizan la ayuda voluntaria, sino que crece la idea de Paco L¨®pez y "se junta un grupo de amigos, preparan su proyecto y se lo exponen a entidades p¨²blicas o privadas", confirma Ruiz de Galarreta.
El caso de Mar¨ªa Gracia Rup¨¦rez es justo el opuesto al descrito por la directora del Voluntariado. Ella no tiene casi tiempo: es juez de vigilancia penitenciaria. "No soy la perfecta voluntaria, la verdad. A veces llego tarde o no llego, pero siempre consigo sacar un ratit¨ªn", dice. Ella charla, canta y hace lo necesario para alegrar la vida a los ancianos de una residencia. "Son otro mundo y creo que todos debemos hacer el esfuerzo de darnos cuenta de que esos mundos existen m¨¢s all¨¢ de nuestras costumbres y nuestro entorno", afirma con entusiasmo. "Todo esto es superinteresante y, aunque no te paguen, en realidad recibes m¨¢s de lo que das, mucho m¨¢s", insiste antes de pedir que "la gente se anime porque hace falta".
Ninguno de ellos ha reparado en que ayer fue el D¨ªa Internacional del Voluntariado. Ni falta que les hace.
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