Sangre con inter¨¦s estrat¨¦gico
Wikileaks revel¨® que para EE UU solo hay tres activos clave en Espa?a: uno de ellos es la farmac¨¦utica Grifols - Una visita a sus entra?as explica por qu¨¦
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Si Estados Unidos creara una gran arca de No¨¦ en la que guardar los lugares estrat¨¦gicos del mundo, de Espa?a elegir¨ªa solo tres cosas: el estrecho de Gibraltar, el gasoducto que une la Pen¨ªnsula con Argelia y el Instituto Grifols, un fabricante de hemoderivados situado en Parets del Vall¨¨s. Cuando la pasada semana EL PA?S public¨® el contenido de la lista de activos estrat¨¦gicos del Departamento de Estado de EE UU, filtrada por Wikileaks, la pregunta obligada fue: ?por qu¨¦ Grifols? La empresa abre las puertas de su f¨¢brica para explicarlo. Deben de ser los ¨²nicos que est¨¢n contentos por salir en los papeles secretos.
La farmac¨¦utica catalana, especializada en medicamentos elaborados a partir de sangre humana, no es precisamente nueva. Fundada por el doctor Jos¨¦ Antonio Grifols en 1940 y hoy presidida por su nieto, es un gigante de un sector con muy pocos jugadores a nivel mundial. Pertenece al Ibex 35, factura 918 millones y aun as¨ª es toda una desconocida para el gran p¨²blico.
Los hemoderivados de la firma se fabrican con sangre de estadounidenses
A EE UU le interesa en especial uno de sus derivados de la sangre: la gammaglobulina. Porque la farmac¨¦utica, a pesar de tener varias f¨¢bricas en Norteam¨¦rica, solo la fabrica en Parets del Vall¨¨s. "Somos estrat¨¦gicos porque nuestros productos se usan para cuestiones de vida o muerte", resume el director del Instituto Grifols, Javier Jorba. Lo parad¨®jico es que la sangre con la que se elaboran sus preciados medicamentos proviene de ciudadanos estadounidenses.Al entrar en las f¨¢bricas de Grifols, impacta el olor: a alcohol, a ¨¦ter, a hospital. El complejo que el conglomerado tiene en Parets del Vall¨¨s est¨¢ formado por varios edificios, cada uno dedicado a una filial. Lo que Estados Unidos ha se?alado como "estrat¨¦gico" es el Instituto Grifols, incluido en la divisi¨®n Grifols Bioscience, que fabrica los hemoderivados y supone el 70% de la facturaci¨®n del grupo. Las otras divisiones hacen productos para el diagn¨®stico y maquinaria relacionada con la sangre.
El director del Instituto Grifols sujeta una botella de Flebogamma, la gammaglobulina que tanto interesa a EE UU. Es un envase de cristal anodino, con un l¨ªquido transparente. El doctor Jorba explica que ellos saben que es importante, aunque tambi¨¦n lo son otros productos que elaboran, como la alb¨²mina. Pero la alb¨²mina la elaboran tambi¨¦n en sus plantas de Estados Unidos, y la gammaglobulina, de momento, no (proyectan hacerlo dentro de poco). Cuando el sistema inmunol¨®gico de una persona no funciona y no puede luchar contra una enfermedad, este producto, elaborado a partir de prote¨ªnas de sangre humana, es su sustituto. El 8% de la gammaglobulina que se consume en Estados Unidos proviene de la f¨¢brica catalana de Grifols.
En Catalu?a la fabrican desde 1993, a?o en que empezaron a venderla en Alemania. Su proceso de fabricaci¨®n en Grifols comienza cuando los ciudadanos de Estados Unidos donan sangre en uno de sus centros de recogida. En realidad no la donan, sino que la venden. De media, 30 d¨®lares por extracci¨®n. Grifols tiene que importar el plasma de EE UU porque en Europa est¨¢n prohibidos los bancos de sangre privados. Antes s¨ª exist¨ªan, y ese es precisamente el origen de Grifols: un banco de sangre en Barcelona. Pero en los a?os ochenta, con la extensi¨®n del sida, se prohibi¨® su existencia. Y la catalana, que ya importaba parte de la sangre, se vio obligada a traerla toda de Estados Unidos.
El plasma extra¨ªdo a estadounidenses viaja a Espa?a en barco. Va congelado, en un contenedor frigor¨ªfico con alt¨ªsimas medidas de seguridad, de Houston a Rotterdam. De all¨ª, al Vall¨¨s en camiones. Tras la descarga, 100 personas se ocupan del plasma. Cada donaci¨®n es analizada individualmente, a pesar de que ya vienen cribadas (en Estados Unidos, quienes venden sangre son sometidos a ex¨¢menes m¨¦dicos muy rigurosos). Pasa m¨¢s de seis ex¨¢menes nuevos. Tras comprobar su seguridad y la fiabilidad de su etiquetado, el plasma se almacena tres meses para dar tiempo a que, si hay enfermedades incub¨¢ndose en la muestra, estas den la cara.
Una vez validada la muestra, pasa al Instituto Grifols. All¨ª no permiten hacer fotos ni grabar. Trabajan en el centro cerca de 650 personas. Muchos parecen astronautas: trajes blancos impolutos, protectores en las manos, el pelo, los ojos, la boca, los pies... Las entradas cierran herm¨¦ticamente, con tarjetas de seguridad. Las salas tienen diferente presi¨®n para que el aire salga por sus puertas con fuerza, en lugar de entrar y llevar consigo part¨ªculas. Todo de acero.
El plasma pasa diversos tratamientos. Es centrifugado y filtrado y sometido a varios cambios de temperatura para ir extrayendo lo m¨¢s valioso: las prote¨ªnas, con las que se elaboran diversos productos para tratamientos posoperatorios, para enfermos de sida, para hemof¨ªlicos... Y al final del proceso, la sala de embotellado. La gammaglobulina es inyectada por una m¨¢quina est¨¦ril en botellas. Partir¨¢n hacia los hospitales de medio mundo. Tambi¨¦n a los de Estados Unidos. El plasma vuelve a casa.
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Sobre la firma
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