El baile de disfraces (previsibles) de Lady Gaga
El espect¨¢culo incluye 15 cambios de vestuario en dos horas
La actual reina del pop de consumo masivo, Lady Gaga, llen¨® anoche el Palacio de los deportes con un show fotocopiado del que ofreci¨® a principios de semana en el Palau Sant Jordi de Barcelona y, de tan le¨ªdo y publicitado aquel, este result¨® tan previsible que pese a contar con m¨¢s de 15.000 almas entregadas a la causa, Gaga no consigui¨® esos estados de comuni¨®n energ¨¦tica entre artista y p¨²blico que emocionan y mucho en recitales de otros artistas.
Y es que el show de Gaga est¨¢ bastante mal planteado en cuanto a su ritmo. Realizar 15 cambios de vestuario y casi ocho de escenograf¨ªa necesita de un productor que controle al 100 por cien la calidad de las transiciones y quien le haya dise?ado esta parte tan importante a Lady Gaga en esta gira ha fallado estrepitosamente. El baile de los monstruos deja hasta en m¨¢s de cuatro ocasiones al p¨²blico literalmente congelado de aburrimiento.
Que las comparaciones son odiosas es muy sabido, pero gran parte de los presentes citaron a Madonna para concluir que "a la pupila todav¨ªa le falta mucho para alcanzar el nivel de la maestra".
El nombre de la gira Monster ball s¨ª est¨¢ perfectamente elegido, pues parece que m¨¢s que un concierto el empe?o de la diva neoyorquina es ofrecer casi dos horas de bailongo discotequero de disfraces al que invita a unirse a todos los freaks del mundo.
Los m¨²sicos quedan relegados a los lados y el fondo del escenario donde Gaga casi los esconde bajo unos andamios que soportan gran parte de las escenograf¨ªas de su espect¨¢culo.La parte principal de las tablas han de estar reservadas para sus bailes, sus excentricidades y muchas veces para convertirse en un p¨²lpito desde el que Gaga berrea su filosof¨ªa entre tacos y gestos obscenos.
"Olvidad a todos aquellos que os digan que no sois lo suficientemente valientes o buenos, cuando salg¨¢is de aqu¨ª quiero que os am¨¦is a vosotros mismos m¨¢s de lo que me am¨¢is a m¨ª". "Jes¨²s ama a todo el mundo. Hay mucha gente confusa, como yo, sobre si eres varias personas o sobre tu orientaci¨®n sexual, pero estoy segura de que amas a todo el mundo. Tampoco estar¨ªa de m¨¢s que ense?aras los dientes... ?Ens¨¦?ame los dientes!", grita Gaga para enloquecer al p¨²blico al que llama durante toda la noche "mis peque?os monstruos".
Lo que tambi¨¦n quiso dejar claro Gaga es que ama Madrid. La cantante record¨® anoche la primera vez que visit¨® la capital para ofrecer un concierto en "un club gay". "Era muy peque?o, para unas 400 personas, y se qued¨® mucha gente fuera. As¨ª que le pregunt¨¦ al due?o del garito hasta qu¨¦ hora se pod¨ªa actuar y cuando me dijo que toda la noche, volv¨ª a repetir el show para la gente que se hab¨ªa quedado fuera, y fue un momento jodidamente especial, por eso llevo a Madrid en el alma y esta noche lo volver¨ªa a hacer sin pensarlo", afirm¨® sentada al piano.
Tal vez lo que no le hab¨ªan dicho a la neoyorquina es que alrededor de unas 200 personas seg¨²n datos de la polic¨ªa esperaban entre sollozos fuera del edificio al no haber podido entrar v¨ªctimas de un timo de falsificaci¨®n de entradas.
Volviendo al espect¨¢culo, la veintena de canciones que desgran¨® anoche Gaga fueron las mismas -e interpretadas en el mismo orden- que en Barcelona, y logr¨® los mejores momentos con sus hitazos como Love Game, Telephone, Alejandro, Poker Face y Bad Romance, casi todas ellas en una traca final apote¨®sica que, al menos, logr¨® que un concierto que no fue para tanto dejara un muy buen sabor de boca a sus fans incondicionales
Uno de los momentos m¨¢s asombrosos fue cuando atac¨® You and I, un tema que tal y como lo interpret¨® anoche podr¨ªa formar parte de un concierto de Shania Twain sin problema. Aqu¨ª Gaga saca su lado m¨¢s vaquero y termina tocando el piano de cola subida a la banqueta. Ahora si les da protagonismo a los m¨²sicos, que por fin pueden lucirse en algo m¨¢s parecido al rock que al disco-pop que protagoniza el resto de la velada.
"Todos hemos nacido superstars, me dec¨ªa mi madre y s¨ª soy una jodida superestrella. Gritemos por todos los que han muerto. Gritemos por ellos", dice antes de hacer una confesi¨®n: "Sab¨¦is lo que m¨¢s odio adem¨¢s del dinero: la verdad...", justo antes de lanzarse a cantar Monster en una escenograf¨ªa que recuerda a un cementerio creado por Tim Burton.
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