Cuento sin lentejuelas

?Verdad que los cuentos de la abuelita nunca son aburridos? ?Verdad que por muchas veces que se escuchen siempre dejan una sensaci¨®n entra?able? En eso, en la abuelita y sus cuentos se pod¨ªa pensar mientras Kool & The Gang comparec¨ªan ante su a?osa audiencia en el Auditori recordando que hay cosas que no cambian. Su m¨²sica, sin ir m¨¢s lejos.

Y eso que el concierto arranc¨® muy tibio y dubitativo, como si todos estuviesen tomando medidas a un recinto que obliga a bailar funk sentado. Con las voces en en¨¦simo plano, el sonido deslavazado y sin pegada, todo el inicio menos Joanna pas¨® con m¨¢s pena que gloria. No fue hasta el arranque del tramo setentero (Hollywood, Jungle boogie, etc¨¦tera) cuando las cosas se ajustaron a ley. La recta final fue de a¨²pa, con alguna de esas composiciones pensadas para ese interregno en el que ni baile ni seducci¨®n mandan en exclusiva. ?Qu¨¦ hacer, ir a la pista a contonearse o quedarse atado a la pareja para susurrar cosas bonitas? Antes de que la respuesta estuviese clara, el grupo enfocaba Reggae dance, Ladies night y Celebration. Las butacas quedaron abandonadas.

Y como est¨¢n cerca los Reyes, dos peticiones, modestas, al grupo: los solos no son imprescindibles, mientras que s¨ª son aconsejables sus anta?o fastuosos trajes de lentejuelas y fantas¨ªa. El cuento estar¨ªa mucho mejor ambientado.