Enrique y Granada
Ese comp¨¢s que se juega la vida,
esa agujeta pinchando el vac¨ªo,
esas falsetas hurgando en la herida,
esa liturgia del escalofr¨ªo.
Esa arrogancia que pide disculpa,
ese sentarse para estar erguido,
ese balido ancestral de la pulpa
del coraz¨®n de un mel¨®n desnutrido.
Esa revoluci¨®n de la amargura,
ese car¨¢mbano de pez espada,
ese tratado de la desmesura.
Esa estrellita malacostumbrada,
ese Morente sin dique ni hartura,
ese palique entre Enrique y
Granada.
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