Nada nuevo en Rusia bajo el cielo de Wikileaks
El Kremlin, seguramente, duerme tranquilo, al menos de momento. Satisfecho incluso de que "esto" le pase a Estados Unidos, aunque le inquietar¨¢ la idea de que les pueda ocurrir alg¨²n d¨ªa a ellos. En todo caso, el presidente Medv¨¦dev acaba de reconocer, con pragmatismo y bastante fair play, que no es para tanto y que los cables de las Embajadas rusas no ser¨ªan muy distintos.
Lo importante, sin embargo, es el marco que ha escogido para hacer sus primeras declaraciones sobre el tema. Decirlo, incluso fuera de sesi¨®n, durante la cumbre Rusia-UE es se?al de que antepone la preservaci¨®n de las buenas relaciones alcanzadas con los occidentales a este episodio, que es b¨¢sicamente una afrenta para el orgullo nacional de Estados Unidos. Ni siquiera el plan de la OTAN para la defensa de los Estados b¨¢lticos ha merecido mayor comentario por parte rusa.
Los diplom¨¢ticos de EE UU en Mosc¨² cuentan lo ya sabido, que la corrupci¨®n es rampante con Putin
Poca informaci¨®n dura encierra pues Wikileaks sobre Rusia. Todo lo dem¨¢s son opini¨®n, an¨¢lisis e interpretaci¨®n de diplom¨¢ticos estadounidenses. El ¨²nico ejercicio interesante a partir de la lectura de los cables es comprobar si el cuadro que emerge corresponde con lo que ya se sab¨ªa o si arroja algo de luz sobre algunos de los temas de mayor especulaci¨®n, como las relaciones entre Putin y Medv¨¦dev o qui¨¦n de los dos ser¨¢ candidato en las presidenciales de 2012.
La conclusi¨®n es que la imagen dibujada no reviste ninguna sorpresa ni cuenta nada nuevo, y el misterio de 2012 tendr¨¢ que esperar previsiblemente al ¨²ltimo momento, cuando Putin anuncie la combinaci¨®n poco antes de las elecciones. Pero, en general, el retrato de Rusia que se desprende es bastante acertado.
Entre los diversos telegramas, dos temas parecen haber molestado m¨¢s a Putin: la comparaci¨®n de su t¨¢ndem con Medv¨¦dev con el de Batman y Robin, y las observaciones sobre la corrupci¨®n.
Lo primero, sin embargo, no pasa de lo anecd¨®tico y solo se?ala lo que es universalmente sabido: es Putin quien manda. Si nadie duda de esto, no se sabe, en cambio, c¨®mo es posible que haya resistido la improbable pareja (nadie pod¨ªa imaginarse a Putin en el papel del subordinado, por mucho que fuera para la galer¨ªa) o c¨®mo funcionan internamente las relaciones entre ambos. Nada de esto se ha filtrado al exterior. Pero s¨ª son conocidas las tensiones entre los equipos y los c¨ªrculos afines a cada uno que, al parecer, se producen a diario. Estas tensiones reaparecen en el debate p¨²blico -de expertos, empresarios y pol¨ªticos- sobre lo que la idea de modernizaci¨®n implica para la naturaleza pol¨ªtica del r¨¦gimen. Es una discusi¨®n real y bastante rica que evidencia una clara divisoria entre un enfoque conservador-tecnocr¨¢tico y otro claramente liberal-democratizador.
La corrupci¨®n, por su parte, es sin duda el principal lastre de la econom¨ªa y de la pol¨ªtica en Rusia, y tambi¨¦n del proyecto de modernizaci¨®n del pa¨ªs, si es que las palabras encierran una voluntad pol¨ªtica real. La bajada o subida de uno o dos puntos en el ranking de Transparency International no nos dice mucho ni sobre la mejora ni sobre el empeoramiento de la situaci¨®n, como intenta desmenuzar el embajador de Estados Unidos. Simplemente, no hay nadie en Rusia que no sepa que la corrupci¨®n se ha disparado desde la llegada de Putin al poder, la cual ha ido acompa?ada por el inicio del crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs.
Para que la ret¨®rica de la lucha contra la corrupci¨®n que abunda en los discursos de Putin y Medv¨¦dev d¨¦ alg¨²n fruto, deber¨ªan cambiar elementos sustanciales del r¨¦gimen pol¨ªtico en Rusia, empezando por algunos de los eslabones m¨¢s importantes, como la llamada "vertical del poder", que da al Estado un papel predominante en la vida p¨²blica -interferencia en la libertad de expresi¨®n o en asuntos econ¨®micos y comerciales clave, como la energ¨ªa, transformada en instrumento de pol¨ªtica exterior-, o el sistema judicial en cuya independencia poca gente cree en el pa¨ªs. Nada indica que alguien en la ¨¦lite dirigente rusa est¨¦ realmente interesado en que esto ocurra y resulta curioso o¨ªr a Putin y a Medv¨¦dev hablar de la corrupci¨®n como si fuera un fen¨®meno molesto que ha crecido en un mundo ajeno a ellos mismos. De momento, pues, pocas esperanzas que albergar por ese lado. Como apunta uno de los cables, la gente ya est¨¢ tan acostumbrada a estas pr¨¢cticas que incluso se siente c¨®moda con ellas y la previsibilidad que las acompa?a.
Pero lo que no nos llega a trav¨¦s de Wikileaks es que Rusia no es solo esto. As¨ª, por ejemplo, la Nueva Escuela Econ¨®mica, uno de los recientes centros docentes m¨¢s serios e interesantes de Mosc¨², ha considerado necesario advertir en su p¨¢gina web que la instituci¨®n "se rige por valores morales" y que "no hay corrupci¨®n en la Escuela". El estado de sus instalaciones deja claro que as¨ª es y, sin embargo, el centro est¨¢ lleno de estudiantes motivados y va ganando prestigio. Aqu¨ª s¨ª hay esperanzas: tambi¨¦n existen "otros" rusos.
Carmen Claud¨ªn es directora de investigaci¨®n, Centro de Estudios y Documentaci¨®n Internacionales de Barcelona, CIDOB.
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