'Quej¨ªo' sin fin en el planeta flamenco
Colegas, amigos y familiares despiden a Enrique Morente - Los m¨¦dicos que le trataron responden a las dos denuncias de la familia: "Ingres¨® con c¨¢ncer de es¨®fago"
Fue un d¨ªa triste para los j¨®venes, los consagrados y los puristas, pero el mundo del flamenco en pleno (Paco de Luc¨ªa, Tomatito, Ni?o Josele, Kiko Veneno, Miguel Poveda, Pepe Habichuela, Jos¨¦ Merc¨¦...) se volc¨® ayer en la despedida de Enrique Morente. Aplausos, gritos de "?Ol¨¦!" y piropos como "el m¨¢s grande" brotaron espont¨¢neamente entre el p¨²blico que esperaba paciente en la cola cuando el coche f¨²nebre llegaba a la madrile?a sede de la SGAE pasadas las 16.30. Su yerno, el torero Javier Conde, Arc¨¢ngel y otros familiares del cantaor auparon a hombros el f¨¦retro hasta la sala Manuel de Falla, donde le esperaban, completamente abatidos, su viuda, Aurora, y sus tres hijos, Estrella, Sole¨¢ y Enrique.
Tomatito: "?Qu¨¦ voy a decir? Que era una gran persona y un gran creador"
La mayor¨ªa no conoc¨ªa el alcance de la enfermedad del artista
Javier Conde puso el domingo 11 la primera denuncia contra la cl¨ªnica
Gonz¨¢lez-Sinde: "Quiero agradecer lo mucho que hizo por la cultura"
Hasta ese momento todo fue un peque?o desbarajuste. Mucha gente esper¨® cerca de cinco horas la llegada del cuerpo del genial cantaor, que se encontraba en el Instituto Anat¨®mico Forense, donde le fue practicada la autopsia, en la que participaron dos forenses. Los comunicados de la SGAE cambiando la hora de llegada del f¨¦retro dejaron perplejos a muchos de los asistentes, mientras los bares pr¨®ximos se llenaban de artistas que optaron por picar alguna cosa que aliviara la espera.
"?Qu¨¦ voy a decir? Que era una gran persona, un excelente cantaor y un gran creador lo sabe todo el mundo", aseguraba Tomatito con un refresco en la mano y las gafas de sol sobre la frente. El guitarrista acababa de llegar de Almer¨ªa para dar el p¨¦same a la familia: "Lo frecuent¨¦ mucho en la ¨¦poca en que tocaba con Camar¨®n, siempre que ven¨ªamos a Madrid nos pas¨¢bamos por su casa en General Ricardos. A Camar¨®n le encantaba escucharle. Su hija Estrella era una enanita que no levantaba dos palmos del suelo".
A la capilla ardiente no falt¨® ni El Pollito de California. "Lo que nos ha dejado es un consuelo, una m¨²sica maravillosa que perdurar¨¢ para siempre", asegur¨® el polifac¨¦tico cantaor, tratando de ser optimista y aguantando el llanto, entre una lluvia de c¨¢maras y micr¨®fonos.
Durante horas, un reguero de pol¨ªticos (como Esperanza Aguirre o Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n), actores (Jos¨¦ Sacrist¨¢n), toreros (Enrique Ponce), escritores (Almudena Grandes, Luis Garc¨ªa Montero), m¨²sicos (Joaqu¨ªn Sabina, Jorge Drexler, Martirio y Javier Krahe), e historiadores como Ian Gibson, entre otros muchos, pasaron por la capilla ardiente mientras llegaban infinidad de coronas. "No solo he perdido a un amigo; se ha marchado un m¨²sico insustituible", acert¨® a decir Kiko Veneno antes de entrar en la capilla.
La mayor parte no conoc¨ªa el alcance de la enfermedad del cantaor y algunos daban por hecho que su muerte se debi¨® a una negligencia m¨¦dica. "El propio Morente se enter¨® apenas unos d¨ªas antes de ingresar en el hospital de que ten¨ªa un c¨¢ncer. Cre¨ªan que se trataba de un par de tumores que ser¨ªan extirpados y que volver¨ªa en pocos d¨ªas a su rutina habitual. De hecho, no suspendi¨® ninguna de las actuaciones previstas y este viernes ten¨ªa que recoger en la Embajada de Francia la Legi¨®n de Honor", coment¨® un productor discogr¨¢fico. "Es un dolor terrible. Con Carlos Cano sab¨ªamos que iba a pasar, se trataba de una muerte esperada, pero con Morente ha sido un espanto. La familia se encuentra muy abatida por lo que creen que ocurri¨® con los m¨¦dicos", a?adi¨® Ian Gibson, que en ocasiones comparti¨® escenario con el cantaor en homenajes a Lorca, el poeta de referencia de ambos. La primera denuncia la present¨® el domingo 11 de diciembre el yerno de Enrique Morente, Javier Conde Sierra, en los juzgados de plaza de Castilla. Recay¨® en el n¨²mero 52 y, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, iba directamente contra el cirujano Enrique Moreno, que intervino al cantaor la madrugada del d¨ªa 6. La segunda denuncia la puso directamente la familia la tarde en que falleci¨® Morente y acusaba a la cl¨ªnica La Luz de supuesta negligencia m¨¦dica en la intervenci¨®n. La denuncia la recibi¨® el Juzgado n¨²mero 30, que estaba en funciones de guardia, pero ayer entr¨® en reparto y le correspondi¨® al n¨²mero 18.
El forense Jos¨¦ Luis Prieto fue el encargado de realizar el examen post m¨®rtem, cuyo resultado no ha trascendido. El forense permiti¨® que el cuerpo del cantaor fuera trasladado a su poblaci¨®n natal. Tras terminar la autopsia, alrededor de las dos de la tarde, el cad¨¢ver fue trasladado a la sede de la SGAE, donde fue velado toda la noche.
La cl¨ªnica emiti¨® ayer un escueto comunicado "ante la multitud de informaciones err¨®neas manifestadas en distintos medios de comunicaci¨®n". "Don Enrique Morente ingres¨® para operarse de un c¨¢ncer de es¨®fago de 4,5 cent¨ªmetros de di¨¢metro, localizado en el tercio medio, con met¨¢stasis linf¨¢ticas", resume el escrito, que a?ade que el equipo m¨¦dico, compuesto por cirujanos, anestesistas, intensivistas, pat¨®logos y neur¨®logos, deseaban "transmitir a su familia y amigos sus condolencias por tan importante p¨¦rdida".
La ministra de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, que tambi¨¦n acudi¨® a la capilla ardiente instalada en la sede de la SGAE, puso la nota institucional: "Estoy aqu¨ª en nombre del Gobierno para agradecer lo mucho que el mundo de la cultura le debe a Enrique Morente".
Tras hora y media de espera, se decidi¨® dar paso a la capilla al p¨²blico que aguantaba en la calle, algunos incluso con beb¨¦s. "?Ya era hora!", grit¨® un anciano. Mucha gente llevaba flores y retratos del cantaor. "El cante jondo es algo muy grande. Vengo a echar dos l¨¢grimas por Morente y luego me vuelvo a casa a llorar a gusto", dijo Isabel, traductora y apasionada del flamenco. La banda sonora la puso un vecino, que coloc¨® un bafle en el balc¨®n de su vivienda y puso a todo trapo La leyenda del tiempo en la voz de Camar¨®n.
Babelia
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