Apuesta decidida por Gaia

?Qu¨¦ es un museo de ciencias naturales en el siglo XXI?, se preguntaron los responsables del dise?o del nuevo centro. En el XVIII eran gabinetes de curiosidades, en el XIX, centros de clasificaci¨®n y ordenaci¨®n de objetos, en el XX, lugares interactivos. El Museu Blau ser¨¢ muy interactivo pero su caracterist¨ªca esencial es que ofrecer¨¢ en su exposici¨®n permanente una interpretaci¨®n de la naturaleza, la teor¨ªa de Gaia, seg¨²n la cual la Tierra y la vida en ella constituyen un todo de influencia rec¨ªproca, se han ido moldeando una a otra. La hip¨®tesis fue propuesta por James Lovelock y podr¨ªa sintetizarse burdamente diciendo que la Tierra se comporta como un organismo vivo. Omedes y Mart¨ª descartaron ayer que este compromiso del museo con Gaia y Lovelock pueda comprometerlo o arrastrar pol¨¦mica. "La teor¨ªa est¨¢ suficientemente aceptada por la comunidad cient¨ªfica", subray¨® la directora. Mart¨ª reconoci¨® que Lovelock puede resultar a veces chocante -a ¨¦l mismo le confes¨® en una visita reciente que no cree que el mundo dure m¨¢s de 10 a?os- pero que eso no ensombrece su teor¨ªa. M¨¢s peliagudas han sido las posiciones de Lovelock a favor de la energ¨ªa at¨®mica. "No estar¨¢n representadas en el museo", dijo Omedes.

Al llegar a la exposici¨®n permanente, el visitante encontrar¨¢ primero la historia de Gaia y luego su presente. Ver¨¢, en un recorrido cronol¨®gico con gran despliegue de tecnolog¨ªa y una iluminaci¨®n conmovedora, f¨®siles espectaculares y la biodiversidad en todo su esplendor. Entre el recorrido, en grandes y contundentes cub¨ªculos grises con aspecto de roquedales o termiteros -cuyo contenido se ha encargado a especialistas de distintos terrenos cient¨ªficos-, exposiciones tem¨¢ticas para profundizar en ideas concretas, como la gen¨¦tica, el sexo o los recursos naturales.