El Bar?a aleja el f¨²tbol de su ¨¢rea
Por una vez, los azulgrana optan por el pase largo para sacudirse la presi¨®n
Al contrario que el Bar?a, el Espanyol no renunci¨® a ninguna de sus se?as de identidad al intentar definirse con la presi¨®n adelantada y con un trato sugerente del bal¨®n. Atac¨® con pases cortos y fue su perdici¨®n, instalado el rival en terreno opuesto, con la recuperaci¨®n de la pelota cerca de Kameni. Ah¨ª se puso las botas Messi, que particip¨® en cuatro de los cinco goles.
- Presiones avanzadas. El Bar?a se salt¨® anoche una regla de oro de su manual al alejar el f¨²tbol de su ¨¢rea. Habituado el equipo a sacar la pelota limpia desde atr¨¢s, ayer no le hizo ascos al juego largo. Entre otras cosas, porque el Espanyol situ¨® la l¨ªnea de presi¨®n cerca de Vald¨¦s, con todos los efectivos en campo ajeno.
Messi hizo dos zigzags estupendos: el segundo acab¨® en gol de Pedro
Vald¨¦s, entonces, decidi¨® evitar los compromisos, a¨²n a sabiendas de que esos despejes eran vac¨ªos; Pedro, Messi y Villa no tienen cent¨ªmetros ni envergadura para bajar esos balones. Pero respondi¨® el Bar?a con la misma argucia al apretar el primer pase contrario. Hasta el punto de que Kameni tuvo que lanzarle un requiebro a Messi en una ocasi¨®n, siempre empecinado en dar salida en corto. Fue un desperfecto, como constataron V¨ªctor Ruiz y Forl¨ªn, sin l¨ªneas de pase para enlazar con los medios.
- Vald¨¦s, otro mundo. Actu¨® de lanzador y catapulta, de hombre libre y de portero. Con la l¨ªnea defensiva adelantada, el meta azulgrana no tembl¨® al despegarse de los postes. Atento y veloz en la correcci¨®n, evit¨® con frecuencia el pase al hueco, a la terror¨ªfica carrera de Osvaldo. Y detuvo casi todo. Como ese disparo a bocajarro de Callej¨®n, que escupi¨® con una mano milagrosa. A Calle, deportivo, no le qued¨® otra que ofrecerle la mano como signo de admiraci¨®n. Nada pudo hacer en el zambombazo de Osvaldo, 576 minutos despu¨¦s de recibir el ¨²ltimo tanto.
- Verd¨² y Osvaldo, sin balones. El pie del Espanyol apareci¨® en una ocasi¨®n, nada m¨¢s arrancar el duelo. Un pase magistral de Verd¨² dej¨® a Osvaldo frente a Vald¨¦s. Era tan fuera de juego como una advertencia de la mejor arma ofensiva blanquiazul. Pero fue, tambi¨¦n, un espejismo. El Espanyol no conect¨® con los medio centros (M¨¢rquez y Baena) y, menos, gan¨® opciones de mezclar con Verd¨², siempre con Busquets pendiente de sus movimientos. Anestesiado el 11, anulado el potencial ofensivo del Espanyol. Menos Osvaldo. Fue su punta de velocidad y su facilidad para el desmarque la que dieron la ¨²nica alegr¨ªa al Espanyol, que al final del encuentro opt¨® por los cambios de orientaci¨®n, por los balones sin intermediarios. Osvaldo tir¨® una carrera, le gan¨® la posici¨®n a Piqu¨¦ y resolvi¨® la jugada.
- Los movimientos de Messi. Leo se posicion¨® como falso delantero centro. Una opci¨®n que ha convencido a Guardiola porque el equipo mezcla m¨¢s y mejor en terreno extra?o. La Pulga no necesita m¨¢s de medio metro o medio segundo para desprenderse de los contrincantes. Realiz¨® dos zigzags estupendos: uno prob¨® a Kameni y el otro acab¨®, tras el rebote, en gol de Pedro. Del mismo modo, los movimientos de Messi sin el bal¨®n entre los pies son igual de determinantes. A la que el punta retrasaba su posici¨®n, un central le persegu¨ªa para evitar que controlara el esf¨¦rico. Ese marcaje, ese movimiento, provoc¨® un agujero en la retaguardia blanquiazul que no desaprovecharon los extremos del Bar?a (Villa y Pedro), pendientes de lanzar las diagonales a los pases interiores. Fue Messi el que le tir¨® una asistencia al siempre indetectable Pedro para que resolviera en el primer gol, otra a Xavi en el segundo, y una ¨²ltima a Villa en el cuarto.
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