Violencia e inmigraci¨®n
El espacio cada vez m¨¢s amplio ocupado en el ordenamiento jur¨ªdico espa?ol por las resoluciones creadas a trav¨¦s del mecanismo triangular formado por la Comisi¨®n de Bruselas, el Parlamento de Estrasburgo y el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n Europea (UE) hace necesario seguir con atenci¨®n ese complejo proceso. Aunque la normativa europea no sea recibida siempre por los ciudadanos de los diferentes pa¨ªses con la alegre inocencia del vecindario berlanguiano de Villar del R¨ªo en Bienvenido Mister Marshall, dos novedades producidas esta semana merecen el aplauso.
La Euroc¨¢mara aprob¨® esta semana un proyecto de euroorden -apoyado sobre el informe de la socialista Carmen Romero y la popular Teresa Jim¨¦nez Becerril- para el cumplimiento en todo el territorio de la UE de las medidas de protecci¨®n de las v¨ªctimas de la violencia dictadas originalmente en alguno de los pa¨ªses miembros. La inicial limitaci¨®n de su articulado a la violencia de g¨¦nero ha sido ampliada para incluir tambi¨¦n el terrorismo, la delincuencia organizada, la trata de seres humanos, la mutilaci¨®n de genitales femeninos y las bodas forzosas. No es seguro, sin embargo, que esta iniciativa de 12 pa¨ªses, respaldada por el Parlamento de Estrasburgo, llegue a convertirse en directiva: la resistencia de la comisaria de Justicia de la Comisi¨®n y el eventual bloqueo dentro del Consejo de la UE podr¨ªan hacerla naufragar.
La Euroc¨¢mara aprueba una orden a favor de las v¨ªctimas de la violencia y rechaza una directiva sobre inmigraci¨®n
La Euroc¨¢mara tambi¨¦n ha rechazado, gracias a la alianza de eurodiputados socialistas y liberales frente al bloque popular, un proyecto de directiva de permiso ¨²nico dirigido a los ciudadanos procedentes de otros pa¨ªses del mundo que aspiran a residir y trabajar dentro de las fronteras de la UE. Pese a la ret¨®rica humanista de los discursos y las exposiciones de motivos de las normas, malos tiempos corren para los inmigrantes desde que la crisis ha transformado en hu¨¦spedes inc¨®modos a los trabajadores bienvenidos durante la ¨¦poca del auge. Ya en 2008, la directiva del retorno dict¨® un plazo perentorio de entre 7 y 30 d¨ªas para el regreso voluntario a sus pa¨ªses de los sin papeles llegados a la UE en los a?os de prosperidad; la alternativa ser¨ªa la expulsi¨®n forzosa de los inmigrantes indocumentados o su internamiento sin cargos delictivos hasta 18 meses.
Esta nueva directiva de permiso ¨²nico, anunciada a bombo y platillo como marco complementario de una pol¨ªtica global de inmigraci¨®n, incluye peligrosas zonas de sombra donde acechan la discriminaci¨®n, las derogaciones de derechos y la exclusi¨®n. La simple posibilidad de que algunas empresas multinacionales domiciliadas en la UE pudieran llegar a contratar trabajadores extracomunitarios en las condiciones laborales comparativamente peores de sus pa¨ªses de origen o de que se negara a los perceptores de pensiones el derecho a cobrarlas si regresaran a su tierra natal, exige un amplio debate sobre los graves riesgos que amenazan a los fundamentos mismos de la Europa democr¨¢tica.
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