Valorar al profesor

?Hasta cu¨¢ndo aguantaremos los funcionarios de la ense?anza? Hemos visto c¨®mo nos han rebajado los Gobiernos central y aut¨®nomo parte de nuestro sueldo y c¨®mo los sindicatos se movilizaban tarde, desunidos y proponiendo medidas demasiado vistas e ineficaces. Esperamos que sean los de arriba los que nos saquen las casta?as del fuego, resignados ante lo inevitable. Adem¨¢s de ense-?antes nos hemos convertido en enfermeros, padres, polic¨ªas, atendemos al p¨²blico (padres), somos responsables del cuidado de los alumnos y lo que nos echen; todo en el mismo sueldo. Seguimos cumpliendo con nuestro trabajo, pero realizamos tareas que van m¨¢s all¨¢: participamos en concursos, grupos de trabajo, proyectos, cert¨¢menes, semanas de..., d¨ªas de... Acompa?amos en las vacunaciones, colaboramos con entidades privadas o p¨²blicas en m¨²ltiples actividades, controlamos el estado de libros de gratuidad, participamos en los consejos escolares y formamos profesores en pr¨¢cticas. Y hacemos excursiones, viajes de estudio o intercambios de idiomas fuera de nuestro horario escolar sin ninguna compensaci¨®n horaria o econ¨®mica. Nada de todo esto es obligatorio, pero lo hacemos, siendo encima poco valorados y criticados por ser funcionarios. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si como medida de presi¨®n empezamos a dejar de hacer todas o parte de estas funciones?