El plan de A Coru?a para rehabilitar el poblado gitano de As Ra?as fracasa
El Ayuntamiento solo rehizo seis casas y dej¨® a 13 familias en infraviviendas
Dura realidad la que dej¨® la intervenci¨®n del Ayuntamiento de A Coru?a en el poblado gitano de As Ra?as, asentado en un monte perif¨¦rico cercado por nuevas infraestructuras. El ambicioso proyecto municipal lanzado hace tres a?os para rehabilitar un asentamiento at¨ªpico, sin problemas de marginalidad social, y mejorar las condiciones de vida de sus 84 habitantes (40, menores de edad) result¨® un fiasco: infraviviendas inacabadas por las que se cuelan viento y lluvias a¨²n m¨¢s que antes a consecuencia de obras iniciadas pero paralizadas sin que nadie sepa por qu¨¦, divisi¨®n y desamparo de las 19 familias que all¨ª viven, y una monta?a de compromisos sin cumplir.
Tras tres a?os de exhaustivo seguimiento, Arquitectos Sin Fronteras denunci¨® ayer el fracaso de este plan municipal que, con una inversi¨®n inicial de 300.000 euros -el colectivo duplica la cifra-, buscaba desarrollar una novedosa f¨®rmula para erradicar el chabolismo en una comunidad gitana de A Coru?a diferente de las dem¨¢s. Los habitantes del poblado, la familia Gabarri Borja y sus descendientes, son due?os de los solares donde erigieron como pudieron o supieron sus viviendas hace ya 26 a?os. Todos los ni?os est¨¢n escolarizados. Los adultos se dedican a la venta ambulante o al negocio de la chatarra.
Nunca firmaron ning¨²n papel. Solo hubo promesas verbales
Basta una r¨¢pida visita por esta barriada para comprobar que los resultados del plan presentado por el alcalde, Javier Losada, en septiembre de 2007 como "ejemplo de compromiso con la vivienda y el empleo" son m¨¢s bien los contrarios a los prometidos. Bajo el paraguas de la Concejal¨ªa de Servicios Sociales, que contrat¨® al arquitecto sevillano Santiago Cirugeda para el proyecto, el Gobierno local anunci¨® que iba a rehabilitar y acondicionar el poblado con la participaci¨®n de sus habitantes. Recibir¨ªan formaci¨®n para convertirse en peones de la reconstrucci¨®n de sus casas. El objetivo era intervenir en las 19 infraviviendas de la barriada y urbanizar su entorno. Pero solo fueron seis (tres prefabricadas y otras tantas de nueva construcci¨®n) que lucen perfectas y flamantes en medio de destartaladas y infrahumanas casas de ladrillo sin acabar en las que malviven 13 familias. Del arreglo de los espacios p¨²blicos del poblado no se volvi¨® a saber nada.
"No sabemos por qu¨¦ se par¨®, por qu¨¦ unos viven al caliente y otros con el fr¨ªo. Aqu¨ª iban a hacer de todo, algunas casas estaban para retocar, otras para tirar y rehacer, pero pararon", resume Antonio. Arquitectos Sin Fronteras rese?a en su demoledor informe sobre la ejecuci¨®n de un plan suspendido hace un a?o que los vecinos nunca firmaron ning¨²n papel, ni los que tienen casa nueva. Solo hubo promesas verbales.
"Yo estuve esperando por ellos, que lo prometieron todo. Ahora lo intento arreglar y terminar yo solo", cuenta Manuel, que vive con su mujer y tres hijos en una especie de casa inacabada de ladrillos sin recebar. Los peones enviados por el Ayuntamiento echaron una placa de hormig¨®n para crear una segunda planta y construyeron en el interior una escalera que daba a un enorme agujero sin cerrar. Nada m¨¢s. La incomprensi¨®n y la desesperanza de esta familia es grande.
A¨²n peor es la situaci¨®n de Ester, que malvive con su familia en una chabola pegada a una nave que amenaza con caerse. "Est¨¢ todo peor que antes, las grietas son cada vez m¨¢s grandes y el agua entra m¨¢s en la casa porque se estanca en el muro ese que hicieron", relata se?alando un muro tambi¨¦n inacabado, con elementos punzantes a la vista, que fue construido para, seg¨²n el Ayuntamiento, resolver un problema de canalizaci¨®n.
"Los ni?os siempre est¨¢n enfermos con tanto fr¨ªo y humedades", se queja Ester. No acept¨® el desalojo provisional en un piso de alquiler mientras duraban las obras que nunca se hicieron. Pero su hermana Pilar, s¨ª. "Y maldito el d¨ªa", hace ya m¨¢s de un a?o. "Me dijeron que era por un mes, pero mi casa sigue igual". Incluso peor, est¨¢ precintada por el peligro de derribo de la nave colindante. Su marido, Manuel, que sigue teniendo en el poblado su negocio de chatarra, incluso fue llevado por el Ayuntamiento a Madrid, con otros vecinos, para elegir casas prefabricadas. "Luego dijeron que para nosotros no habr¨ªa". De nuevo, sin explicaci¨®n.
Condenados a ser gueto
Para Arquitectos Sin Fronteras, el fracaso del plan del Ayuntamiento coru?¨¦s para rehabilitar el poblado de As Ra?as es tan grande como incomprensible que se plantease intervenir en un barrio sin futuro y abocado a convertirse en un gueto, dado que est¨¢ cercado por actuales y futuras infraestructuras, como la v¨ªa del AVE, una circunvalaci¨®n, un enlace a un pol¨ªgono o gigantescas torretas de alta tensi¨®n. El poblado se asienta sobre suelo r¨²stico de especial protecci¨®n en el que es ilegal construir viviendas. "Esta intervenci¨®n municipal carece de visi¨®n de ciudad por obviar los datos urban¨ªsticos que condicionan el futuro del asentamiento, y gener¨® adem¨¢s entre sus habitantes desamparo, indefensi¨®n y desesperanza", denunci¨® la asociaci¨®n.
Es un caso sangrante. Pero no el ¨²nico, recuerdan los arquitectos voluntarios que llevan ya tres a?os tratando de ayudar a los habitantes de As Ra?as. A Coru?a cuenta con m¨¢s poblaci¨®n chabolista que el resto de las ciudades gallegas. Unas 160 familias perviven en cuatro asentamientos de la capital provincial, entre ellos el de Penamoa, ya en fase final de erradicaci¨®n, el de A Pasaxe, al pie de la r¨ªa de O Burgo, y el de O Porti?o.
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