Los bingos cantan l¨ªnea
Incapaces de atraer a clientes j¨®venes y acosados por las apuestas 'online', los salones logran un t¨ªmido alivio a su crisis al rebajarles sus tasas la Comunidad
En Las Vegas hay un Cadillac rosa. La parte trasera de un Cadillac rosa, en realidad. Est¨¢ a la entrada, junto a las tragaperras y otros adornos de colores que incluyen ruletas ornamentales como peque?as fuentes. Las Vegas, en el distrito de San Blas, es la segunda sala de bingo m¨¢s grande de Madrid. Un recinto rectangular en el que caben 700 personas. A la derecha, la mitad que no fuma. A la izquierda, los fumadores. Al fondo, una se?orita saca bolas de un bombo y canta los n¨²meros con voz clara, aunque m¨¢s bien mon¨®tona: "El 76: siete, seis". Y as¨ª todo el rato hasta que alguien dice "?l¨ªnea!", primero; y "?bingo!", despu¨¦s. Entonces se acaba el juego y vuelve a empezar.
En Las Vegas est¨¢n contentos. Tienen motivos. La Comunidad de Madrid ha bajado la fiscalidad de las salas del 61% al 50% sobre los beneficios obtenidos. "La m¨¢s alta de cualquier actividad", recalca abriendo los ojos azules Jos¨¦ Luis de Pedro, presidente de Aseju (Asociaci¨®n de Empresarios de Juego Autorizados). Este descenso de la fiscalidad (ese dinero iba a parar a la caja general impositiva) se traducir¨¢ en premios m¨¢s cuantiosos. "Uno de los motivos del descenso de gente es que los premios eran bajos, aunque tambi¨¦n sabemos que ya no est¨¢ tan de moda", coinciden los propietarios de las salas. Los bingos van desapareciendo de la regi¨®n a un ritmo devastador. En el a?o 2000 hab¨ªa 115 salas. En la actualidad solo subsisten 56.
El perfil es el de una mujer en torno a la cincuentena y de clase media
Sin embargo, en Las Vegas el sal¨®n est¨¢ repleto. Y solo son las ocho de la tarde. Grupos de amigas, mujeres solas, hombres igual de solos. "Quedamos aqu¨ª porque es divertido y merendamos juntas", dice una mujer, que sonr¨ªe la llegada de una amiga, que acaba de bajar del autob¨²s y se sienta junto a sus compa?eras. "El perfil es el de una mujer de 50 a?os de clase media, pero casi hay el mismo n¨²mero de hombres", describe Luis Miguel Cabeza de Vaca, gerente de la sala Canoe, la m¨¢s grande de Espa?a con capacidad para 1.140 jugadores. "El aficionado al bingo no es el de la pel¨ªcula Los bingueros, de Pajares y Esteso. Eso es una caricatura. Adem¨¢s este juego es muy interclasista, porque no se le reserva el sitio a nadie y hay que socializar con el que te toca en la mesa". Canoe, con una facturaci¨®n anual de 58 millones de euros, est¨¢ en el paseo de la Castellana, a pocos metros de Azca y enfrente del paseo de La Habana.
En Oporto, en la sala Oporto, en Carabanchel, son las dos de la madrugada y hay muchas mujeres solas con una cerveza y tres cartones delante de los ojos. Casi nadie habla con nadie. Todos est¨¢n a lo que est¨¢n: su bebida y el juego. Una mujer que frisa la sesentena, pero que no confiesa su edad, por ejemplo, asegura que va todas las noches desde hace m¨¢s de 10 a?os. "Me siento sola y aqu¨ª se me pasa el rato mejor que viendo la televisi¨®n", afirma sin perder de vista sus dos cartones que garabatea con un rotulador azul sin tapa. "Mucha gente se siente acompa?ada en el bingo", corrobora Jos¨¦ Luis Merino, gerente de Aseju. "El caso es que all¨ª les preguntan qu¨¦ tal est¨¢n y les interrogan si han tardado unos d¨ªas en venir y cosas as¨ª". Seg¨²n Merino, el perfil del "binguero" ha ido cambiando, aunque concede que su clientela no es precisamente juvenil: "Hay m¨¢s hombres de lo que la gente se cree, sobre todo, por la noche".
Tambi¨¦n hay m¨¢quinas tragaperras en los pasillos. Y gente echando monedas en ellas sin parar. Lo que a¨²n no hay en todas las salas son las m¨¢quinas 3B. Esto es una suerte de bingo en maquinita. En el Canoe s¨ª hay. "Les gusta mucho m¨¢s a los j¨®venes y permite captar clientela", explica Cabeza de Vaca. Hace unos a?os, los precios moderados de los bingos en cuanto a las bebidas alcoh¨®licas atrajeron a algunos grupos de j¨®venes. Pero ese fen¨®meno se ha evaporado cediendo ante el empuje del botell¨®n. En las principales salas no se ven grupos de gente menor de 40 a?os.
En Las Vegas, adem¨¢s de la se?orita de la voz clara, tambi¨¦n hay chicos que ofrecen bebidas, una mujer que va limpiando ceniceros o varios hombres y mujeres que recogen las monedas de la mesa y las canjean por los cartones. Los bingos madrile?os emplean a unas 2.500 personas de manera directa y otro tanto de manera indirecta. Por eso, las reivindicaciones del sector han sido secundadas por los principales sindicatos, UGT y CC OO, que consideraban que "muchos puestos laborales estaban en peligro en un momento en el que no estamos para perder m¨¢s empleos".
Las salas de bingo se?alan a su enemigo: las casas de apuestas online. "Nosotros pagamos el a?o pasado 18 millones de euros de tasas y algunas empresas de apuestas gastaron eso mismo en poner publicidad en la camiseta del Madrid y 0 euros en impuestos", dice Cabeza de Vaca, que pide "las mismas normas para todos".
Manuel (nombre supuesto) lleva traje y corbata. No es que tenga aspecto de gran ejecutivo, pero s¨ª de acabar de salir de trabajar. "Me relaja tomarme algo y echarme unos cartones. Siempre controlo el gasto", accede a responder sin mostrar mucho entusiasmo por las preguntas. Y es que los jugadores de bingo son bastante reacios a hablar de su afici¨®n.
Las salas de bingo no son los ¨²nicos lugares donde se re¨²ne gente para apostar dinero. Los salones de juego, de los que hay m¨¢s de 225 en Madrid y que han incrementado su presencia en la regi¨®n en m¨¢s de 40 en los ¨²ltimos tres a?os, tambi¨¦n tienen m¨¢quinas con premios muy cuantiosos. Y a diferencia de los bingos, es un negocio que sigue en expansi¨®n continua. El juego, aunque no est¨¦ de moda, capea la crisis.
El bingo en cifras
- En Madrid hay 56 salas de bingo. En el a?o 2000 hab¨ªa abiertas 115.
- En el ¨²ltimo ejercicio fiscal, los bingos tributaron por valor de 120 millones de euros. Hace una d¨¦cada, la cantidad ascend¨ªa a m¨¢s de 200 millones.
- Los bingos emplean a 5.000 personas.
- La tasa pasa ahora del 61,3% al 50%.
- La mayor sala de Europa es el Canoe, con un aforo de 1.140 personas.
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