Poes¨ªa de chantajista
Quien conoce la adusta, doliente obra narrativa de Herta M¨¹ller se sorprender¨¢ no poco al descubrir en estos tres libros a una artista juguetona, de humor abismal, que mediante ingeniosos poemas-collage nos abre una mirilla hacia el puro misterio de la poes¨ªa. Pues Herta M¨¹ller se sirve aqu¨ª de elementos de un mundo verbal ya dado -trozos de palabras recortadas de revistas- en operaciones combinatorias aparentemente sencillas -cortar y pegar como para una carta de chantajista- para conseguir un resultado absolutamente m¨¢gico. Palabra e imagen entran en una potente y turbadora interacci¨®n que refleja, como la narrativa y ensay¨ªstica de la escritora alemana de origen rumano, "la fr¨¢gil constituci¨®n del mundo".
Fue en los a?os noventa cuando, paralelamente a los trabajos en prosa, surgi¨® una serie de postales en blanco y negro que se recopilaron bajo el t¨ªtulo El guarda saca su peine. A continuaci¨®n, Herta M¨¹ller sorprendi¨® con En el mo?o mora una dama, y m¨¢s recientemente, ahora ya en color, present¨® Los p¨¢lidos se?ores con las tasas de moca. M¨¹ller insiste en referirse a estos alucinantes h¨ªbridos l¨ªrico-pict¨®ricos como divertimentos que le permiten descansar de sus proyectos de prosa m¨¢s ambiciosos, pero resultan todo menos ligeros o divertidos. M¨¢s bien constituyen una condensaci¨®n -e ilustraci¨®n directa- de su l¨²gubre universo imaginario y de su est¨¦tica de la herida. Las im¨¢genes creadas con las tijeras parecen tomadas de esquirlas de un espejo roto: una mano que surge de un tronco de perro; una copa de ¨¢rbol de la que salen unos enormes pies desnudos; negras y deformes siluetas humanas que asoman detr¨¢s del fr¨¢gil cuerpo de letras.
El impacto visual se saborea plenamente gracias a la edici¨®n facs¨ªmil de este arte combinatorio, que coge un cachito de argot de aqu¨ª, un a?ico de lenguaje publicitario de all¨¢, un retazo de puntilla l¨ªrica de acull¨¢, lo agita violentamente y lo sirve con retru¨¦canos y rimas quebradas, junto a unas im¨¢genes del m¨¢s puro estilo Max Ernst. Los collages de Herta M¨¹ller poseen una notable y p¨¦rfida belleza que, como los bombones cucaracha del cuento de Cort¨¢zar, contienen rellenos ofensivos: el padre desaparecido, un cuchillo por el cuello, la mirada como "cal y alquitr¨¢n", un perro apaleado. Contrastes virulentos y giros sorprendentes se suceden al son de unos versos con musiquilla como de organillo callejero. Personajes turbadores como "
... los p¨¢lidos se?ores con las tazas de moca en el / sombrero tienen cada uno una mecha un / edelweiss y una pluma de p¨¢jaro", se codean con otros tiernos, como el se?or Geschwindner que "volvi¨® locas / a muchas mujeres porque se cos¨ªa / moras negras en el pijama como / botones". Entre l¨²dicas escenas de un teatro mundi grotesco asoman notas sombr¨ªas: "Y nada acaba / en el alfabeto de la angustia / tan cabezacaninamente pesado / y a la vez lagartijamente delicado / como el presente".
Y si bien en los primeros poemas-collage de El guarda saca su peine predomina la austeridad -ausencia de color y cierto laconismo verbal-, muestra Herta M¨¹ller ya en ellos un virtuosismo del lenguaje que da miedo. El suyo es un arte terrible que convierte el horror en hermosura y lo insoportable en deliciosas met¨¢foras, lo cual da mucho de pensar acerca del poder manipulativo de la belleza. M¨¹ller no ignora este peligro y justo cuando roza el esteticismo, se asegura de romper el hechizo: a?ade una mancha o lanza una burla chispeante que dejan perplejo al lector.Transportar a otro idioma este despliegue de chispa verbal combinada con dinamita visual parece un desprop¨®sito. Jos¨¦ Luis Reina Palaz¨®n, traductor experimentado y premiado, se lanz¨® a la comprometida y sin duda meritoria tarea. Si fracas¨®, no es tanto a causa de la complejidad del texto -como demuestran sus aciertos en el primer libro-, sino de sus incontables descuidos y errores (un ejemplo entre muchos: confunde "cuello" (hals) con "odio" (hass). En el caso de Los p¨¢lidos se?ores con las tazas de moca consigue reducir el maravilloso libro a poco menos que un galimat¨ªas surrealista.
El guarda saca su peine. En el mo?o mora una se?ora. Herta M¨¹ller. Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis Reina Palaz¨®n. Ediciones Linteo. Ourense, 2010. 414 p¨¢ginas. 29 euros. Los p¨¢lidos se?ores con las tazas de moca. Herta M¨¹ller. Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis Reina Palaz¨®n. NorteySur. Benalm¨¢dena, 2010. 223 p¨¢ginas. 20 euros.
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