Coleccionistas de sonidos
Los especialistas de grabaciones de campo catalogan los sones en peligro de extinci¨®n y los cuelgan en la Red
Hay sonidos en peligro de extinci¨®n, que desaparecen abrumados por el ruido de coches y aviones. Equipados con sus micr¨®fonos y grabadoras digitales, los especialistas de las grabaciones de campo buscan y catalogan estos sonidos a los que la mayor¨ªa ni presta atenci¨®n. Bienvenidos al mundo de la fonograf¨ªa o field recording.
Todav¨ªa es noche cerrada en Madrid cuando Juan Carlos Blancas, t¨¦cnico de sonido y m¨²sico electr¨®nico malague?o, pone rumbo hacia la sierra de Madrid. Equipado con una gran colecci¨®n de micr¨®fonos de todas las formas y tama?os hoy quiere recoger el sonido del coro del amanecer, un impresionante crescendo de cantos de p¨¢jaros que se mezcla con el sonido del viento recort¨¢ndose en las crestas de las monta?as.
El colectivo gallego Escoitar ha creado un mapa sonoro de su autonom¨ªa
El abaratamiento de la tecnolog¨ªa ha popularizado la disciplina
Juan Carlos lleva muchos a?os haciendo m¨²sica electr¨®nica bajo el nombre de Coeval. De agrestes ritmos rob¨®ticos, su m¨²sica ha ido evolucionando hacia paisajes llenos de sonidos de la naturaleza con sutiles pinceladas electr¨®nicas.
"Empec¨¦ a incorporar las grabaciones de campo tratando de encontrar nuevas sonoridades, utiliz¨¢ndolo de alguna manera como materia prima para luego, en el estudio, transformarlo y usarlo en una creaci¨®n", explica Blancas. Poco a poco, su colecci¨®n de sonidos creci¨®, as¨ª como su pasi¨®n por el proceso de grabaci¨®n en s¨ª.
Ya en pleno bosque, Juan Carlos Blancas se detiene en una ladera desde la que se contempla la luz del amanecer col¨¢ndose entre las hojas de los ¨¢rboles. Instala un gran micr¨®fono sobre un tr¨ªpode y pone en marcha su grabadora digital. Pasa unos minutos en absorto silencio mientras los p¨¢jaros rompen a trinar recibiendo el nuevo d¨ªa. De repente, una especie de ladrido resuena en el valle. Se acerca. Es un corzo macho que mira desafiante y trota a escasos metros. "Si esto te pasa de noche, mientras est¨¢s solo grabando con el sonido de los cascos a todo volumen, te puedes llevar un buen susto", comenta divertido Blancas.
Si la grabaci¨®n es el primer paso en el field recording, no menos importante es la catalogaci¨®n de los sonidos. El colectivo gallego Escoitar decidi¨® hace cuatro a?os crear un mapa sonoro de su comunidad aut¨®noma, con grabaciones propias y aportes realizados por otros fonografistas. "Quer¨ªamos mostrar que la cultura e imagen de Galicia que nos venden desde las instituciones no es la que viven los gallegos y animamos a los usuarios a realizar grabaciones de sonidos que realmente significan algo para ellos", comenta Juan-Gil Rodr¨ªguez.
Para ello, crearon la p¨¢gina Escoitar.org, que utiliza la tecnolog¨ªa de Google Maps. Sobre un mapa de Galicia los coleccionistas de sonidos pueden subir sus grabaciones y un peque?o texto descriptivo. Como no pod¨ªa ser de otra forma, predominan las sonoridades marinas. "Pero contrariamente a la imagen id¨ªlica que se vende de Galicia, hay una fuerte presencia de sonidos urbanos", explica Rodr¨ªguez. "Las motivaciones que llevan a una persona a grabar un determinado sonido son muy diversas. Hay muchos sonidos sentimentales, que traen recuerdos a las personas". El ejemplo ha cundido y en Madrid el propio Juan Carlos Blancas ha creado Madridsoundscape.org siguiendo el mismo modelo.
Los practicantes del field recording inciden en que la tecnolog¨ªa es un factor casi accesorio. "Lo que cuenta de verdad es saber escuchar y realizar una labor de an¨¢lisis previa para encontrar sonidos interesantes", afirma Rodr¨ªguez.
Sin embargo, una parte importante de la popularidad actual de esta disciplina se debe al abaratamiento de los grabadores digitales y los micr¨®fonos. Los m¨¢s llamativos son los hidr¨®fonos, que permiten recoger sonidos subacu¨¢ticos, de sonoridad casi electr¨®nica, o los micr¨®fonos de contacto para captar las vibraciones de, por ejemplo, un hormiguero. Empleando esta t¨¦cnica, destacan grabaciones que artistas de todo el mundo realizan de superficies heladas. Desde los ruidos que hace un r¨ªo congelado hasta el sonido de la nieve al caer.
El gran enemigo del field recording es la contaminaci¨®n ac¨²stica por el ruido de aviones y helic¨®pteros.
"Hay paisajes sonoros en peligro de desaparici¨®n por el desarrollo de la sociedad", explica Juan-Gil. "De alguna manera el sonido es un indicador de c¨®mo se est¨¢ deteriorando nuestro entorno".
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