Milenium, una d¨¦cada de olvido
El obelisco coru?¨¦s y los fastos de su presentaci¨®n costaron tres millones de euros. El previsto desarrollo de la zona donde se construy¨® qued¨® en nada
"Un alcalde pasa a la historia por el urbanismo, por erigir una torre, por ejemplo", dec¨ªa Francisco V¨¢zquez hace m¨¢s de una d¨¦cada, en su ¨¦poca de esplendor pol¨ªtico, a un interlocutor que le comentaba que ya hab¨ªa cumplido todos sus sue?os como alcalde de A Coru?a. A pesar de que en la ciudad ya hab¨ªa desde cientos de a?os antes una torre famosa, la de H¨¦rcules, V¨¢zquez acomet¨ªa poco despu¨¦s la construcci¨®n de otra que deber¨ªa rivalizar con la que erigieron los romanos. Enfrente, al otro lado de la bah¨ªa del Orz¨¢n, el Gobierno local lanz¨® el proyecto del Obelisco Milenium, una torre de la misma altura (50 metros) que el antiguo faro, y tambi¨¦n generadora de luz. Diez a?os despu¨¦s, el Obelisco Milenium sigue ah¨ª, pero su referencia no supera unas l¨ªneas escasas en las gu¨ªas para turistas, y el desarrollo que deber¨ªa atraer sobre la zona donde se construy¨® ha quedado en nada.
La zona iba a urbanizarse con una inversi¨®n de 120 millones
El Ayuntamiento evita precisar sus costes de mantenimiento
Tiene la misma altura que su "hermana", la Torre de H¨¦rcules
V¨¢zquez dijo ver cumplido su "sue?o de marcar un hito" con la obra
El nuevo Obelisco, mucho m¨¢s ambicioso que el tradicional que preside el centro de la ciudad desde 1893, fue una idea del dibujante y pintor Gerardo Porto, uno de los protagonistas de la bohemia coru?esa de los a?os 50, que trabaj¨® d¨¦cadas en Holanda como decorador de televisi¨®n. ?l y el arquitecto municipal Antonio Desmonts dise?aron una estructura de acero con forma de pir¨¢mide, de 20 toneladas de peso, cuyas tres caras recubrieron de 174 piezas de cristal de roca (con escenas hist¨®ricas grabadas), que pesan otras tres toneladas. Todo el conjunto fue iluminado mediante dos sistemas el¨¦ctricos distintos (uno fijo y otro din¨¢mico, para las celebraciones de fin de a?o) que suman 142 focos y 53.000 vatios de potencia.
La obra se inici¨® en julio de 2000 y se ejecut¨® a marchas forzadas. Hubo que excavar y allanar la parcela, en el entonces tramo final del paseo mar¨ªtimo, y forzar la entrega de los cristales de roca, encargados a la empresa holandesa Van Tetterode. Debido a ello, el presupuesto inicial de 300 millones de las pesetas que estaban a punto de extinguirse, se qued¨® corto, y al a?o siguiente el Ayuntamiento tuvo que a?adir 60 millones m¨¢s. Tambi¨¦n se gastaron 50 millones en publicitarlo. Al final, se estima que el Obelisco con sus fastos cost¨® unos tres millones de euros.
El Obelisco, que se publicitaba como "la torre de cristal m¨¢s alta del planeta", se inaugur¨® el 29 de diciembre de 2000, con un espect¨¢culo definido como "piromusical". Unas 700 voces, acompa?adas de la banda municipal, entonaron el Himno a Mar¨ªa Pita y la agrupaci¨®n Amizades, unas habaneras. "Este acto solo lo podemos hacer los coru?eses", intervino, entre los n¨²meros musicales, el alcalde. V¨¢zquez confi¨® al p¨²blico que hab¨ªa cumplido "el sue?o de marcar un hito" con este monumento. "Desde hoy, la Torre tiene una hermana y compa?era que simboliza lo que ha sido y ser¨¢ esta Ciudad de Cristal", dijo. Dos d¨ªas despu¨¦s, el Ayuntamiento invit¨® a los coru?eses a cava y uvas para celebrar el A?o Viejo y el cambio de milenio a pie de la nueva torre, que congreg¨® a menos de mil personas en una noche desabrida en la batida costa de Laba?ou.
El sue?o del alcalde inclu¨ªa el nuevo Obelisco como catalizador de una operaci¨®n urban¨ªstica m¨¢s ambiciosa. Estaba previsto instalar una cafeter¨ªa y un restaurante que se convertir¨ªan en uno de los principales atractivos del monumento. Al lado, en una zona en que solo hab¨ªa viviendas sociales y descampados, se dise?¨® el proyecto de As Percebeiras, dos rascacielos de 47 y 35 plantas, otro de 17 y dos de nueve para uso residencial, de oficinas, comercial y hotelero, con una inversi¨®n total de 120 millones de euros en esa urbanizaci¨®n de la zona.
Al final, el equipamiento hostelero previsto para los bajos del Milenium (bautizado popularmente como el pacolito) no se pudo llevar a cabo por el inconveniente de su emplazamiento, en unos cantiles azotados por el mar (de hecho, es una de las zonas que se clausuran en los avisos de temporal). Tampoco el proyecto As Percebeiras lleg¨® a buen puerto, ante el previsible colapso circulatorio que ocasionar¨ªa la urbanizaci¨®n masiva de la zona. Tampoco se volvi¨® a celebrar, por iniciativa oficial o privada, la despedida del a?o al pie del Obelisco destinado a rivalizar con la Torre de H¨¦rcules.
Hoy, el Obelisco II ya no queda al final del paseo mar¨ªtimo, pero las ¨²nicas construcciones cercanas siguen siendo viviendas sociales de los a?os 60 y 70. Junto a un r¨®tulo que se?ala que esto es la Avenida Gerardo Porto (muerto en Amsterdam hace un a?o), la plataforma del monolito est¨¢ cercada de vallas de obra que impiden el acceso a la nonnata cafeter¨ªa, excepto a los grafiteros. En el estanque de su base que simbolizaba el oc¨¦ano cercano ya no hay las monedas que arrojaban all¨ª algunos importadores de tradiciones, y s¨ª colillas y alg¨²n pl¨¢stico. El Ayuntamiento no ha querido precisar el coste de mantenimiento del monumento. Ni el consumo energ¨¦tico de los 140 focos que lo siguen iluminando de noche, ni cuantos cristales de roca (importados de Holanda) ha habido que sustituir por las inclemencias del clima. La verdad es que tampoco el milenio es lo que parec¨ªa que iba a ser.
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