Valle-Incl¨¢n habla de s¨ª mismo
El escritor se retrata en 16 entrevistas desconocidas rescatadas por su nieto
"A mi juicio, la Academia est¨¢ bien como est¨¢ y siendo lo que es", declaraba Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n al periodista J. Fern¨¢ndez Pi?ero, "a ella no van los hombres m¨¢s que por tres motivos: por conveniencia, por vanidad o por debilidad de car¨¢cter para resistirse a ser acad¨¦mico". En la misma conversaci¨®n, publicada en El D¨ªa el 30 de enero de 1917, el autor de Luces de bohemia rechazaba vehemente la posibilidad de entrar en la instituci¨®n: "?Nunca! Yo rechazar¨ªa la m¨¢s leve indicaci¨®n sobre esto. No entrar¨¦ nunca en la Academia. Mi modestia -la sonrisa de don Ram¨®n acent¨²a la iron¨ªa- me impide llamar compa?eros a muchos de sus miembros". Pero las 16 entrevistas rescatadas en la revista Cuadrante por Xaqu¨ªn del Valle-Incl¨¢n no solo confirman ciertos aspectos de la personalidad del escritor, sino que contribuyen a deshacer entuertos.
"No entrar¨¦ nunca en la Academia", aseguraba el autor ya en 1917
Se despachaba a gusto con la vanguardia y no le gustaba Lorca
"Valle vive sepultado entre t¨®picos", explica el editor de los materiales. Y las piezas period¨ªsticas exhumadas por la asociaci¨®n Amigos de Valle-Incl¨¢n ayudan a desmontarlos. Ya no m¨¢s, por ejemplo, el carlista que progresivamente gir¨® hacia la izquierda pol¨ªtica y el republicanismo. "Fue un hombre de derechas toda su vida, que ven¨ªa del mundo antiguo", remacha Xaqu¨ªn, tambi¨¦n nieto del dramaturgo de Vilanova de Arousa. En enero de 1928, para el cronista Gerardo de Brandeso del diario El Imparcial, se despachaba, con ribetes de despotismo ilustrado, tal que as¨ª: "[Un gobierno] de forma liberal, hoy d¨ªa imposible. ?Si no est¨¢ preparado el pueblo! ?Qu¨¦ sabe el pobre pueblo espa?ol hoy d¨ªa de sus intereses! Invitarlo a una votaci¨®n es como convocar un mitin de perros. S¨®lo ir¨ªan los due?os de los collares". Sin embargo, esos perros tardar¨ªan apenas tres a?os y tres meses en emitir sufragio favorable a derrocar a Alfonso XIII. A¨²n en 1933 tomaba ambiguo partido por Musolinni: lo ve¨ªa heredero de la grandeur imperial romana y precursor de "los Estados Unidos de Europa".
Para El Liberal, peri¨®dico de Bilbao, Valle-Incl¨¢n tambi¨¦n reserv¨® pintorescas opiniones. "?Siente usted simpat¨ªa por el socialismo?", interrogaba un trabajador no acreditado en el papel, a lo que el escritor contestaba: "Ser socialista es ser generoso. Yo creo que el que debe ser socialista, y por lo tanto, debe aspirar a socializar, es el patrono, el que tiene algo que reducir a un factor com¨²n en beneficio de la Humanidad". En el mismo texto, Valle ajusta cuentas con los j¨®venes. ?l hab¨ªa nacido en 1866 -morir¨ªa en Santiago, ya en 1936- y, pensaba, "las tropas de vanguardia est¨¢n destinadas a morir. Los generales, los verdaderos triunfadores, est¨¢n siempre en la retaguardia [...] en las oficinas militares". De Lorca ¨²nicamente admit¨ªa haber le¨ªdo "algunos romances. Pero el romance es la forma menos avanzada literariamente. Y la forma en poes¨ªa es ¨ªndice, es todo". Ni Gerardo Diego, ni Rafael Alberti, ni Jim¨¦nez Caballero, suscitaban la curiosidad de quien, en junio de 1929, consideraba a Miguel de Unamuno "el mejor escritor de Espa?a".
Seg¨²n Xaqu¨ªn del Valle-Incl¨¢n, los ¨¢ngulos que mejor iluminan las entrevistas de Cuadrante se refieren a la vida privada de quien inventara Divinas palabras. "Siempre ment¨ªa a la hora de hablar de su vida personal con la prensa", asegura el nieto del autor, "nunca dec¨ªa la verdad y muchos investigadores tomaron estas declaraciones por verdades". Pero para asediar lo que realmente pasaba en la intimidad de Valle, Julio Angulo habl¨® con el primog¨¦nito de la familia, Carlos Luis, entonces de 11 a?os, y public¨® el resultado en El Heraldo de Madrid en 1929.
"Mi pap¨¢ para escribir necesita reposo y mucho silencio", relata el chaval, "a m¨ª me ha dicho muchas veces que cuando trabaja mejor es durante las horas que estamos en el colegio". Ni rastro del Valle-Incl¨¢n bohemio y pendenciero de la leyenda y s¨ª del literato ordenado, que escribe entre el amanecer y las doce de la ma?ana, y completa las 268 p¨¢ginas de la primera edici¨®n de Romance de lobos "en veinte d¨ªas justos". Carlos Luis del Valle-Incl¨¢n repasa adem¨¢s la historia familiar temprana -de Vilanova de Arousa al pazo de Pobra do Carami?al donde los vecinos "llegaron a decir que pap¨¢ sub¨ªa por las noches al cielo para hablar con los astros"- y recuerda c¨®mo el front¨®n era el deporte preferido de un dramaturgo que, en 1926, afirmaba no haber ido al teatro m¨¢s que una vez en 15 a?os. Fue para ver la adaptaci¨®n de la novela de Unamuno Nada menos que todo un hombre.
Contra el t¨®pico, las entrevistas perfilan un Valle sociable, que particip¨® en tertulias y que, afirma su nieto, emerge de entre las an¨¦cdotas y los chascarrillos que ¨¦l mismo aliment¨®. El escritor muri¨®, en la capital gallega, tal d¨ªa como hoy hace 75 a?os.
![Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n, en una fotograf¨ªa de 1930 realizada por Alfonso.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZN42CO2IEWDLRRIV6RR6BLXCT4.jpg?auth=43fddbb3dda3d11932e06fd9b7ed0d0bd6c8073f128938d3d3e957c5b8444460&width=414)
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