Al S¨¢der pide a sus fieles que apoyen al Gobierno iraqu¨ª
El cl¨¦rigo chi¨ª pone fin a cuatro a?os de exilio y reclama que acabe la ocupaci¨®n
M¨²qtada al S¨¢der ha regresado a Irak. El cl¨¦rigo chi¨ª que se convirti¨® en el azote de las tropas estadounidenses se reencontr¨® ayer con decenas de miles de sus seguidores en Nayaf, tras cuatro a?os de exilio voluntario en Ir¨¢n. Al S¨¢der volvi¨® a denunciar la ocupaci¨®n de su pa¨ªs y llam¨® a la resistencia "por todos los medios", pero en l¨ªnea con sus aspiraciones pol¨ªticas tambi¨¦n pidi¨® un voto de confianza al nuevo Gobierno que ha ayudado a formar. Su figura contin¨²a dividiendo a los iraqu¨ªes.
"Seguimos siendo la resistencia", declar¨® Al S¨¢der ante una muchedumbre entregada. "Nuestro objetivo es expulsar al ocupante por todos los medios, pero eso no significa que cualquiera pueda llevar un arma. Las armas son solo para los hombres de armas", a?adi¨®. La precisi¨®n se ha interpretado como un mensaje de apoyo a la polic¨ªa y al Ej¨¦rcito, ante el temor que despierta la posibilidad de que reactive su milicia, el Ej¨¦rcito del Mahdi, responsable de dos alzamientos contra los militares de EE UU en 2004 y de parte de la violencia sectaria que sacudi¨® Irak en los a?os siguientes.
A punto de cumplirse ocho a?os de la invasi¨®n, EE UU ha puesto fin a su misi¨®n de combate y reducido a 50.000 sus soldados. El acuerdo de seguridad alcanzado entre Bagdad y Washington prev¨¦ adem¨¢s que esas tropas abandonen Irak el 31 de diciembre de este a?o. Sin embargo, tanto portavoces estadounidenses como iraqu¨ªes reconocen que el pa¨ªs no est¨¢ preparado para ocuparse de su seguridad, lo que ha dado lugar a especulaciones sobre que el primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, podr¨ªa pedir una extensi¨®n. Al S¨¢der dej¨® claro ayer que eso ser¨ªa inaceptable.
"El nuevo Gobierno debe trabajar para lograr que el ocupante salga del pa¨ªs de una forma adecuada", dijo el cl¨¦rigo. "El Gobierno lo ha prometido y esperamos que cumpla su palabra".
El gesto de confianza no es ajeno al papel que los sadristas han desempe?ado en la soluci¨®n de la crisis pol¨ªtica desatada por el virtual empate de Al Maliki con Iyad Alaui en las elecciones del a?o pasado. Sus 39 esca?os han sido, con un apenas velado empuj¨®n de Ir¨¢n, esenciales para que el primer ministro volviera a formar Gobierno. "Si est¨¢ al servicio del pueblo y le aporta seguridad, estamos con ¨¦l", asegur¨® Al S¨¢der, que ha obtenido seis ministerios y reclama la puesta en libertad de sus seguidores encarcelados en el anterior mandato de Al Maliki.
El cl¨¦rigo, refugiado en Ir¨¢n desde 2007 a ra¨ªz de que las autoridades judiciales iraqu¨ªes dictaran una orden de detenci¨®n contra ¨¦l, ha moderado su discurso tratando de labrarse una imagen de hombre de religi¨®n y estadista. No obstante, su figura sigue polarizando a los iraqu¨ªes. Por un lado, su popularidad entre los chi¨ªes pobres se evidenci¨® ayer con las decenas de miles de personas que acudieron a escuchar su discurso desde todos los puntos del pa¨ªs. Por otro, son numerosos, sobre todo sun¨ªes, quienes temen un resurgimiento de su milicia.
"Nuestras manos no atacar¨¢n a ning¨²n iraqu¨ª. Solo tendremos por objetivo a los ocupantes. (...) No estamos de acuerdo con los grupos responsables de asesinatos", proclam¨® mientras sus seguidores agitaban banderas de Irak y coreaban "no, no a Estados Unidos" y "no, no a Israel".
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