"La izquierda no acert¨® a condenar la lucha violenta de ETA"
Cuando en 1931 fallece Susana Maura, hermana de Don Miguel, primer ministro de la Gobernaci¨®n de la Rep¨²blica, y madre de Jorge, la familia Sempr¨²n Maura decide no volver a Santander y elige el pueblo de Lekeitio como lugar de veraneo. "No conozco las razones de la elecci¨®n de ese pueblo por parte de mi padre, pero eran muy personales", recuerda. En "la casa del puente", -me dicen que todav¨ªa existe-, al lado del cuartel de Carabineros y al borde de la carretera que conduce a Ondarroa, la numerosa familia Sempr¨²n pasar¨¢ cuatro largos veranos.
A sus 87 a?os, el escritor no ha perdido esa mirada penetrante y brillante, esa dicci¨®n de locutor, esa memoria sorprendente, esa amable sonrisa. En su hist¨®rica casa parisina de la Rue de l'Universit¨¦ muy cerca del Museo d' Orsay, Sempr¨²n sigue causando esa impresi¨®n tremendamente seductora sobre cualquier visitante. Hablar de su infancia y de esos meses en el Pa¨ªs Vasco le divierte. Su primer recuerdo es precisamente Lekeitio, con su impresionante iglesia, "casi una catedral", el puerto de pesca muy activo, una preciosa playa, y la aldea de Mendexa al otro lado del puente de la r¨ªa a donde se acced¨ªa por una peque?a carretera en cuesta.
"Luciano Rinc¨®n era una gran persona, llena de talento y de humor"
"Irujo, como mi padre, fue miembro del fantasmal Gobierno de la Rep¨²blica en el exilio"
"Mi carta a Badinter fue la ¨²nica de apoyo por la primera extradici¨®n"
"Rescatar a parte de los etarras y su base social no es problema de hoy, sino de ma?ana"
"Mis relaciones personales con Dolores siempre fueron buenas"
"La izquierda no dio con f¨®rmulas para enfrentarse a la violencia"
"Poca gente recuerda nuestro donativo de la escultura de Moore a Gernika"
"Como ministro mis relaciones fueron cordiales, sobre todo con Ardanza"
"En el exilio y en el partido conoc¨ª a muchos vascos como Ormazabal, Uribe o Zapirain"
"En el pesquero 'Galerna', en una noche con fr¨ªo y mala mar pasamos a Francia"
"En la Universidad, la aportaci¨®n de Enrique M¨²gica al Partido fue decisiva"
"La Pasionaria era extraordinariamente sectaria, pero de forma natural"
Aldea que ten¨ªa un front¨®n adosado a la iglesia, al que no acud¨ªan los veraneantes, y donde siempre hab¨ªa sitio para jugar a pelota. "Los hermanos ¨¦ramos muy pelotaris, pero a mano. Todav¨ªa recuerdo esos partidos en que se te hinchaba la mano y se te pon¨ªa como un guante. Ahora, como ¨¦ramos veraneantes de familia burguesa, ten¨ªamos pelotas de cuero estupendas, que provocaban la admiraci¨®n de los chicos de Lekeitio, que siempre quer¨ªan jugar con nosotros por el material. El front¨®n de entonces era muy r¨²stico, muy primitivo y muy irregular en la piedra o baldosa del suelo".
M¨¢s tarde, en 1975, unas semanas antes de la muerte de Franco, Sempr¨²n con su mujer Cole-tte y unos amigos franceses, en un viaje clandestino, no de partido sino privado y con pasaporte falso, volvi¨® a Lekeitio para recordar esa infancia. "El front¨®n lo hab¨ªan rehecho, muy bonito, muy moderno, pero ya no era mi front¨®n". Hab¨ªan pasado casi cuarenta a?os.
Cuando muchos a?os atr¨¢s tuvieron que huir de Lekeitio, aquel verano del 36 la familia Sempr¨²n tuvo problemas con enfermedades infantiles como el sarampi¨®n. El padre tuvo que emprender dos viajes desde Madrid para trasladar a toda "la tropa" a Lekeitio, y en el ¨²ltimo, en el que viajaba Jorge la v¨ªspera de la sublevaci¨®n el 17 de julio, ya se percib¨ªa al atravesar Burgos y sobre todo Vitoria -que eran ciudades de guarnici¨®n- una gran efervescencia en las calles repletas de militares. "Mi padre apret¨® la marcha, porque como muchos, se esperaba el golpe de Estado. Desde el mes de junio la conspiraci¨®n contra la Rep¨²blica era un secreto a voces. El ambiente era muy tenso, y nada m¨¢s llegar a Lekeitio, la primera noticia por la radio fue la del golpe de los militares. A los que nosotros llam¨¢bamos los facciosos".
A finales de septiembre, los franquistas se acercaban a Lekeitio. El rumor de la batalla se o¨ªa cada vez m¨¢s pr¨®ximo, y llegaban refugiados por la carretera de la costa, en coches, en carros y a pie. Y los pueblos de donde ven¨ªan eran cada vez m¨¢s pr¨®ximos. Desde que se cort¨® la frontera por la ca¨ªda de San Sebasti¨¢n, la gente hu¨ªa hac¨ªa Bilbao. Una noche llegaron desde Ondarroa, que es el pueblo m¨¢s pr¨®ximo. "Esa noche no se durmi¨® en casa y a la ma?ana siguiente, con el pueblo de Lekeitio que empez¨® a evacuar, nos fuimos hasta Bilbao. Era el final del verano". Y el inicio de un largo exilio.
En Bilbao, el padre de Jorge ten¨ªa unos amigos que hab¨ªan alquilado una casa en Las Arenas en donde la familia fue acogida durante unas semanas. En Bilbao, les pillaron los primeros bombardeos de la aviaci¨®n franquista. Y de all¨ª una noche de oto?o con fr¨ªo, mala mar y luces apagadas en un barco de pesca de nombre Galerna, los Sempr¨²n pasan a Francia. En Bayona, cuando desembarcan descubren en la prensa francesa que a los facciosos les llaman nacionales, y a los republicanos rojos. Despu¨¦s de una entrevista en Ginebra, en la sede de Naciones Unidas, con el ministro republicano Julio ?lvarez del Vayo, el padre de Jorge es nombrado embajador de la Rep¨²blica en Holanda, a donde va a parar la familia principios de 1937.
El viaje de regreso a Madrid se detiene entonces, y a partir de ah¨ª, para el joven Jorge comienza el largo periplo del exilio, la resistencia, el campo de Buchenwald, su militancia y su expulsi¨®n del Partido Comunista en 1964, y su larga trayectoria como escritor...
-?Cu¨¢l es su relaci¨®n con los vascos en el exilio?
-Al principio con la gente amiga de mi padre, que son en general vascos del Partido Nacionalista Vasco. O sea gente de la derecha republicana, como mi padre que hab¨ªa creado junto a su cu?ado Miguel Maura el Partido Republicano Conservador. Relaci¨®n normal con los vascos del PNV que como ¨¦l eran tambi¨¦n muy cat¨®licos y reivindicaban el Estatuto.
Entonces, y siendo todav¨ªa adolescente, Sempr¨²n conoce a l¨ªderes nacionalistas en el exilio como Manuel Irujo, que junto a su padre es tambi¨¦n miembro del fantasmal Gobierno de la Rep¨²blica en el exilio. Tambi¨¦n a Jos¨¦ Antonio Aguirre "un l¨ªder de gran carisma entre los vascos" y al futuro lehendakari, Jes¨²s Mar¨ªa Leizaola. Un poco m¨¢s tarde, despu¨¦s de la guerra y de su regreso de uno de los m¨¢s grandes campos de concentraci¨®n en territorio alem¨¢n, conoce a una familia vasca con la que mantiene mucha relaci¨®n personal. Eran los Alberro, cuyo padre Agust¨ªn trabaj¨® muchos a?os como tesorero del Gobierno vasco en Par¨ªs. "Con sus hijos Luis, Maite, Agust¨ªn, que pertenecieron en una ¨¦poca al PCF, tuve buena e intensa relaci¨®n. ?ramos amigos y en esos a?os nos ve¨ªamos mucho y compart¨ªamos veladas de ocio y trabajo pol¨ªtico. Posteriormente, Agust¨ªn fue uno de los hombres de confianza del l¨ªder del PSU, Michel Rocard".
En Buchenwald no tuvo la oportunidad de conocer a vascos, pero s¨ª a muchos en el exilio pol¨ªtico y en el partido. A varios como a Sebasti¨¢n Zapirain, protagonista de aquella famosa campa?a para sacar de la c¨¢rcel a ?lvarez y Zapirain, a Ram¨®n Ormazabal, en la ¨¦poca estalinista de Par¨ªs, "valiente y tozudo", a Crist¨®bal Errandonea, miembro de la direcci¨®n del partido, que cuando se hizo la renovaci¨®n del PCE dej¨® de pertenecer al Bur¨® Pol¨ªtico. "Un hombre muy poco culto pero s¨ª honesto y una fuerza de la naturaleza, como un levantador de piedras".
Por supuesto, tambi¨¦n conoci¨® a Vicente Uribe uno de los m¨¢ximos dirigentes de la vieja guardia, cuya troika la compon¨ªan entonces: Pasionaria (Dolores Ibarruri), que era vasca, Vicente Uribe que era vasco, y el joven "prometedor" que no era vasco, Santiago Carrillo".
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