Las colaboradoras de Roca le sit¨²an en el centro del chalaneo urban¨ªstico
"Todos los convenios los negociaba ¨¦l", dice una testigo en el juicio de Malaya
Se acab¨® el contemporizar y las declaraciones de guante blanco. Durante las primeras jornadas del juicio del caso Malaya, celebradas antes de Navidad, daba la impresi¨®n de que los imputados por el pelotazo urban¨ªstico de Crucero Ban¨²s -el primer bloque del macrojuicio- hubieran firmado un pacto de no agresi¨®n entre ellos, y especialmente con el principal acusado, el ex asesor urban¨ªstico de Marbella Juan Antonio Roca. En esencia, los acusados -socios en un negocio de m¨¢s de seis millones de euros- hac¨ªan como que no se conoc¨ªan y apuntaban al fallecido alcalde Jes¨²s Gil como responsable de la recalificaci¨®n de los terrenos.
Ayer, tras el par¨®n navide?o, lleg¨® el turno de los testigos. Algunas de las colaboradoras m¨¢s directas de Roca, como la abogada Mar¨ªa Casta?¨®n, situaron al ex asesor urban¨ªstico en el mismo centro de los trapicheos urban¨ªsticos del gilismo. La letrada Casta?¨®n, contratada por Roca en la sociedad municipal Planeamiento 2000, afirm¨® que el el supuesto cerebro de la trama "negociaba todos los convenios urban¨ªsticos, con car¨¢cter general". Y que, en concreto, en 2002 negoci¨® con el concejal gilista Pedro Rom¨¢n los t¨¦rminos del convenio de Crucero Ban¨²s, despu¨¦s de que un a?o antes ambos socios -junto al letrado Juan Hoffmann y el ex comisario Florencio San Agapito- adquirieran los terrenos que se iban a recalificar.
Casta?¨®n: "Roca me dio el borrador del convenio delante de Pedro Rom¨¢n"
"Roca estaba con Rom¨¢n en el despacho y delante de ¨¦l me dio el borrador del convenio y las indicaciones para que yo lo redactara", afirm¨® la abogada. Casta?¨®n, antigua amiga del ex asesor urban¨ªstico -en 2001 pag¨® 18.000 de los 450.000 euros de fianza que impuso a Roca la Audiencia Nacional por el caso Saqueo- asegur¨® que entre Roca y el ex regidor Jes¨²s Gil exist¨ªa "una confianza extrema", hasta el punto de que el alcalde "daba por bueno todo lo que ¨¦l hiciera.
Casta?¨®n precis¨® tambi¨¦n que aunque Planeamiento 2000 -entidad encargada de redactar el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de 1998, que nunca tuvo validez- y la gerencia de Urbanismo -que tramitaba las licencias de obra- eran dos entes aut¨®nomos, Roca tomaba las decisiones en ambos ¨¢mbitos.
Cuando Roca alcanzaba el acuerdo con el promotor de turno, llamaba a Casta?¨®n a su despacho y, seg¨²n ella, le daba una hoja manuscrita con el precio y la forma de pago. Tambi¨¦n se reflejaban en esa hoja, a la que la letrada daba luego forma jur¨ªdica, los aprovechamientos urban¨ªsticos que le correspond¨ªan tanto al promotor como al consistorio. Una vez firmado el convenio, los promotores "ped¨ªan licencia de obra y se la daban".
Todo pasaba por Roca. Antes de que se celebraran las reuniones de la comisi¨®n de gobierno municipal, el ex asesor urban¨ªstico reun¨ªa a los concejales en su despacho de Planeamiento y les daba la relaci¨®n de licencias que se deb¨ªan aprobar, record¨® Casta?¨®n.
En la sesi¨®n de ayer intervino brevemente la tambi¨¦n abogada Raquel Escobar, destinada en la gerencia de Urbanismo. Su declaraci¨®n, interrumpida hasta el d¨ªa de hoy porque se estrope¨® el sistema de grabaci¨®n de la vista oral, arranc¨® en el mismo sentido que la de Mar¨ªa Casta?¨®n: "aunque depend¨ªa org¨¢nicamente de Jes¨²s Gil, mi jefe inmediato era el se?or Roca", afirm¨®. Escobar afirm¨® que no ten¨ªa relaci¨®n con Jorge Gonz¨¢lez, el jefe de los servicios jur¨ªdicos de Urbanismo cuya declaraci¨®n, al menos formalmente, dio inicio a la investigaci¨®n del caso Malaya.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.