On¨ªricas historias de vecindad
La mejor manera de ir al teatro es con las expectativas bajas. Lo poco nos parece mucho cuando nada esper¨¢bamos; y lo mucho, insuficiente cuando nos prometieron el oro y el moro. Del bueno de Dmitro Chigrinski, ucranio fichado por el Bar?a en 2009, la afici¨®n cul¨¦ esperaba que fuera una absoluta garant¨ªa en la defensa. Tambi¨¦n Pep Guardiola, pero un par de pifias lo condenaron a chupar banquillo y el presidente Sandro Rosell acab¨® devolvi¨¦ndolo al Shajtar Donetsk.
La ventana de Chigrinski, comedia de sketchs breves, melanc¨®licos y divertidos que se van entrelazando, habla con espumeante ligereza de la nostalgia de los emigrantes, de la soledad que anida en las ciudades y de cu¨¢nto alivia el contacto humano. El t¨ªtulo se refiere a la ventana que el jugador abre ilegalmente (en la ficci¨®n) en el muro noreste de su casa de Barcelona, que los vecinos de enfrente pretenden cerrarle. "No puedo cerrarla, porque desde ah¨ª veo a mi madre en Ucrania cuando sale al patio a barrer la nieve", le responde al presidente de la comunidad de vecinos.
LA VENTANA DE CHYGRYNSKIY
Autor: Jos¨¦ Ram¨®n Fern¨¢ndez. Actores: Miguel Barderas, Beatrice Binotti, Luis Crespo, Eugenio G¨®mez y Nuria Benet. Luz: V¨ªctor Cadenas. Escenograf¨ªa y vestuario: Monica Boromello. Direcci¨®n: Luis Bermejo. Sala Cuarta Pared. Hasta el 23 de enero.
La vena acaso excesivamente l¨ªrica con que Jos¨¦ Ram¨®n Fern¨¢ndez ha irrigado alguna de sus ¨²ltimas obras, en esta ocasi¨®n es caudal de un humorismo po¨¦tico digno del Mihura de Solo el amor y la luna traen fortuna, gran olvidada entre sus comedias mejores. Pero La ventana de Chigrinski es m¨¢s ligera todav¨ªa: formalmente, casi un cabar¨¦. Conviene llegar al teatro pronto, porque 10 minutos antes del comienzo ya est¨¢ calentando la atm¨®sfera con sus melod¨ªas eslavas el tr¨ªo de m¨²sicos callejeros comandado por el guitarrista Nando Lago.
Luis Bermejo, director de la compa?¨ªa Teatro El Zurdo, tiene facilidad probada para crear el clima cercano y surreal en el que se desenvuelven los encuentros fugaces y los pertinaces desencuentros del futbolista internacional de la mirada perdida (Miguel Barderas), la sofisticada int¨¦rprete de lengua ucrania (Beatrice Binotti), el irrisorio representante de la comunidad de vecinos en conflicto (Luis Crespo), el durmiente solitario que amanece siempre en colchones ajenos (Eugenio G¨®mez) y la acrob¨¢tica vendedora de sistemas de descanso, felizmente interpretada por Nuria Benet, que tanto nos hizo re¨ªr tambi¨¦n con La Cubana en C¨®meme el coco, negro. Sorprende su pellizco c¨®mico, la rapidez con que dispara el gag y enfunda el arma, lista para disparar de nuevo.
Son personajes arquet¨ªpicos, con un desarrollo escaso, compuestos por autor e int¨¦rpretes con seguros trazos breves, metidos en situaciones que producen una extra?eza inicial extrema y derivan en una especie de realismo m¨¢gico. La escena que protagonizan la mujer pol¨ªglota y el presidente travestido, tabique por medio, necesita afinaci¨®n. Anteanoche, supieron a poco las dos o tres estrofas del Ochi chiornie interruptus que el b¨²lgaro Tozo cant¨® con su vozarr¨®n.
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