Una asignatura pendiente en la escuela
El debate sobre la transmisi¨®n de unos valores ¨¦ticos y morales m¨ªnimos para todos los ciudadanos en la escuela va inseparablemente unido, al menos en Espa?a, al de la educaci¨®n sexual. Sin embargo, mientras que con el primero ha habido un esfuerzo para solucionar carencias con la implantaci¨®n de la materia obligatoria de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, no ha pasado lo mismo con el segundo. Solo el 41,8% de chicas y el 35,4% de chicos de 15 a 24 a?os afirman haber recibido informaci¨®n sexual en sus centros educativos, seg¨²n la 3? encuesta Schering Sexualidad y anticoncepci¨®n en la juventud espa?ola.
De hecho, para muchos fue una enorme decepci¨®n que Ciudadan¨ªa dejara de lado la ense?anza sexual, salvo lo que se refiere al rechazo a la homofobia. Una de las grandes preocupaciones de los sectores cat¨®licos cuando se discut¨ªan sus contenidos fue precisamente que se mencionara de alg¨²n modo la homosexualidad.
El hecho es que, finalmente, esas ense?anzas quedaron como estaban, al arbitrio de los centros. Por un lado, porque en algunos casos ni siquiera se llegan a dar los escasos contenidos sobre el tema, planteados desde el punto de vista m¨¢s puramente biol¨®gico, que recorren los temarios, ya que muchos docentes evitan esa espinosa cuesti¨®n que podr¨ªa causarle quebraderos de cabeza con alg¨²n padre. As¨ª, el hecho es que esa ense?anza no est¨¢ asegurada, sino que depende de la ideolog¨ªa y del inter¨¦s de centros y profesores y de la asistencia voluntaria a talleres externos.
En 2008, preguntado el Ministerio de Educaci¨®n por qu¨¦ no se hab¨ªa planteado una materia concreta de sexualidad con la ley educativa de 2006, contest¨® que no todo se tiene que convertir en asignatura, y a?adi¨®, adem¨¢s, que se trata de un tema que llega a sobrepasar "el ¨¢mbito educativo" y entra "en el de las familias". Pero, en realidad, ese es el mismo argumento que utilizan los detractores de Ciudadan¨ªa.
A ellos les contest¨® en 2009 el Tribunal Supremo que no se pod¨ªa objetar. La sentencia dijo que la materia se tiene que ense?ar con absoluta objetividad si se trata de cuestiones en las que no existe un consenso social, pero debe incluso ofrecerlas "en t¨¦rminos de su promoci¨®n" cuando se trate de "los principios y la moral com¨²n subyacente en los derechos fundamentales". En cualquier caso, dijo que Ciudadan¨ªa se circunscribe a ¨¢mbitos que el Estado tiene "la potestad y el deber" de impartir.
Ahora, ante el primer recurso que llega al Constitucional sobre aquella sentencia, el abogado del Estado plantea, adem¨¢s, que la libertad de creencias asiste a los menores de edad, de manera que la libertad ideol¨®gica del menor no puede quedar abandonada a lo que decidan sus padres.
Quiz¨¢ la educaci¨®n sexual (desde los m¨¦todos anticonceptivos hasta el sexo por puro placer) est¨¦ a¨²n en ese terreno en el que no hay total consenso social. Pero, mientras se evita repensar qu¨¦ es lo m¨ªnimo que deben saber los chavales sobre ello y desde qu¨¦ edad, la tasa de abortos en menores de 20 a?os por cada 1.000 habitantes ha pasado en Espa?a de 7,49 en 2000 a 13,48 en 2008.
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