Ricky Martin se moja
De haber traspasado fronteras en espa?ol como objeto de deseo para unas a serlo hoy para otros hay un salto importante. Primero, en n¨²meros: el d¨ªa en que Ricky Martin lanz¨® por Twitter su confesi¨®n m¨¢s ¨ªntima empezaron a seguirlo dos millones de usuarios. Despu¨¦s, en felicidad. "Hoy acepto mi homosexualidad como un regalo que da la vida. ?Me siento bendecido por ser quien soy!", dijo cuando lo solt¨® en la red. Por ¨²ltimo, en cifras. Que el ni?o prodigio del grupo preadolescente Menudo, capaz de causar furor en los ochenta, se transforme hoy en un hombre maduro y gay puede cambiar las tornas y avivar hasta el l¨¢nguido y moribundo negocio del disco.
El mensaje corri¨® como la p¨®lvora. M¨¢s que el d¨ªa del anuncio de su paternidad de los gemelos por madre de alquiler. M¨¢s que muchos de los ¨¦xitos que hicieron que este ni?o grande de San Juan de Puerto Rico (naci¨® all¨ª en 1971) se convirtiera en un fen¨®meno latino a escala planetaria, portada de la revista Time y no cayera de esa brecha de ¨¦xitos desde hace m¨¢s de 20 a?os. El sex symbol sal¨ªa del armario, la estrella del contoneo, la cadera y las fans hac¨ªa pedazos su propio molde y echaba por tierra los cimientos de un fen¨®meno sensual, picante, en¨¦rgico y global.
"Ten¨ªa miedo por lo que representaba en mi pa¨ªs, en la m¨²sica"
"El concepto de familia es relativo. Dir¨¦ a mis hijos que tienen dos pap¨¢s"
?Un mal negocio? No parece. Ahora acepta que muchos le puedan echar en cara las consecuencias de su bombazo como una medida operaci¨®n de marketing. Lo hizo justo antes de que aparecieran sus memorias, publicadas en Espa?a por Plaza y Jan¨¦s, y cuando preparaba un nuevo disco.
Pero, antes que nada, fue un desahogo: "Bueno, pueden pensar lo que quieran. En este punto de mi vida, con mi libro publicado creo que he sido completamente transparente. Como he dicho en alguna ocasi¨®n, lo que pase a partir de ahora no lo s¨¦, yo lo ¨²nico que digo es que estoy en paz".
Todo lo dem¨¢s le resbala. "El resto qu¨¦ importa. La gente desde que sal¨ª ha visto esa realidad, esa honestidad, esa cara limpia. Algunos dir¨¢n que lo hice para vender discos; pues bueno, si lo piensan as¨ª es porque nunca se han puesto en mi lugar".
El artista comenta todo eso con la cara reci¨¦n lavada, el pelo mojado tras una sesi¨®n de fotos en el cuarto de ba?o, tom¨¢ndose un cafecito y dispuesto a confesarse a fondo en un hotel de Madrid. Es el nuevo Ricky. Sin medias tintas. Transparente y feliz. Con su libro en la calle y nuevo disco. Mas: M¨²sica + Alma + Sexo, en el que cuenta sin ambages su liberaci¨®n y su antiguo calvario. Un disco que le ha servido para decir hasta aqu¨ª en canciones como Basta ya, en el que restan esencias del Ricky eterno, dirigido a los de siempre y a la vez a un nuevo p¨²blico, el firmamento gay universal.
Las confesiones son directas y muy sinceras, se siente liberado y c¨®modo al hablar de su presente, de su pasado y de lo que tenga que venir. Ya est¨¢ harto de esconderse. "Cuando acepto todo, me miro fijamente al espejo y me digo: esta es tu naturaleza, deja ya de pelear, de batallar. Qui¨¦rete, ¨¢mate... Co?o, si yo hubiera gastado las mismas energ¨ªas en un gimnasio para tratar de dominar una manera de ser, tendr¨ªa los abdominales m¨¢s envidiables del mundo".
Desde que a los 11 a?os se subi¨® a un escenario con otros chavales de su edad, no ha parado de correr. Correr hacia delante. Correr sin pensar, sin mirar a los lados. Correr para huir de s¨ª mismo y sin saber bien qui¨¦n era. Trataba de agradar para conseguir ser aceptado y aceptarse. Un d¨ªa, Madonna, gran amiga suya, se lo dijo: "Deja ya de dar entrevistas, Ricky. Todo el mundo sabe qui¨¦n eres". Pero ?y ¨¦l? ?Lo sab¨ªa ¨¦l? "Yo no lo sab¨ªa. Como cuento en el libro, ve¨ªa 200.000 personas desde un escenario, en estadios, tres continentes en 24 horas, y ten¨ªa una necesidad enfermiza de ser aceptado y trabajar y trabajar para no pensar mucho".
En ese mismo libro, toda una reafirmaci¨®n de su identidad titulada Ricky Martin. Yo, el cantante cuenta su existencia para llegar al punto de no retorno y aceptar cada una de las consecuencias de lo vivido, lo sufrido, lo escondido, sin ambig¨¹edades. "No, no, no vale que me digan lo que soy. Yo s¨¦ lo que soy, y soy un hombre gay".
Pero lo curioso de su caso fue que antes hab¨ªa construido una carrera s¨®lida como latin lover. Un lugar con nubes y claros, de placer y tormento, que fue convirti¨¦ndose en una jaula, una prisi¨®n donde ¨¦l solo sabe c¨®mo vivi¨®. Decidi¨® afrontar todo cuando baj¨® de lleno a los infiernos, cuando se sinti¨® verdaderamente infeliz, con rabia, soledad y reacciones desmesuradas a sus actos. ?C¨®mo se digiere eso? "Llegu¨¦ a tocar fondo",?reconoce. "Yo me vi muy abajo, abajito. Pero ese es otro libro. Prend¨ª la luz y no prend¨ªa, tir¨¦ vasos y vasos contra la pared. Estaba frustrado, desesperado, no sab¨ªa qui¨¦n era y c¨®mo compartirlo: t¨² representas esto, eres Ricky Martin, el s¨ªmbolo sexual, y est¨¢s cansado. Llevaba desde los 11 a?os trabajando como un animal para ser algo y entonces no ve¨ªa otra salida para no pensar que no fuera v¨¢monos de fiesta o si no me quedo aqu¨ª con los pijamas puestos".
Con sus memorias en la mano, Ricky Martin, t¨¦cnicamente, podr¨ªa catalogarse como bisexual. Muchas mujeres aparecen en sus p¨¢ginas. Incluso su primera experiencia en la cama, presionado. "No la disfrut¨¦ nada, pero me insist¨ªan. Tienes que hacerlo, est¨¢s preparado ya, todas las ni?as lo est¨¢n esperando, es lo que t¨² simbolizas. Bueno, pues vamos, vamos, y todo result¨® un desastre. Yo dec¨ªa: 'y tanto, tanto que hablan para esto, por Dios...'. En mi familia no se hablaba de sexo, era tab¨², me eduqu¨¦ en un colegio cat¨®lico, era monaguillo".
Pero ¨¦l jura que sus relaciones con mujeres no le han desviado ni un ¨¢pice de su identidad sexual. En que aquello era un velo impuesto por otros y tambi¨¦n por ¨¦l mismo. "S¨ª, he amado y gozado con mujeres y me he sentido en calma, en paz y deseado y he deseado yo a alguna mujer. Pero en este momento yo s¨¦ qui¨¦n soy. Mucha gente me dice ahora que en aquella ¨¦poca quiz¨¢ yo estaba intentando convencerme de algo. Bueno, ll¨¢malo como t¨² quieras, pero en ese momento yo s¨¦ lo que sent¨ªa".
Y lo que sinti¨® fue atracci¨®n por los hombres desde siempre. "Yo creo que al igual que el heterosexual, con cinco o seis a?os cuando vas a la escuela y hay una nenita que te gusta, pues lo mismo para el homosexual. Lo que pasa es que uno trata de bloquear ese sentimiento cuando alrededor toda una sociedad, una religi¨®n, un entorno, te dicen que eso est¨¢ mal. No se supone que uno sienta de esa manera, y desde el primer momento que lo intuyes paras el cosquilleo ese en el est¨®mago y llega la confusi¨®n, el enga?o".
Es dif¨ªcil de entender en su caso. M¨¢s en un mundo cosmopolita, abierto, en la far¨¢ndula de Livin' la vida loca cantada por el burro de Shrek. Sencillamente se esperaban otras cosas de ¨¦l y todo el entorno le llevaba a la conclusi¨®n de que lo que realmente sent¨ªa era malo. "Por lo que yo representaba, tanto en mi familia, en mi pa¨ªs, en la m¨²sica", dice.
Hab¨ªa trazado una carrera perfectamente dirigida, que le coloc¨® en el centro del show business como rey del pop latino y tambi¨¦n en la televisi¨®n, como chico anuncio y como gal¨¢n de telenovelas que se consum¨ªan en toda la ¨®rbita hispana. Una carrera que logr¨® conquistar los mercados emergentes para el fen¨®meno de los de su cultura en EE UU, pero tambi¨¦n en toda Europa; en Asia, en China y Jap¨®n... Y una carrera de la que ¨¦l nunca ha renegado por no ser plenamente consciente de su manejo. Donde entr¨® con todas las consecuencias y domin¨® cada paso. "Hay que pedirle m¨¢s a la vida. En un momento dej¨¦ que me exprimiera, pero hay una l¨ªnea bien delgadita entre ser conformista y mediocre y exigirte un poco y querer m¨¢s. Qu¨¦ rico es sentir felicidad, no creo a los que dicen que hacen m¨²sica para s¨ª mismos, que no importa si gusta o no al p¨²blico".
Ricky Martin busc¨® una f¨®rmula propia, mestiza, que le convirti¨® en icono de un estilo difuso, pero comercial y pegadizo. El pop latino. "Las etiquetas me inquietan un poco, nunca he sido purista ni quiero serlo. Mestizaje, que es lo que hago. Hay melod¨ªas muy pop que se convierten en rock. Pueblo, gente, masas, bulla". La cosa cuadr¨® sobre todo en Estados Unidos. Pero ese es un Dorado que no solo vale para los del Sur. "Los Beatles tambi¨¦n lo buscaron, estaban muy contentos cuando llegaron a Am¨¦rica y eran anglosajones".
Es un mercado, un mundo donde resulta dif¨ªcil ser aceptado. "En alg¨²n momento de mi vida yo he sentido el racismo all¨¢". Fue en comparaci¨®n a c¨®mo le recib¨ªan en otros sitios. "Lo sent¨ªa como un encasillamiento, como que no me iban a querer ni aceptar si no me convert¨ªa en uno de ellos. Llegaba a Francia, Jap¨®n, China, y me dec¨ªan: aqu¨ª viene un artista a presentar su trabajo, porque mi m¨²sica no representaba descaradamente el sonido latino. ?Qu¨¦ es eso? En todos los lugares es distinto...".
La cabezoner¨ªa le empuj¨® hacia arriba. "Hay que trabajar, ser terco. ?Qu¨¦ vino primero? ?El talento o el esfuerzo? No lo s¨¦ en mi caso. Quiz¨¢ las dos cosas. Me gusta lo que hago y he estado rodeado de gente muy fiable. Pero tambi¨¦n he aprendido de los que fueron seducidos por la fama y no sintieron esa fuerza que da el escenario y la idolatr¨ªa y acudieron a las drogas para poder seguir con una euforia artificial".
Pese a controlar todo aquello desde muy peque?o, su vida era dif¨ªcil, pero ¨¦l ha elegido voluntariamente su destino. "Yo lo hab¨ªa creado, o m¨¢s bien, cuando yo entro en un grupo como Menudo, a los 12 a?os, ya eres autom¨¢ticamente un s¨ªmbolo sexual. ?Qu¨¦ es el sexo a esa edad? Yo no lo sab¨ªa, pero creas un rol para atraer a las chiquitas y el que m¨¢s se mueve y menea las caderas tiene m¨¢s ¨¦xito y uno se condiciona...".
En alg¨²n momento de sus memorias, Martin define eso como un trabajo, una obligaci¨®n. Pero no le cuesta desdecirse. Ah¨ª entra el ego. "Yo lo disfrutaba y lo disfruto. Cuando uno hace un movimiento y te gritan: ?Guau, bravo! Pues, ya sabes, la autoestima, el ego, llama la atenci¨®n, quieres m¨¢s. De eso vive el artista".
Su caso, desde que Rock Hudson cont¨® antes de morir su calvario como gal¨¢n, no hab¨ªa causado tanto impacto en un sentido mucho menos tr¨¢gico, se entiende. ?l lo ha podido aceptar en vida. "Hudson no lo pudo asimilar, y como ¨¦l, millones de seres humanos, hombres y mujeres que desafortunadamente no han sido capaces. Y es un problema que perdura, con adolescentes que se suicidan y adultos que no saben qui¨¦nes son y mueren sin haberse aceptado. Es tr¨¢gico. Muy doloroso. Te llena de coraje".
Lo m¨¢s ir¨®nico y lo m¨¢s aleccionador para quien como ¨¦l sufre antes de dar el paso es que no ha ocurrido nada desde entonces. Al contrario. Todo el miedo se autodestruy¨®, se evapor¨®. Aquello era su bestia particular. Nadie le retir¨® el saludo. "No, no, al contrario, as¨ª mismo es. Pero como est¨¢s condicionado desde que naces, pierdes la autoestima, tienes miedo. Pero yo ahora vivo un momento en el que celebro cada paso que doy, y mis hijos...".
Mateo y Valentino son los primeros. Porque vendr¨¢n m¨¢s, asegura. Ricky Martin hoy es un padre feliz. "Muchos me dicen qu¨¦ ego¨ªsta soy al traer al mundo ni?os sin una madre; todo es relativo, de qu¨¦ color vas a presentar su realidad, de todos los colores, nadie es igual y cuando me pregunten les dir¨¦ que el amor que exist¨ªa dentro de m¨ª hacia ellos fue lo que hizo que encontrara la manera de traerles al mundo y sentirse ¨²nicos a su manera".
Tampoco tiene miedo a las dudas que vengan en ese sentido. "No todas las familias son iguales, hay familias con mam¨¢s y otros seres humanos andan por la vida sin haber sido deseados. Lo importante es que tienen amor. El concepto de familia es relativo, m¨¢s amplio. Cuando vengan del colegio y me digan: 'Mi amiguito tiene mam¨¢, ?por qu¨¦ yo no?', les responder¨¦: 'Tu amiguito no tiene dos pap¨¢s". Sentido com¨²n. "Es jugar con eso y su autoestima, que sean felices y alejarlos de aquello que les vaya a pisotear. No hay espacio en mi casa para aquello que ponga en peligro su autoestima y su dignidad".
Fuera prejuicios. Aunque Ricky Martin, al ser padre, se ha dado cuenta desde su nueva perspectiva que acechan por todas partes. "Mis hijos tienen el pelo largo porque detestan al barbero. Alguien me dijo: 'Parecen nenas'. Si eso es lo que nos va a preocupar, estamos bien mal. Y si hace calor, pues yo les pongo mo?o o no. ?Qui¨¦n soy para decirles lo que se tienen que colocar encima? ?T¨² sabes lo que yo he sufrido en mi vida por sentirme obligado a hacer algo que no era o a ponerme algo que no era...? Me cuesta educar a la familia".
Dos padres dir¨¢ que tienen a sus ni?os. ?Dos padres? El nuevo Martin anda feliz con su pareja. ?Habr¨¢ boda? "No nos hemos parado en la alfombra roja, ni hemos dado entrevistas. En Espa?a puede pasar, el matrimonio entre personas del mismo sexo debe ser un derecho en todas partes. Ese papelito para muchos no es importante, pero para otros s¨ª lo es. Una vez habl¨¦ de esto y ya dijeron: 'Se va a casar'. Quiero tener ese derecho por si un d¨ªa me levanto y digo: vamos, ?d¨®nde est¨¢ el juez?".
No significa que la cosa sea ya. Inmediata. "El punto es que estoy bien contento con mi pareja, el hecho de entrar en una relaci¨®n ya es abrumador, pero entrar en una conmigo, una figura p¨²blica, le hace mucho m¨¢s valiente a ¨¦l porque sus padres, su familia, nunca han estado expuestos a la luz p¨²blica. Lo saben, como todo el mundo, pero es una decisi¨®n que tomaremos cuando estemos c¨®modos".
Todo eso, si se produce, vendr¨¢ para bien. Pero el murmullo, el ruido, ya es la ¨²ltima de sus preocupaciones. Desde que se hizo visible acabaron las mentiras, las manipulaciones. Dentro y fuera de su c¨ªrculo. "Yo mismo pon¨ªa mi propia barrera porque si te dejaba entrar mucho conoc¨ªas demasiado y no quer¨ªa. Ten¨ªa mi grupo de gente con el que era transparente y viv¨ªa y amaba dentro de ese grupo. Pero ahora, qu¨¦ me vas a preguntar que no te pueda contar y eso es bien loco porque desde que yo entr¨¦ en Menudo, desde mi primera entrevista, yo ya dije que ten¨ªa 12 a?os cuando en realidad ten¨ªa 11. Me enferma contar mentiras porque no toda mi vida ha sido una mentira, yo solo manipul¨¦ la informaci¨®n". ?C¨®mo as¨ª? "Cuando me sent¨ªa invadido, manipulaba la forma de salir. Me lo empezaba hasta a creer que mi vida era as¨ª".
Su vida, como dijo, era una huida hacia delante en un mundo competitivo, donde tem¨ªa que un mal paso se lo tragara todo. Pero quiso parar en un momento, conocer el otro lado de la foto, del escenario, del mundo. Lo hizo viajando. De inc¨®gnito, en hoteles baratos, por Estados Unidos, rumbo a la India.
"Las cosas que aprend¨ª viajando solo me llegaron a la vida sin buscarlas". La explotaci¨®n infantil es una de ellas. Por eso ha creado una fundaci¨®n para combatirla. "Es dif¨ªcil y frustrante querer cerrar la abolici¨®n de la esclavitud en una nueva era, pero la gente de la que me f¨ªo dice: tranquilo, con que rescates una sola vida ya es suficiente".
La suya es una espiritualidad contraria a la que le produce escuchar al Papa ciertas cosas, desde el uso del cond¨®n hasta su obsesi¨®n por el t¨¦rmino dictadura del relativismo. "Me provoca mucho nervio; yo, al contrario, voy al Twitter y digo practica el sexo seguro: usa cond¨®n, los Gobiernos lo deben regalar. Yo no digo que tu manera de verlo est¨¦ mal, el conflicto viene cuando t¨² me dices a m¨ª que no tengo raz¨®n, ah¨ª ya me enojo. Eso no me gusta. Todo es relativo. Cuando se escucha hablar de la dictadura del relativismo y luego se meten conmigo y dicen que estoy mal, me entra la risa".
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