El Gobierno pondr¨¢ a prueba el rechazo de Batasuna a la violencia

"La guerra est¨¢ casi ganada. Ahora hay que ganar la paz". Esta expresi¨®n, pronunciada por un miembro de la c¨²pula de La Moncloa, resume el escenario creado tras el comunicado de ETA del pasado lunes. Y tuvo su reflejo en los encuentros que mantuvieron el mi¨¦rcoles en La Moncloa el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y el vicepresidente Alfredo P¨¦rez Rubalcaba con el lehendakari, el socialista Patxi L¨®pez, y el presidente del PNV, I?igo Urkullu, respectivamente.

El diagn¨®stico com¨²n fue que el ¨²ltimo comunicado de ETA es la expresi¨®n de que se ha avanzado en el fin del terrorismo porque el acoso policial y la presi¨®n de Batasuna han obligado a la banda a ampliar su cese de la actividad terrorista, anunciado el 5 de septiembre, a la kale borroka y a la extorsi¨®n. Los reunidos constataron, como s¨ªntoma, que los empresarios no reciben cartas de extorsi¨®n desde octubre.

Los empresarios no reciben cartas de extorsi¨®n desde octubre

El Ejecutivo admite el esfuerzo de Batasuna, pero desconf¨ªa de ETA

Pero el aspecto m¨¢s destacado fue la constataci¨®n de que, por vez primera en la historia, ETA se ha visto obligada a responder a la presi¨®n de Batasuna. Y esa presi¨®n, a trav¨¦s de las declaraciones de Bruselas, en marzo, y de Gernika, en septiembre, ha sido clave para que ETA ampl¨ªe el alcance del anunciado cese de actividad del pasado 5 de septiembre.

El lado negativo, tambi¨¦n compartido, fue que ETA, aunque est¨¢ m¨¢s acosada policial y pol¨ªticamente que nunca, no se da por vencida. No se resigna a desaparecer y a ceder a Batasuna la gesti¨®n pol¨ªtica del movimiento abertzale radical, con lo que su final requerir¨¢ tiempo. Este es el aspecto en el que m¨¢s inciden los informes que elaboran las Fuerzas de Seguridad, cur¨¢ndose en salud para evitar sorpresas como el atentado de la T-4 de Barajas.

Tambi¨¦n coincidieron los reunidos en resaltar la importancia de la respuesta unitaria al comunicado de ETA. La inmensa mayor¨ªa de los partidos, incluido Aralar, que junto a Batasuna reclam¨® en septiembre a ETA el alto el fuego unilateral, permanente, verificable y con vocaci¨®n de definitivo, descalificaron el comunicado de la banda por la negativa de ETA a desaparecer. Y concluyeron que la respuesta de los partidos, unitaria y cr¨ªtica al comunicado de ETA, forz¨® al d¨ªa siguiente a Batasuna a corregir el comunicado de la banda, subrayando que su decisi¨®n de abandonar la violencia era unilateral e incondicional.

En esta tesitura de reconocimiento com¨²n por los reunidos el mi¨¦rcoles en la Moncloa de los pasos de Batasuna hacia la normalizaci¨®n y la profunda desconfianza hacia ETA, se plantearon dos posiciones. De un lado, quienes se inclinaban por apuntalar a Batasuna frente a ETA con la facilitaci¨®n de su legalizaci¨®n, posici¨®n que defendi¨® el presidente del PNV, I?igo Urkullu. Urkullu tambi¨¦n admiti¨® que la sentencia del Tribunal de Estrasburgo de junio de 2009 complica mucho la legalizaci¨®n de Batasuna, al identificarla con ETA, con el agravante de que en el comunicado del lunes la banda trata de mantener su tutela.

La segunda posici¨®n fue la de quienes optaban por mantener la presi¨®n sobre Batasuna, impidiendo su legalizaci¨®n, hasta que confirme con hechos su voluntad de rechazo de la violencia. Esta posici¨®n la defendieron P¨¦rez Rubalcaba, L¨®pez y Zapatero. Una posici¨®n en la que coincide el PP, cuyos representantes fueron informados por Rubalcaba de lo tratado en la reuni¨®n.

Pero la estrategia de los Gobiernos central y vasco tiene matices. Pretenden dar la batalla a Batasuna oponi¨¦ndose a la inscripci¨®n de un nuevo partido, pero tienen en cuenta, a la vez, que existe un debate de opini¨®n en Euskadi, y ofrecen argumentos para impedir que Batasuna se presente como v¨ªctima.

Su estrategia pasa por expresar p¨²blicamente su voluntad de que Batasuna se integre en las instituciones, como manifest¨® el viernes el lehendakari L¨®pez en un acto en Bilbao. Pero tambi¨¦n por someter a prueba la voluntad democr¨¢tica que proclaman.

En este sentido, ambos gobiernos creen necesario que Batasuna pase por la prueba de su no legalizaci¨®n para demostrar que su posici¨®n no es t¨¢ctica y electoralista y que, por el contrario, es cierto que su apuesta por la democracia es irreversible, como dicen sus dirigentes.

Tambi¨¦n creen ambos Gobiernos que ser¨¢ una prueba para ETA. La ¨²nica manera de saber si ETA urde una nueva tregua trampa o no, consiste en comprobar la reacci¨®n de la banda ante una Batasuna a la que los tribunales impiden presentarse a las elecciones de mayo.

En este ¨²ltimo caso, si ETA ha hecho una tregua electoral tramposa, la banda o una parte de ella romper¨¢ la baraja. Ambos Gobiernos est¨¢n dispuestos a correr ese riesgo a corto plazo, antes de que terminen repiti¨¦ndose los precedentes de las treguas anteriores. Si Batasuna soporta la prueba, tendr¨¢ su gran oportunidad en las elecciones vascas de dentro de dos a?os, opinan en el Gobierno.