"La estrategia militar es incuestionable"
ETA aprob¨® en noviembre una resoluci¨®n en la que reivindica el uso de la violencia y rechaza supeditarse a los movimientos pol¨ªticos de Batasuna
"Partimos de la base de que la estrategia pol¨ªtico militar es incuestionable". Esta frase encabeza uno de los p¨¢rrafos de la resoluci¨®n, desconocida hasta ahora, que el n¨²cleo dirigente de ETA aprob¨® en noviembre en un debate interno en el que perfil¨® el comunicado de prolongaci¨®n de la tregua difundido el pasado lunes. Ya no es solo una cuesti¨®n de desfase temporal con su brazo pol¨ªtico, es una cuesti¨®n de fondo. La organizaci¨®n terrorista, seg¨²n fuentes conocedoras de los documentos, no est¨¢ por la labor de supeditarse a los movimientos de la denominada "izquierda abertzale oficial" y, menos a¨²n, de plantearse la renuncia a las armas, como se le pide. El debate interno ha venido a mostrar que el n¨²cleo dirigente de ETA resiste la presi¨®n de Batasuna y, al menos de momento, no piensa asumir compromisos mayores que despejen el camino de la legalizaci¨®n a su brazo pol¨ªtico.
La aprobaci¨®n se produjo en el debate que alumbr¨® el ¨²ltimo comunicado
Los dirigentes dejaron a los presos al margen para evitar filtraciones
No hay noticias de que Ternera y la vieja guardia influyan en la banda
El car¨¢cter "general" de la tregua supone el cese de la extorsi¨®n econ¨®mica
Zapatero inform¨® a Rajoy el d¨ªa 8 de que el comunicado era inminente
La escisi¨®n interna es una posibilidad no descartable a medio plazo
Tras el acuerdo de Gernika en el que las formaciones de izquierda abertzale Batasuna, EA y Aralar la emplazaron formalmente a "un alto el fuego permanente, unilateral y verificable por la comunidad internacional como expresi¨®n de voluntad para el definitivo abandono de la actividad armada", la direcci¨®n de ETA pens¨® que la respuesta de la organizaci¨®n deber¨ªa estar avalada por un n¨²mero suficiente de militantes para que no se cuestionara la legitimidad de la decisi¨®n. A la b¨²squeda de ese respaldo, abri¨® un debate interno que se ha desarrollado entre octubre y noviembre en un ¨¢mbito militante reducido, siempre seg¨²n las citadas fuentes. Aunque la organizaci¨®n terrorista ha restablecido en los ¨²ltimos tiempos la comunicaci¨®n con los presos de las diferentes c¨¢rceles, el n¨²cleo dirigente opt¨® por dejar a los makos (c¨¢rceles) al margen del debate para as¨ª evitar filtraciones e interferencias.
El comunicado de respuesta de ETA, que ha sido juzgado de forma casi un¨¢nime como "insuficiente" , adquiere una significaci¨®n mayor a la luz de esa proclama de reafirmaci¨®n de que la estrategia pol¨ªtico militar, esto es: la violencia terrorista, sigue siendo incuestionable. Ahora parece m¨¢s claro que, salvo que se produzca un vuelco en la relaci¨®n de fuerzas internas o las presiones exteriores obtengan mayores efectos, la organizaci¨®n terrorista dejar¨¢ la legalizaci¨®n de Batasuna a la suerte que le dispensen el Ministerio del Interior, la Fiscal¨ªa y los tribunales. Cabe sospechar en su actitud el prop¨®sito subyacente de situar a las bases de su brazo pol¨ªtico en el campo de la frustraci¨®n para seguir teni¨¦ndolas amarradas a la estrategia violenta. "?Veis c¨®mo no hay nada que hacer por esa v¨ªa?", esa ser¨ªa su interpelaci¨®n a una Batasuna fracasada en su prop¨®sito de legalizarse.
Con las antenas desplegadas permanentemente desde hace meses, el Gobierno supo de la llegada del comunicado el pasado d¨ªa 8, s¨¢bado, y esa misma tarde inform¨® al PP de que la difusi¨®n del v¨ªdeo con el comunicado era inminente. ETA ha apurado los plazos de respuesta con el presumible prop¨®sito a?adido de recortar el margen de maniobra del Gobierno, que ahora dispone de menos tiempo para examinar y pronunciarse sobre las candidaturas de Batasuna.
La resoluci¨®n aprobada en el debate interno de la organizaci¨®n terrorista adelanta la perspectiva de una vuelta a las andadas en el supuesto de que Batasuna no obtenga la legalizaci¨®n y que las negociaciones sobre la territorialidad (incorporaci¨®n de Navarra) y el derecho a la autodeterminaci¨®n que reclama no den fruto. Lejos de asumir su fracaso y el desastre de su historial sangriento, ETA contin¨²a sin renunciar a obtener un premio pol¨ªtico que la justifique ante los suyos. Y, pese a los rumores que circulan desde hace tanto tiempo, no hay noticias de que Josu Ternera y otros activistas de la vieja guardia tengan presencia e influencia suficientes que les permitan ejercer el papel moderador y pragm¨¢tico que se les atribuye. Como en cualquier organizaci¨®n de sus caracter¨ªsticas, clandestinas y criminales, en ETA manda el de la pistola, el de la pistola humeante, sobre todo, y tambi¨¦n el que maneja el dinero y la informaci¨®n.
Un problema serio, ahora que Batasuna pretende cambiar de rumbo, es que ETA tiene una direcci¨®n altamente inestable, ocupada por tipos que acaban de llegar a la c¨²pula y que si se trata de escuchar a los veteranos, prefieren a los revenidos tan fan¨¢ticos como ellos. Tipos como el propio David Pla, a quien se atribuye la lectura del comunicado en el v¨ªdeo difundido el lunes, y su predecesora en esa tarea, Iratxe Sorzabal, que en el debate que sigui¨® a la ruptura de la anterior tregua se mostr¨® encendida partidaria de volver a "hacer todas las T-4 posibles", dan el perfil de estos antiguos alevines de Jarrai o Segi criados en el disparate pol¨ªtico y el sectarismo imperante en la franja m¨¢s radical de "comunidad ETA-Batasuna". No es con planteamientos "liquidacionistas" como se asciende a la c¨²pula y tampoco cabe esperar que ahora que ya est¨¢n ah¨ª decidan que ha llegado el momento de desmontar la organizaci¨®n.
La pregunta es si los jefes de ahora estar¨¢n lo suficientemente ciegos como para ignorar los requerimientos de su brazo pol¨ªtico, si su fanatismo les llevar¨¢ a asumir la escisi¨®n interna y a quedar deslegitimados ante la mayor parte de las bases de la izquierda abertzale, el espacio creado con el surgimiento de ETA hace medio siglo. No ser¨ªa la primera vez que en su seno surgieran voces clamando por un ej¨¦rcito "menos numeroso, pero m¨¢s entregado, disciplinado y fiel", ante las cr¨ªticas, siempre soterradas, que los atentados m¨¢s sangrientos suscitaron en sus aleda?os pol¨ªticos.
La escisi¨®n es una posibilidad que no cabe descartar a medio plazo, por mucho que les conduzca a la marginaci¨®n, grapizaci¨®n. A los m¨¢s locos no les suele temblar el pulso, ni siquiera cuando tienen una organizaci¨®n exang¨¹e. ETA ya abri¨® la grieta a lo largo de su izquierda abertzale hace cuatro a?os, cuando sac¨® a Batasuna de la mesa negociadora de Loyola (Guip¨²zcoa) y enterr¨® las esperanzas de paz de los vascos y espa?oles con los escombros de la T-4 del aeropuerto de Barajas. Deber¨ªa saber que si rompe la tregua dentro de seis meses lo que provocar¨¢ no ser¨¢ otra grieta, sino el resquebrajamiento a cielo abierto de la "izquierda abertzale oficial", la fractura, la escisi¨®n. ?C¨®mo reaccionar¨¢n, por ejemplo, los centenares de presos que se mantienen a la espera del "proceso", con un ojo puesto en Batasuna y en la esperanza de que la tregua tenga un desenlace favorable que favorezca su temprana excarcelaci¨®n, y con otro miran al centenar de compa?eros que han iniciado ya la senda de la reinserci¨®n y est¨¢n siendo agrupados en Nanclares de la Oca (?lava) y en c¨¢rceles cercanas al Pa¨ªs Vasco?
En el Acuerdo de Gernika, suscrito por el conjunto de la izquierda abertzale (Batasuna, Aralar y EA), se reclama la "aplicaci¨®n sin restricciones ni arbitrariedades de todos los beneficios penitenciarios legalmente establecidos", pero la que se opone antes que nadie a la aceptaci¨®n de esas medidas es la propia ETA. En su bolet¨ªn interno EKIA, de principios de 2009, la c¨²pula de la organizaci¨®n terrorista record¨® a sus reclusos la prohibici¨®n de solicitar cambios de grado penitenciario, traslados de centro y permisos de salida, al tiempo que reiteraba su orden de rechazar propuestas de cumplimiento de la pena en r¨¦gimen de arresto domiciliario o bajo control de medios telem¨¢ticos, as¨ª como el abono de las indemnizaciones establecidas en las sentencias. El art¨ªculo 90 del C¨®digo Penal vincula los beneficios penitenciarios a la consideraci¨®n hacia las v¨ªctimas y el "reconocimiento del da?o causado". ?Significa que Batasuna es partidaria de que los presos de ETA entren en la v¨ªa de la reinserci¨®n? Cabe pensar que si ETA desapareciera, dejar¨ªa de tener sentido el r¨¦gimen penitenciario especial que rige para sus reclusos y muchos de ellos podr¨ªan aspirar a la libertad condicional.
Lo que no se acaba de entender, aunque d¨¦ cumplida cuenta de las servidumbres y ataduras que la ligan a la organizaci¨®n terrorista, es que la reacci¨®n formal de Batasuna haya sido aventar p¨²blicamente la ficci¨®n de que el "documento" de ETA es "valiente, de alcance hist¨®rico y determinante para conseguir la paz". ?A qu¨¦ juegan cuando, en abierto contraste con el semblante, m¨¢s bien ceniciento, de algunas de sus figuras, proclaman que el comunicado de ETA "es el final del final" y, acto seguido, vaticinan que llegar¨¢n nuevos comunicados? ?Es una manera de seguir presionando al Gobierno y a los actuales propietarios del sello del hacha y la serpiente de animar a sus bases para que no decaiga, de transmitir confianza a sus socios de ETA y a los sindicatos abertzales, de estimular a su mediador Brian Currin, de por s¨ª ya bastante estimulado puesto que se ha lanzado inmediatamente a refrendar la validez del comunicado?
Sus finos abogados no pueden ignorar que el Tribunal Constitucional ha establecido que al brazo pol¨ªtico de ETA no le basta con la condena gen¨¦rica de la violencia -ya lo hicieron en 2009 cuando concurrieron a las elecciones europeas bajo el paraguas legal de Izquierda Castellana- y que precisa de "contraindicios", de pronunciamientos claros, expl¨ªcitos, contundentes. ?Est¨¢n en condiciones de hacerlo despu¨¦s de haber saludado en t¨¦rminos tan efusivos el texto de ETA, apenas medio folio de ret¨®rica ramplona, que ni siquiera cubre el acuerdo de establecer una tregua unilateral, permanente y verificable por la comunidad internacional suscrita por Batasuna en Gernika?
La ausencia del t¨¦rmino "unilateral" es clave porque sit¨²a los planteamientos de la territorialidad y la autodeterminaci¨®n bajo el prisma de la continuidad del chantaje y la amenaza. Aunque las expectativas creadas eran bien otras, no puede hablarse de sorpresa. En todas sus declaraciones de los ¨²ltimos tiempos, aparece omnipresente la idea de que el mantenimiento de la tregua est¨¢ sujeto a la voluntad y disposici¨®n negociadora demostrada del Gobierno central. "Ese esquema (el de la unilateralidad) nos conduce inevitablemente al bloqueo, a que cada uno reh¨²ya su propia responsabilidad" (...) "Lo sustancial no est¨¢ en qu¨¦ pasos debe dar ETA, de forma parcial y aislada, el objetivo reside en la resoluci¨®n democr¨¢tica del conflicto pol¨ªtico, en cerrar para siempre la herida, y eso nos exige actuar con responsabilidad a todos", indicaron el 26 de septiembre al diario Gara, solo cuatro d¨ªas despu¨¦s del Acuerdo de Gernika. "Resulta imprescindible, si se pretende una superaci¨®n definitiva, que la soluci¨®n sea firme y que se desarrolle por medio de negociaci¨®n y conversaci¨®n y se edifique en compromisos multilaterales", hab¨ªan afirmado una semana antes a la BBC.
Incluso Aralar (fundado a partir de una escisi¨®n de Batasuna) ha llamado la atenci¨®n sobre la ausencia del t¨¦rmino "unilateral" y denunciado el p¨¢rrafo final, en el que ETA comunica que "no cejar¨¢ en su esfuerzo y lucha por impulsar y llevar a t¨¦rmino" lo que denomina "el proceso democr¨¢tico" y que no es otra cosa que el prop¨®sito de imponerse a la democracia con el chantaje. A cambio, la organizaci¨®n terrorista ha declarado por vez primera una tregua "general", lo que supone el cese de sus actividades de extorsi¨®n, y es que las cartas de chantaje a empresarios y profesionales ser¨ªan imposibles de ocultar a la verificaci¨®n internacional. Ya en agosto de 2009, la direcci¨®n de ETA inst¨® a sus bases a "llenar el cerdito", a apurar la extorsi¨®n para hacerse con un fondo suficiente que les permitiera sobrevivir econ¨®micamente durante los meses de tregua. ?El car¨¢cter general de la tregua implica tambi¨¦n abandonar las tareas de captaci¨®n y de formaci¨®n?
La organizaci¨®n terrorista estaba obligada a prolongar la tregua para no entrar en un choque frontal con Batasuna y porque no le interesa desairar a los mediadores internacionales y europarlamentarios amigos del Friendship que le brindan el espejismo del apoyo internacional con el que tanto presumen. Necesitaba, adem¨¢s, apuntalar "el proceso de acumulaci¨®n de fuerzas independentistas" y retener particularmente a EA, imprescindible puesto que en estas circunstancias Batasuna dif¨ªcilmente lograr¨¢ crear un partido sustitutivo legalizable, ni concurrir en solitario a las elecciones. En definitiva, ETA est¨¢ dispuesta a hacer una tregua que lleve el calificativo de "permanente" y "verificable", pero no a bajar los brazos y aceptar una salida sin premio pol¨ªtico a su sangrienta historia. ?Qu¨¦ papel le toca desempe?ar a Batasuna? ?Hacer como si ETA estuviera en l¨ªnea y presionar al Gobierno?
Por momentos, el asunto adquiere un aire de farsa, como de representaci¨®n de una obra en la que algunos protagonistas enga?an para ver si otros se dejan enga?ar. La equiparaci¨®n irlandesa, tan ansiada como forzada e irreal, siempre muy ¨²til a la hora de dar gato por liebre y aparentar autenticidad, honorabilidad, conflicto y guerra con may¨²sculas, aporta un toque propio a la escena. ?Qu¨¦ verificaci¨®n podr¨ªan hacer Brian Currin y su grupo aparte de preguntarles a las polic¨ªas si han visto alg¨²n movimiento raro? Esto no es Irlanda. Aqu¨ª, los arsenales que mostr¨® el IRA habr¨ªa que crearlos. De seguir algunos guiones, el Gobierno deber¨ªa prest¨¢rselos para la foto definitoria, esa imagen que lo explica todo y se impone por s¨ª misma sin necesidad de mayores explicaciones. Pero no parece que vaya a darse esa fotograf¨ªa final, no al menos hasta que, como ha dicho Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo, los encapuchados de ETA se levanten la capucha. El presidente del Gobierno repiti¨® el otro d¨ªa que "el final de ETA ser¨¢ duro, costoso, dif¨ªcil". Hace tiempo que se ha quebrado la idea tan irlandesa del "empate infinito", que establece que "ninguna de las partes puede ganar, ni ser derrotada". Aunque pueda prolongar su agon¨ªa, ETA est¨¢ siendo derrotada y el hartazgo de la sociedad vasca para con la violencia terrorista ha alcanzado el punto de saturaci¨®n.
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