El faro de Moncloa vuelve a brillar
Termina la remodelaci¨®n de la torre, que se abrir¨¢ en septiembre
Naci¨® en 1992, el a?o de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona -quiz¨¢ por algo de envidia a la capital catalana-, como "s¨ªmbolo del Madrid del a?o 2000", seg¨²n dijo entonces el alcalde de la ¨¦poca, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano (PP). El faro de Moncloa, sin embargo, empez¨® pronto a ser cuestionado y pas¨® por varios problemas. Al poco de recibir Alberto Ruiz-Gallard¨®n la vara de mando, en 2003, la torre de comunicaciones (que esa era su funci¨®n inicial) fue languideciendo y sufriendo cierres peri¨®dicos, hasta el cerrojazo definitivo en agosto de 2008.
Casi 18 a?os despu¨¦s de su inauguraci¨®n, el faro se ha lavado la cara, luego de una remodelaci¨®n en dos fases que ha costado 5.650.000 euros. Las obras ya est¨¢n terminadas y ahora solo hace falta que la Concejal¨ªa de Econom¨ªa y Empleo, a trav¨¦s del Patronato de Turismo, se haga cargo de las instalaciones. A¨²n quedan unos cuantos meses para que se abra al p¨²blico. Quiz¨¢ a finales de septiembre o en octubre ya se pueda visitar.
La rehabilitaci¨®n, que incluye un restaurante, ha costado 5,6 millones
Una gran columna exterior iluminada informar¨¢ de citas culturales
La novedad m¨¢s llamativa ser¨¢ la instalaci¨®n de un restaurante en la zona del mirador y una terraza en la base, en una zona ajardinada que ya se ha habilitado. Precisamente, estos nuevos equipamientos son los que van a retrasar la puesta en marcha de las instalaciones, porque todo el trabajo de acondicionamiento y puesta al d¨ªa ya est¨¢ hecho.
Seg¨²n cuenta el concejal de Hacienda, Juan Bravo, para poner en marcha los dos servicios de restauraci¨®n es necesario un plan especial que exige una modificaci¨®n del Plan General urban¨ªstico, y que llevar¨¢ un tiempo tramitar. Una vez que se apruebe, el Ayuntamiento convocar¨¢ un concurso para la explotaci¨®n comercial de la terraza, el restaurante y tambi¨¦n las visitas al edificio, pues el Consistorio renuncia a gestionarlo de forma directa.
El faro, de 92 metros de altura desde la rasante (hay que a?adir 20 metros m¨¢s de antena) y dise?ado por el arquitecto Salvador P¨¦rez Arroyo, comenz¨® con mal pie. Las obras para su construcci¨®n se adjudicaron por 343 millones de pesetas (2.061.000 euros) y acabaron costando un 83% m¨¢s, 630 millones (3.786.000 euros). Al d¨ªa siguiente de su inauguraci¨®n, el 20 de febrero de 1992, se estrope¨® el ascensor. Un par de meses m¨¢s tarde se desprendi¨® una de las planchas de aluminio que lo revisten, de tres metros por 1,5, y cay¨® desde casi 90 metros de altura, afortunadamente sin consecuencias. Un a?o m¨¢s tarde volvieron a soltarse durante una tormenta cuatro planchas m¨¢s, de nuevo sin que se produjeran heridos, y el propio P¨¦rez Arroyo se quej¨® p¨²blicamente de que el faro estaba abandonado y sucio.
La entrada costaba 200 pesetas en su inauguraci¨®n (100 para los ni?os) y ocho a?os m¨¢s tarde, en 2000, segu¨ªa valiendo lo mismo. Qu¨¦ tiempos aquellos en los que la inflaci¨®n no hac¨ªa mella en el precio de las atracciones tur¨ªsticas madrile?as. El Ayuntamiento todav¨ªa no ha dado pistas de cu¨¢nto costar¨¢ subir ahora, pero seguro que ser¨¢ bastante m¨¢s caro que (al cambio) 1,20 euros de 1992.
Las obras de remodelaci¨®n han acondicionado el faro para que cumpla con todas las medidas de seguridad. El ¨²nico ascensor panor¨¢mico que hab¨ªa se ha renovado y se ha a?adido uno nuevo, lo que permitir¨¢ duplicar el n¨²mero de subidas y bajadas de los visitantes. Tambi¨¦n se ha aumentado el ancho de la escalera de evacuaci¨®n que recorre el edificio por su interior y se ha sustituido el montacargas para subir material.
La limpieza de la torre tambi¨¦n se ha solucionado con el a?adido de dos g¨®ndolas y un brazo giratorio que hacen m¨¢s sencillo el trabajo a los operarios, aunque trabajar a m¨¢s de 90 metros de altura tiene que producir cierto respeto.
La visita al faro de Moncloa tiene dos puntos de atracci¨®n. En lo que ser¨¢ el vest¨ªbulo, una vez pasado el control de entradas, se han instalado cuatro pantallas gigantes t¨¢ctiles que ofrecen todo tipo de informaci¨®n de la ciudad. Un juguete tecnol¨®gico que seguro que har¨¢ salivar a los aficionados a los artilugios inform¨¢ticos y ser¨¢ la sensaci¨®n entre los ni?os.
Luego llega la subida a las alturas en cualquiera de los dos ascensores. En cada uno pueden entrar 10 personas, y hacen el recorrido por el fuste del faro en alrededor de 50 segundos. Seg¨²n se van elevando, la ciudad va quedando a los pies del visitante. Y al salir del ascensor aparece un espacio di¨¢fano de 400 metros cuadrados. Parte de ¨¦l ser¨¢ ocupado por el restaurante. Desde las cristaleras, se contempla Madrid en toda su extensi¨®n. La vista impresiona. A un lado se divisan los tejados de la ciudad y se distingue, en primer t¨¦rmino, el Arco del Triunfo de Moncloa; m¨¢s all¨¢, el Palacio Real, la Almudena, el edificio de Telef¨®nica, Torre Picasso, los nuevos rascacielos de la Castellana... Al otro lado, las cumbres nevadas de la sierra, un panorama que asombra por su extensi¨®n y belleza.
Todav¨ªa no se han colocado los paneles informativos (que exist¨ªan en la etapa anterior) y que permitir¨¢n a los visitantes ubicar los edificios principales de la ciudad. Una pasarela al aire libre, no apta para los que sufran de v¨¦rtigo, contribuye a apreciar la altura del edificio y permite hacer fotos de la ciudad dignas de una postal.
"Hemos intentado poner en valor algo que no ten¨ªa inter¨¦s", asegura Juan Bravo. "Queremos que vuelva a tener valor tur¨ªstico, aunque es cierto que el faro hoy en d¨ªa se ha quedado peque?o". Por eso es dif¨ªcil compararlo con otras construcciones similares en todo el mundo, que superan con facilidad los 200 metros, como las torres de comunicaciones de D¨¹sseldorf, Toronto, Mosc¨² o Shangh¨¢i.
Aunque, independientemente de su altura, para la directora general de Patrimonio del Ayuntamiento, Amalia Castro Rial, la remodelaci¨®n es una oportunidad de convertir el faro en "una referencia para la ciudad, un punto de encuentro en una pieza arquitect¨®nica singular".
Un punto m¨¢s de atenci¨®n del faro es la gran columna de iluminaci¨®n led que apunta hacia la carretera de A Coru?a y que en el futuro dar¨¢ informaci¨®n sobre acontecimientos culturales o fiestas especiales de la ciudad, como la Noche en Blanco o el carnaval. Muchos de los conductores que pasan por la zona ya habr¨¢n podido ver estas Navidades la felicitaci¨®n del Ayuntamiento en estas luces. La posibilidad de utilizar el color permitir¨¢ aprovechar efem¨¦rides para, por ejemplo, te?ir el faro de azul en el d¨ªa de Europa, imitando lo que hace el Empire State en Nueva York en d¨ªas especiales. Lejos queda la idea original de incorporar, nada menos, que un rayo l¨¢ser al faro, que iba a iluminar hasta una distancia de 50 kil¨®metros. La ocurrencia se desech¨® por miedo a que deslumbrara a los conductores.
La antena que culmina el edificio da servicio en la actualidad a la polic¨ªa, a Tr¨¢fico, a la red de Internet del Ayuntamiento, al Canal de Isabel II y a algunas cadenas de televisi¨®n y radio. Y en la punta, luces de se?alizaci¨®n para evitar problemas con aviones o helic¨®pteros.
Las condiciones atmosf¨¦ricas no deben ser un impedimento para visitar el faro, aunque un d¨ªa muy lluvioso o con niebla puede arruinar la visita por falta de visibilidad. Fernando R¨ªos, uno de los arquitectos que se ha encargado de la remodelaci¨®n, asegura que solo a partir de vientos de 120 kil¨®metros por hora (pr¨¢cticamente un hurac¨¢n) los ascensores dejan de funcionar por razones de seguridad, y que en los dos a?os que se ha medido esta variable durante las obras lo m¨¢ximo alcanzado han sido vientos de 80 kil¨®metros por hora.
Para imitar a Tom Cruise
Los aficionados a las pel¨ªculas de ciencia-ficci¨®n recordar¨¢n a Tom Cruise en la pel¨ªcula Minority report manipulando im¨¢genes en el aire, cambi¨¢ndolas de lugar y haciendo pasar las fotos con el movimiento de sus manos.
Exactamente la misma experiencia, aunque esta vez con cuatro pantallas gigantes instaladas en el vest¨ªbulo, tendr¨¢ el visitante que se acerque al faro de Moncloa. En realidad, el artilugio es algo similar a un iPhone a lo bestia, en el que es posible, a trav¨¦s del movimiento de las manos, abrir una fotograf¨ªa, desplazarla de una pantalla a otra, agrandarla, hacerla peque?a, escoger otra...
En esta especie de superordenador el Ayuntamiento ha introducido abundante informaci¨®n de la ciudad, desde mapas con informaci¨®n de los distintos distritos hasta monogr¨¢ficos sobre los restaurantes del barrio de Las Letras, fotograf¨ªas del campo del Real Madrid o el Atl¨¦tico, colecciones de im¨¢genes de distintos monumentos, pistas para los turistas y atracciones para los j¨®venes o la familia.
El panel t¨¢ctil, de fabricaci¨®n finlandesa, por ahora solo tiene la informaci¨®n en castellano, aunque la intenci¨®n es que tambi¨¦n se pueda consultar en ingl¨¦s. Est¨¢ pensado para hacer m¨¢s amena la espera antes de subir al faro, pero seguro que se convertir¨¢ en una atracci¨®n por s¨ª mismo.
Puesta al d¨ªa
- El faro, dise?ado por el arquitecto Salvador P¨¦rez Arroyo, se inaugur¨® en febrero de 1992. Mide 92 metros, m¨¢s 20 metros de antena.
- La construcci¨®n cost¨® 2.061.000 de euros, un 83% m¨¢s de lo presupuestado.
- La remodelaci¨®n, que ha durado dos a?os, ha costado 5,6 millones de euros.
- Dos ascensores con capacidad de 10 personas cada uno subir¨¢n al visitante al mirador.
- La parte de arriba contar¨¢ con un restaurante y habr¨¢ una terraza en la base.
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