Nuevo a?o, mismos problemas
Comenzamos el a?o 2011 donde lo dejamos. Con una fuerte especulaci¨®n de los mercados apostando por una financiaci¨®n cara de la deuda soberana que ha llevado el diferencial con el bono alem¨¢n a los 300 puntos (ahora inferior a 250 puntos b¨¢sicos). Situaci¨®n que se complica con las dudas sobre la necesidad de rescatar a Portugal tras los rescates de Grecia e Irlanda. Por otra parte, se mantienen los problemas estructurales de la econom¨ªa espa?ola que dificultan no solo la financiaci¨®n de las empresas, sino tambi¨¦n la mejora de su productividad y, por tanto, su competitividad tanto en el mercado interior como en los mercados exteriores.
Respecto a la evoluci¨®n del riesgo soberano, la clave est¨¢ en la falta de confianza respecto a la evoluci¨®n de la econom¨ªa espa?ola con un crecimiento plano y un mercado laboral r¨ªgido e incapaz de generar empleo. En Espa?a, a diferencia de los pa¨ªses ya intervenidos (Grecia e Irlanda) y los que junto a ella est¨¢n en el punto de mira (Italia, B¨¦lgica, Austria...), el problema no est¨¢ tanto en el volumen de deuda p¨²blica y su necesaria refinanciaci¨®n como en la deuda privada, especialmente de los bancos y cajas de ahorros, que se eleva a m¨¢s del 50% del PIB espa?ol. Pero si damos credibilidad a los an¨¢lisis del Banco de Espa?a, el sistema financiero espa?ol no est¨¢ en las malas condiciones de los de otros pa¨ªses, incluso los de pa¨ªses que nadie pone en duda como Alemania y Francia.
Las dificultades de refinanciaci¨®n de la deuda no se solucionan con un rescate de la UE Hay que ajustar el coste del Estado de bienestar a las posibilidades reales de la econom¨ªa espa?ola
Una parte de la presi¨®n en los mercados proviene de la excesiva exposici¨®n que tienen los bancos alemanes y franceses con muchos activos invertidos en deuda no solo espa?ola, sino tambi¨¦n del resto de los pa¨ªses con dificultades.
Una parte de la falta de credibilidad de los mercados sobre la sostenibilidad de la deuda espa?ola proviene del elevado d¨¦ficit p¨²blico generado en estos ¨²ltimos a?os y de la dificultad de reducirlo con la rapidez e intensidad necesaria, en un contexto de escaso crecimiento de la actividad y, por tanto, de la recaudaci¨®n de impuestos. A pesar de los recortes de gasto ya aplicados, las medidas parecen insuficientes a la hora de reducir los gastos y d¨¦ficits de las comunidades aut¨®nomas. Quiz¨¢ los puntos m¨¢s conflictivos est¨¢n en el posible recorte de los gastos de sanidad (transferidos a las CC AA) y en el excesivo aumento del empleo p¨²blico en dichas comunidades, cuyo recorte incidir¨ªa necesariamente en un aumento del paro.
Solo medidas dr¨¢sticas como el establecimiento de alg¨²n tipo de copago en la sanidad y el recorte de las numerosas empresas p¨²blicas de dudoso cometido y los gastos en delegaciones innecesarias podr¨ªan llevar a una mayor credibilidad de las pol¨ªticas de estabilidad presupuestaria. No habr¨ªa que desechar una de las propuestas preventivas para Espa?a planteada en el Ecofin de someterse a un examen exhaustivo de la sostenibilidad de las cuentas p¨²blicas por parte de la Uni¨®n Europea, lo que les permitir¨ªa avalar que las pol¨ªticas aplicadas est¨¢n en el camino correcto.
En mi opini¨®n y la de otros analistas, las dificultades de refinanciaci¨®n de la deuda no se solucionan con un rescate de la UE con una financiaci¨®n que por otra parte resulta ser bastante m¨¢s cara que la ofrecida hasta ahora por los mercados. Hay que insistir en la necesidad de resolver los problemas estructurales de la econom¨ªa espa?ola. La falta de competitividad de los productos espa?oles no viene tanto del coste de los salarios (inferiores a los de los pa¨ªses de la UEM) como del resto de costes administrativos y de la seguridad social, muchos incrementados por la falta de productividad en las Administraciones p¨²blicas, que obligan a soportar costes no competitivos con los de las Administraciones de otros pa¨ªses.
Por las ¨²ltimas declaraciones del Gobierno, parece que ya est¨¢n convencidos de la necesidad de esas reformas, pero ahora toca demostrarlo. No solo hay que rematar la reforma laboral (negociaci¨®n colectiva) y seguir adelante con la reforma del sistema de pensiones. Es urgente la reforma de las Administraciones p¨²blicas ajustando el coste de la Administraci¨®n y del llamado Estado de bienestar a las posibilidades reales de la econom¨ªa espa?ola para hacerla m¨¢s competitiva y permitir un crecimiento sostenible con creaci¨®n de empleo. Este debe ser el objetivo final aunque no pueda conseguirse en el corto plazo.
Carmen Alcaide es analista y ex presidenta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
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