Algo m¨¢s que indignarse
St¨¦phane Hessel tiene 93 a?os y ha escrito un peque?o panfleto pol¨ªtico de 32 p¨¢ginas que puede llegar a vender en los pr¨®ximos d¨ªas un mill¨®n de copias (ha llegado ya a los 850.000). Se titula Indignez vous!, ?Indignaos!, lo ha publicado una peque?a editorial de Montpellier, cuesta tres euros y es una invitaci¨®n dirigida a los m¨¢s j¨®venes a decir basta y a luchar contra la dejadez propia de las actuales sociedades, donde muchas de las conquistas relacionadas con la justicia y la libertad se est¨¢n yendo a pique y nadie se molesta en mover un dedo.
Hessel explica que en sus tiempos lo ten¨ªan m¨¢s f¨¢cil, ya que para reconocer el mal en Hitler o Stalin no hac¨ªa falta ser un lince. Hoy el mundo es mucho m¨¢s complejo y es m¨¢s dif¨ªcil localizar al enemigo, pero desde luego est¨¢ ah¨ª y, como dice el combativo anciano, "hay que resistir otra vez", aprender a decir "no". "Nosotros nos jug¨¢bamos la vida", a?ade. "Pero los j¨®venes de ahora se juegan la libertad y los valores m¨¢s importantes de la humanidad".
Cuanto pueda decir Hessel est¨¢ respaldado por una vida de aut¨¦ntica novela, en la que resulta decisiva su decisi¨®n de no aceptar el r¨¦gimen de Vichy, que los nazis establecieron en Francia en 1940. Se las ingeni¨® para dejar Par¨ªs, donde lleg¨® en 1924 con siete a?os desde Berl¨ªn, y llegar al norte de ?frica, y luego, tras detenerse en Lisboa, se dirigi¨® a Londres, donde se puso a las ¨®rdenes del general De Gaulle. Trabaj¨® en la red de espionaje de la Resistencia, la Gestapo lo detuvo, termin¨® en el campo de concentraci¨®n de Buchenwald... Al final, sobrevivi¨®.
Ahora ha recuperado la furia de sus a?os mozos para sacudirles la modorra a los m¨¢s j¨®venes y pedirles que se indignen. Pero quiz¨¢ no ha elegido la palabra m¨¢s precisa, porque si algo sobra en este mundo son los que se indignan permanentemente con todo. E incluso manifiestan su indignaci¨®n y ponen sus morritos de enfado, pero siguen sin hacer gran cosa. Dar un fuerte golpe para que las conciencias dormidas despierten e intervengan: hace falta seguir luchando por la justicia y la libertad, ese es el fondo de la llamada de Hessel. Simplemente indignarse es, sin embargo, un paso demasiado corto, un simulacro de audacia que al final no conduce a ninguna parte.
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