?lex Rigola sobre el tejado de zinc
El director estrena su montaje de la obra de Williams en el Valle-Incl¨¢n
Lo dec¨ªa el autor estadounidense Tennessee Williams (1911-1983) y tambi¨¦n uno de sus m¨¢s fervientes seguidores, el dramaturgo Edward Albee. De todas sus obras, la que m¨¢s le gustaba era La gata sobre el tejado de zinc caliente. Tambi¨¦n se sabe que es una de las obras preferidas de Fidel Castro, que al conocer a Williams lo salud¨® con un: "?Oh... esa gata!". Williams la eligi¨® como favorita por dos motivos: estaba orgulloso de su f¨¦rrea unidad cl¨¢sica, con su acci¨®n ininterrumpida en un ¨²nico lugar y sin elipses temporales, y tambi¨¦n de lo que ¨¦l llamaba "una especie de cruda elocuencia de la expresi¨®n por parte del abuelo, que no he conseguido dar a ning¨²n otro personaje de mi creaci¨®n". En cualquier caso, no es de las m¨¢s autobiogr¨¢ficas, aunque s¨ª una de las que m¨¢s profundiza en la dificultad que entra?a la comunicaci¨®n entre las personas que est¨¢n m¨¢s cercanas.
Para ?lex Rigola, director del Teatre Lliure de Barcelona, una de las instituciones esc¨¦nicas m¨¢s s¨®lidas de Espa?a, tambi¨¦n es su obra preferida de este autor.
La ha dirigido y versionado, llam¨¢ndola, quiz¨¢ para acercarse al original, Gata sobre el tejado de zinc caliente, en una producci¨®n del Lliure con el Centro Dram¨¢tico Nacional, donde anoche se estren¨® en la sede del teatro Valle-Incl¨¢n de la madrile?a plaza de Lavapi¨¦s. Curiosamente sus dos obras m¨¢s emblem¨¢ticas, Gata... y Un tranv¨ªa llamado deseo, ambas galardonadas con el Premio Pulitzer, coinciden en la cartelera madrile?a, ya que el montaje de Mario Gas llegar¨¢ al teatro Espa?ol el 4 de febrero.
"Creo que hago esta obra por una escena; aunque en el texto se habla de una pareja, es la relaci¨®n entre el padre y el hijo lo que m¨¢s me atrae, por imposible. Tienen una conversaci¨®n que se convierte en una sesi¨®n de psicoterapia que le hace un padre a un hijo, cuando en la vida lo que pasa es que vas al psiquiatra por la relaci¨®n que tienes con el padre, de ah¨ª que sea una escena imposible".
La obra de Williams presenta un primer acto en el que se retrata a una pareja con problemas: "Pero hay otro segundo tema que podr¨ªamos pensar que hoy est¨¢ superado y m¨¢s a¨²n en el pa¨ªs que vivimos", dice Rigola refiri¨¦ndose a que el personaje protagonista es un ex jugador de rugby de los a?os cincuenta que oculta su homosexualidad: "No debe estar tan superado; de lo contrario habr¨ªa jugadores homosexuales en la Primera Divisi¨®n de f¨²tbol, ?o es que las pulsiones hacia el f¨²tbol y hacia la homosexualidad no son compatibles?".
El director asegura que solo ha pasado el plumero por encima: "La pieza se aguanta bien, pero los personajes que no suman y los prescindibles han sido eliminados", confiesa. Estas supresiones tambi¨¦n responden a un deseo de hacer ahorros: "Hay una raz¨®n esc¨¦nica, pero no olvido que estamos en crisis y hay que facilitar que los Ayuntamientos puedan pagar espect¨¢culos".
Rigola, que ha dejado la obra en una intencionada atemporalidad, ha contado con una traducci¨®n de Joan Sellent y con sus actores fetiche para construir "un fresco sobre las relaciones humanas, la mentira, la desintegraci¨®n de la pareja y el desmembramiento de una familia. Un retrato de los problemas que tenemos para afrontar y decir la verdad con las personas que tenemos m¨¢s cerca".
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