Una cornada de incongruencias

RTVE ha echado el cierre a los toros. La televisi¨®n p¨²blica ha decidido no retransmitir corridas "por su horario, generalmente coincidente con el horario protegido o de especial protecci¨®n para la infancia", seg¨²n se recoge en su Manual de estilo, que encuadra los festejos en el cap¨ªtulo de Violencia con animales. Se acabaron, pues, las retransmisiones taurinas en la televisi¨®n p¨²blica, cuya oferta informativa queda reducida a un programa semanal de media hora -Tendido cero-, que se emite los s¨¢bados al mediod¨ªa.

La fiesta de los toros sufre as¨ª una grave cornada; esta vez, en forma de estocada en el mismo hoyo de las agujas, pues impide la difusi¨®n de grandes eventos taurinos que contribuyen, sin duda, al conocimiento y la formaci¨®n de nuevos aficionados.

Las figuras reniegan de las c¨¢maras: el que quiera ver, que pague, sugieren

El PP proclama su apoyo a la fiesta, pero vot¨® a favor del manual de RTVE

El Defensor del Menor de Madrid no cree que la lidia afecte a los ni?os

El Cordob¨¦s en blanco y negro alegraba las tardes de los sesenta

Pero lo que pudiera ser motivo suficiente para que los amantes de la tauromaquia se rasgaran las vestiduras pone de manifiesto, m¨¢s bien, la incongruencia absoluta que preside actualmente el mundo de los toros, inmerso en grav¨ªsimas contradicciones, incoherencias incomprensibles, una alarmante desidia de sus principales protagonistas y un galimat¨ªas ideol¨®gico, econ¨®mico y cultural que evidencia su total desamparo.

Aunque parezca extra?o, mientras RTVE decide cerrar la peque?a pantalla a las corridas para proteger a la infancia, sigue vigente el compromiso del ministro del Interior,Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, de tramitar el paso de los toros al Ministerio de Cultura; adem¨¢s, el pasado mes de octubre, el Senado rechaz¨® con los votos, entre otros, del Grupo Socialista, la propuesta del PP para declarar los toros Bien de Inter¨¦s Cultural, decisi¨®n que s¨ª hab¨ªan adoptado los Gobiernos populares de las comunidades de Madrid, Valencia y Murcia; y el propio presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, declaraba hace solo unos d¨ªas que ¨¦l no hubiera votado a favor de prohibir las corridas de toros en Catalu?a.

Pero no acaban aqu¨ª las incongruencias: los Gobiernos socialistas de Castilla-La Mancha, Andaluc¨ªa, Arag¨®n y Extremadura hacen gala de su apoyo incontestable a la fiesta taurina y dedican inversiones millonarias en sus respectivas televisiones y radios p¨²blicas a programas semanales y retransmisiones de festejos. Y el Partido Popular, convertido en el gran defensor de la fiesta -acaba de presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la prohibici¨®n de los toros en Catalu?a- se encuentra con la sorpresa de que sus cuatro representantes en el Consejo de RTVE dieron su aprobaci¨®n al Manual de estilo que decide poner fin a las emisiones taurinas. Y no es que hayan roto la disciplina de partido, no; de las declaraciones posteriores de uno de ellos se desprende que el documento era tan profuso y voluminoso que, supuestamente, no le prest¨® o no pudo prestarle la atenci¨®n debida.

La perla la protagonizan, como siempre, los toreros. Mejor dicho, las llamadas figuras. Son estas, siguiendo la estela marcada por Jos¨¦ Tom¨¢s, las que se oponen tajantemente a ser televisadas ("quien quiera vernos, que pague"), e impiden con su ausencia que los festejos que aparecen en la peque?a pantalla tengan el necesario inter¨¦s para la audiencia. Figuras todas ellas, junto al resto de los taurinos, que solo a ra¨ªz del movimiento antitaurino generado en Catalu?a se han sentido obligadas a defender un sector que padece desde hace a?os una preocupante crisis de pureza y prestigio. ?Cabe mayor desatino?

?A qui¨¦n le puede sorprender, entonces, que, en todo este desorden sin sentido, RTVE decida no emitir corridas de toros por coincidir con el horario infantil? Habr¨ªa que concluir, sencillamente, que en la corporaci¨®n p¨²blica han abundado y abundan los antitaurinos, o que la televisi¨®n nacional es el espejo en el que se reflejan las miserias del espect¨¢culo taurino: un r¨ªo revuelto, sin estrategia pol¨ªtica y cultural, en el que unos lo defienden por razones electorales, otros lo rechazan por convicci¨®n, algunos, los m¨¢s ingenuos, sue?an de buena fe que vuelva la emoci¨®n, y la mayor¨ªa asiste a este culebr¨®n entre la m¨¢s aburrida indiferencia. RTVE remite a su Manual de estilo para explicar la decisi¨®n. Nada m¨¢s.

El matrimonio entre los toros y la televisi¨®n p¨²blica ha vivido largos periodos de radiante felicidad. Espa?a entera se emocion¨® en los a?os sesenta con un fen¨®meno social llamado Manuel Ben¨ªtez El Cordob¨¦s, cuyas gestas televisivas en blanco y negro llegaron a paralizar muchas tardes la vida laboral del pa¨ªs. La peque?a pantalla hizo vibrar a la sociedad espa?ola con las figuras de los a?os setenta y ochenta; pero esa pasi¨®n desaforada se fue apagando a medida que el progreso se hac¨ªa presente y afloraban movimientos contra la fiesta taurina. Poco a poco, los toros perdieron adeptos, aunque no espectadores -contin¨²a teniendo un importante n¨²mero de asistentes-, tomaron parte los grupos pol¨ªticos, y los taurinos, anclados en el pasado m¨¢s inmovilista, decidieron hacer dinero r¨¢pido y olvidarse del futuro.

Sin prisa, pero sin pausa, la corriente antitaurina fue tomando cuerpo e hizo su entrada en el Parlamento nacional, donde los toros cuentan con pocos defensores. En verdad, solo uno (existe una Asociaci¨®n Taurina Parlamentaria, a la que no se le conoce actividad): Juan Manuel Albendea, diputado del PP por Sevilla, reconocido intelectual taurino y colaborador en la cr¨ªtica del desaparecido maestro Joaqu¨ªn Vidal, que no se ha cansado de preguntar sobre la programaci¨®n taurina a los tres ¨²ltimos responsables de RTVE, Carmen Cafarell, Luis Fern¨¢ndez y Alberto Oliart, con escasa fortuna.

Ya en octubre de 2004, Esquerra Republicana de Catalu?a solicit¨® al Gobierno que las corridas de toros se suprimieran de la programaci¨®n televisiva en horario infantil; e Izquierda Unida pidi¨® que los festejos se emitieran durante la madrugada.

Se estren¨® entonces Albendea en su papel de defensor, y tras una pormenorizada explicaci¨®n de la tradici¨®n cultural de los toros, se?al¨® que ning¨²n reglamento, a excepci¨®n del aprobado en la dictadura de Primo de Rivera y de la norma posterior del Parlamento catal¨¢n, prohib¨ªa la entrada de los menores en las plazas. Y conclu¨ªa: "Si esto es as¨ª, ?por qu¨¦ se pretende que no vean los toros por televisi¨®n? Dejemos que sean los padres quienes decidan lo que deben ver sus hijos".

Esta opini¨®n es compartida por el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, quien afirma que son los progenitores los que deben decidir c¨®mo quieren educar a sus hijos. "No creo que un festejo taurino afecte negativamente a los ni?os, y estoy convencido de que existen contenidos televisivos terribles para los menores y no nos preocupan", dice. Denuncia Canalda la violencia demoledora que se produce en los plat¨®s de televisi¨®n, que se permite por audiencia y por dinero, y se muestra partidario de menos prohibiciones y m¨¢s responsabilidad paterna.

Carmen Cafarell, directora general de RTVE en 2004, contest¨® a Albendea que en el ente p¨²blico no exist¨ªa una pol¨ªtica antitaurina y s¨ª limitaciones presupuestarias para las retransmisiones. Lo cierto es que TVE emiti¨® el ¨²ltimo festejo el 14 de octubre de 2006, con motivo de la feria del Pilar de Zaragoza.

Al a?o siguiente, Luis Fern¨¢ndez, presidente de la Corporaci¨®n RTVE, volvi¨® a insistir en el muy elevado coste de las retransmisiones -ni entonces ni ahora RTVE ofrece datos econ¨®micos-, no compensado con los ingresos, y justificaba el compromiso taurino con los programas Tendido cero de La 2 -con una audiencia media de 200.000 personas en 2010, el 3,1%-, el radiof¨®nico Clar¨ªn y la emisi¨®n de los Sanfermines.

Ha habido m¨¢s preguntas del insistente diputado Albendea -la ¨²ltima a Alberto Oliart- y una proposici¨®n no de ley del pasado mes de noviembre en la que solicitaba la inclusi¨®n de informaci¨®n taurina en los telediarios y la retransmisi¨®n, al menos, de 10 corridas, y que fue rechazada con los votos del PSOE y CiU.

Tambi¨¦n se ha movido la Mesa del Toro, que re¨²ne a representantes de 15 asociaciones profesionales del sector. Su gerente, Eduardo Mart¨ªn Pe?ato, dice tenerlo claro: "El Gobierno no quiere dar la espalda a los toros, pero tampoco los apoya". Hace un a?o se entrevistaron con un representante de Oliart, a quien solicitaron un mejor tratamiento informativo y la retransmisi¨®n "de dos o tres corridas importantes, no m¨¢s", pero todo qued¨® en buenas palabras. Y concluye Mart¨ªn Pe?ato: "No es admisible que se barajen criterios de rentabilidad cuando estamos hablando de un servicio p¨²blico: los 2.500 millones de euros que el sector aporta al PIB merecen un mejor trato en Televisi¨®n Espa?ola".

Breve e ir¨®nico se muestra Carlos Abella, director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de Madrid, quien se?ala que la decisi¨®n de la RTVE es "una prueba m¨¢s del inmenso apoyo que el Gobierno y el PSOE brindan al toreo y a la cultura de este pa¨ªs".

La otra cara de la moneda la representa Manuel Brenes, director general de Espect¨¢culos P¨²blicos de la Junta de Andaluc¨ªa, quien prefiere no valorar la decisi¨®n de RTVE, y se enorgullece de que el Gobierno andaluz cumple con el acuerdo alcanzado en noviembre de 2004 por el Parlamento de la comunidad aut¨®noma, por el que se instaba a incrementar el fomento y difusi¨®n de la tauromaquia, el impulso de la fiesta en los ¨¢mbitos educativos, y ped¨ªa a la televisi¨®n andaluza que mantuviera e incrementara su programaci¨®n taurina.

?Patrimonio cultural? ?Maltrato animal? ?Protecci¨®n de la infancia? ?Utilizaci¨®n pol¨ªtica? Sin duda, una pura incongruencia, un contrasentido y ausencia de l¨®gica; pero las corridas de toros no volver¨¢n a la televisi¨®n p¨²blica.