El l¨ªo de la Hacienda vizca¨ªna
El inicio del juicio contra el ex jefe de la Inspecci¨®n Fiscal desvela el poder de los directores - Ibarra, sin el apoyo del PNV, implica a sus superiores
Los cuatro primeros d¨ªas del largo juicio contra el ex m¨¢ximo responsable de vigilar el fraude fiscal en Vizcaya, Juan Ram¨®n Ibarra, ya han servido para aclarar algunas cosas. Entre ellas, la intenci¨®n de Ibarra de implicar a sus superiores pol¨ªticos, conocer m¨¢s a fondo el funcionamiento del ¨¢rea m¨¢s temida por cualquier contribuyente, o las dudas sobre las explicaciones del principal acusado de los 337.000 euros de aumento de su patrimonio.
"S¨¦ de que va esto". La primera frase del juicio iniciado el lunes en la Audiencia de Vizcaya da, cuando el presidente del tribunal le preguntaba a ver si conoc¨ªa los hechos de los que se acusan, da una idea del fuerte car¨¢cter de Ibarra, quien ocup¨® durante 15 a?os (de febrero de 1989 a febrero de 2004) la m¨¢xima responsabilidad de la Inspecci¨®n Fiscal en Vizcaya. Las acusaciones no son balad¨ª: cinco delitos (prevaricaci¨®n, falsificaci¨®n, infidelidad en la custodia de documentos, desobediencia y cohecho), por los que se enfrenta a 11 a?os de c¨¢rcel y una multa de m¨¢s de 800.000 euros. El banquillo de los acusados tiene a otros tres subordinados suyos -el ex inspector Jos¨¦ Luis Silvestre, ya jubilado, el subinspector Joaqu¨ªn Tebar y la jefa de Documentaci¨®n Fiscal Valvanera Canal-, con peticiones de ocho a?os de c¨¢rcel por presunta colaboraci¨®n. La presunta trama es la existencia de un listado de contribuyentes protegidos (casi 170 entre empresas y personas) a los que Ibarra evitaba, seg¨²n la Fiscal¨ªa, las inspecciones.
Su mayor apuro ha sido justificar los 337.000 euros de presunto soborno
Los siete industriales que han declarado niegan trato de favor de Ibarra
Ibarra lo ha negado, pese a la veintena de ejemplos de empresas y contribuyentes citados por la Fiscal¨ªa a los que se archiv¨® una inspecci¨®n y que estaban en el listado protegido, y ha aducido que ten¨ªa un fin informativo. Lo que s¨ª ha hecho es implicar a sus superiores (s¨®lo ten¨ªa por encima al director de Hacienda y el diputado foral), especialmente a Javier Muguruza, director entre 1999 y 2003. "Fue un p¨¦simo director, un paranoico y un envidioso". El principal imputado ha reiterado que los directores de Hacienda tienen la potestad de incluir y, especialmente, archivar las inspecciones abiertas a contribuyentes. Hasta ahora no ha quedado claro c¨®mo o en qu¨¦ se fundamentan estas decisiones.
Que a Ibarra no le apoya la actual direcci¨®n de Hacienda ni el PNV, del que al menos es simpatizante, ha quedado claro en el juicio. En realidad, se sab¨ªa de antes. Desde que fue destituido en febrero de 2004 por la Diputaci¨®n y ¨¦sta atribuy¨® el esc¨¢ndalo a actuaciones "personales", se ha visto arrinconado en su labor en Hacienda, donde ha permanecido en estos seis a?os. Pero pr¨¢cticamente sin hacer nada. "No le mandan trabajo", se?alan sus compa?eros. Han sido ¨¦stos los que s¨ª han mostrado un apoyo a los imputados (han llegado a acudir al juicio cerca de 40), especialmente a los otros tres. En la segunda sesi¨®n en la que declararon Silvestre, Tebar y Canal, protagonizaron incluso abucheos y comentarios despectivos contra la fiscal jefe Carmen Ad¨¢n, mientras interrogaba a los tres imputados. La citaci¨®n, pedida por el abogado del ex jefe y aceptada por el tribunal, del actual diputado general Jos¨¦ Luis Bilbao y su predecesor Josu Bergara puede ser un peque?o aviso del imputado al PNV.
Ibarra, profundo creyente y apasionado de las artes marciales, ha pasado los mayores apuros al tratar de rebatir una de las principales pruebas: el soborno de 337.000 euros del que se le acusa. Se lo dio, dijo, su padre ya fallecido pero en dinero negro que guardaba en un armario. Y que a?os m¨¢s tarde se lo devolvi¨® en billetes de 500 euros. Dos operaciones no declaradas a Hacienda por su m¨¢ximo responsable. El fuerte car¨¢cter de Ibarra -soberbia, seg¨²n algunos- se ha visto en peque?os detalles: adem¨¢s de las descalificaciones a su ex director foral, las calificaciones a inspectores -el ¨ªnclito, al referirse a uno- o las respuestas con preguntas a la fiscal jefe.
Los siete empresarios (entre m¨¢s del medio centenar que deben desfilar a¨²n) que han declarado hasta ahora han negado tratos de favor, incluso en el caso de un amigo desde hace 27 a?os que nunca le pregunt¨® por qu¨¦ le hab¨ªan metido en un plan de inspecci¨®n. Pero el juicio a¨²n se desarrollar¨¢ este mes y el pr¨®ximo -parece que no llegar¨¢ a marzo al retirarse testigos- y quedan testimonios jugosos como los asesores fiscales y el inspector cuya denuncia motiv¨® el inicio de la investigaci¨®n.
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