Reconversi¨®n radical
El plan de refuerzo a la solvencia de las cajas es muy exigente y debe calmar a los mercados
Una reconversi¨®n radical del sistema financiero, por la v¨ªa de aumentar los baremos de solvencia de bancos y cajas, especialmente de estas ¨²ltimas. Este es el plan que el Gobierno anunci¨® ayer, en una convocatoria por sorpresa de la vicepresidenta econ¨®mica, Elena Salgado. En s¨ªntesis, la pretensi¨®n es que las entidades de ahorro se recapitalicen fuertemente, m¨¢s r¨¢pida e intensamente que lo exigido por el calendario internacional (normas de Basilea III) apelando a los inversores privados; si naufragan en el intento, en oto?o ser¨¢n transitoria y parcialmente nacionalizadas.
Salgado hizo hincapi¨¦ en asegurar que su plan "es tambi¨¦n el plan del Banco de Espa?a" y, sobre todo, en que sus "detalles", que se incorporar¨¢n a un decreto ley, no desarbolan la reciente reforma de las cajas pactada con ellas, y que ser¨¢n tambi¨¦n negociados. Las cajas podr¨¢n acogerse a cualquiera de las cuatro opciones pactadas en la reforma, pero se favorecer¨¢ su conversi¨®n en bancos: las que decidan otras alternativas, como la de seguir como tales, deber¨¢n aumentar todav¨ªa m¨¢s su capital.
El plan es contundente. As¨ª se buscaba para calmar a los mercados, inquietos por la solvencia de la banca europea perif¨¦rica desde que la crisis de Irlanda deslegitim¨® los resultados de las pruebas de resistencia publicados el pasado verano. Lo es porque se establece una exigencia inmediata de capital "de calidad" propio de un 8% sobre los activos. Y porque se adelantan a 2011 exigencias que entrar¨¢n en vigor para los competidores exteriores desde 2013 a 2019. La mayor¨ªa de los bancos y cajas espa?oles deber¨¢n aumentar su capital, en un entorno financiero internacionalmente adverso.
Es leg¨ªtimo cuestionarse si tal adelanto y tales exigencias no resultan excesivos para un pa¨ªs enfrentado a unos mercados esc¨¦pticos y a un crecimiento a¨²n muy d¨¦bil. Pero tambi¨¦n es cierto que el sistema financiero espa?ol ha demostrado capacidad (sobre todo, pero no solo, cuando la crisis bancaria de los ochenta y primeros noventa) de adecuarse a listones m¨¢s altos que los de su entorno.
Tambi¨¦n corresponde interrogarse sobre si el extremo rigor podr¨ªa haberse atemperado de haberse aplicado con m¨¢s celeridad -por el Gobierno y el Banco de Espa?a, pero sobre todo por las propias cajas- el plan de salvamento y actualizaci¨®n abierto con la creaci¨®n del FROB. Pero esta es ya una cuesti¨®n hist¨®rico-acad¨¦mica, cuya importancia declina ante la urgencia extrema de dotar al sistema financiero de una fortaleza, transparencia y seguridad que le inmunice -y por extensi¨®n a todo el pa¨ªs- ante los vaivenes de los mercados.
El monto total de la recapitalizaci¨®n perseguida es significativo, pero modesto en relaci¨®n con algunas exageraciones publicadas: unos 20.000 millones de euros en conjunto, seg¨²n Salgado. De forma que el reto debiera ser manejable por casi todas las entidades, cada una seg¨²n su cuota parte. Se trata de una cantidad que podr¨ªa cubrir el FROB holgadamente. Colocarlo en posici¨®n subsidiaria, como se ha decidido, tras la apelaci¨®n a los mercados y los inversores privados, muestra de nuevo la preferencia del banco emisor, y ahora del Gobierno, por una de las opciones, la conversi¨®n de las cajas en bancos, que quiz¨¢ hubiese exigido mayor debate del que ha tenido lugar si las necesidades no fuesen tan perentorias.
Una opci¨®n, la de preferir bancos que cajas, en cualquier caso, explicable por su visibilidad, que facilita la l¨®gica y exigible apelaci¨®n a los mercados, pero que requerir¨¢ explicaciones adicionales porque supone replantear a fondo, en muy poco tiempo, un sector centenario. Y que hist¨®ricamente prest¨® grandes servicios.
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