Retorno al fin de la tierra
Una muestra de reportajes surgidos de la colaboraci¨®n entre 'El Pa¨ªs Semanal' y M¨¦dicos Sin Fronteras rescata en el Cervantes conflictos olvidados del mundo
Un mundo de parias, de hambrientos, de descastados, de crimininales, de desplazados, de hu¨¦rfanos... Testigos del olvido es la exposici¨®n que desde ayer nos recuerda que el infierno est¨¢ en la tierra y que, a veces, alguien puede llegar para contarlo. Ocurri¨® entre 2008 y 2010 gracias a la colaboraci¨®n de M¨¦dicos Sin Fronteras y El Pa¨ªs Semanal y ahora el Instituto Cervantes recoge el resultado de aquel trabajo en una exposici¨®n y un cat¨¢lago. Ocho escritores de la talla de Mario Vargas Llosa, Sergio Ram¨ªrez, Laura Restrepo, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, John Carlin, Laura Esquivel, Manuel Vicent y Leila Guerriero viajaron junto al fot¨®grafo Juan Carlos Tomasi a lugares del Congo, Hait¨ª, Yemen, Cachemira, Bangladesh y Malasia, Guatemala, Colombia y Zimbaue. Cada uno lo cont¨® luego, aportando desde su observaci¨®n luz a estos agujeros de dolor y olvido.
Ocho escritores viajaron a ocho lugares ignorados por los medios
Comisariada por los periodistas Jes¨²s Ruiz Mantilla (EL PA?S) y Alo?s Hug (M¨¦dicos Sin Fronteras) la exposici¨®n, que permanecer¨¢ hasta el 15 de mayo, regresa a estas ocho historias a trav¨¦s de las fotograf¨ªas de Tomasi, los extractos de los textos y algunos cuadernos manuscritos de sus escritores-reporteros. De la impoluta caligraf¨ªa de un premio Nobel a los dibujos de Sergio Ram¨ªrez, la tinta naranja de Mill¨¢s o las hojas sueltas y billetes de avi¨®n anotadas por Leila Guerriero.
"Cada uno era muy diferente", recuerda Tomasi, el ¨²nico que repiti¨® cada aventura y que inevitablemente a veces se sent¨ªa m¨¢s un "guardaespaldas" que un fot¨®grafo. Lo dice riendo y sin darse importancia. Entonces, recuerda una an¨¦cdota del Congo, viaje de 20 d¨ªas (el m¨¢s largo de todos) en el que Vargas Llosa ya preparaba su novela El sue?o del celta y reparaba por ello en cada detalle con doble af¨¢n: el del escritor y el del reportero. "Una noche", recuerda Tomasi, "empezaron a bombadear el aeropuerto de Goma y yo fui corriendo a la habitaci¨®n de Mario. Ten¨ªamos que salir de all¨ª. Pero frente a mis prisas, ¨¦l me abri¨® la puerta con un perfecto pijama de seda, un bat¨ªn rojo y una orden: 'pidamos una botella de vino". Salieron del pa¨ªs en coche, escondidos bajo unas mantas y Vargas Llosa titul¨® su reportaje Viaje al coraz¨®n de las tinieblas. "Es dif¨ªcil cuando uno visita el Congo, no recordar la tremenda exclamaci¨®n de Kurtz, el personaje de Conrad, en El coraz¨®n de las tinieblas: '?Ah, el horror. ?El horror?".
A veces, los viajes apenas duraban una semana, y Tomasi se sorprend¨ªa luego al comprobar la capacidad de sus compa?eros de periplo al retratar aquellos lugares perdidos. "Cualquier buen fot¨®grafo sabe que la literatura es la mejor manera de entender la fotograf¨ªa", dice. Luego, recordando cada viaje, cita con admiradci¨®n el de John Carlin, titulado El pueblo m¨¢s triste del mundo. "Es obsesivo con su trabajo, a veces demasiado. Me dorm¨ªa en sus entrevistas. Lo pregunta todo: ?el arroz se coci¨® con agua de mar o con agua del grifo? ?La cacerola era grande o peque?a? ?No tiene fin preguntando!".
Junto a Carmen Caffarel, directora del Cervantes, Jos¨¦ Antonio Bastos, presidente de M¨¦dicos Sin Fronteras, celebr¨® este proyecto que, como subray¨® el director de EL PA?S, Javier Moreno, "hubiera sido sencillamente imposible sin ellos".
"Nuestra mayor responsabilidad es que estos lugares no pasen desapercibidos", dijo Bastos. Moreno a?adi¨® que hoy el triunfo es haber rescatado estas ocho historias de la hemeroteca, "ese limbo donde las cosas est¨¢n guardadas pero tambi¨¦n enterradas", para devolverlas a la tierra.
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