El chivo expiatorio
?Qu¨¦ tienen que ver los inmigrantes, la igualdad de las mujeres, el matrimonio gay, la escuela p¨²blica y las autonom¨ªas??Ser¨¢ verdad -como afirmaba el poeta Baudelaire- que cada objeto tiene su correspondencia y que hay una analog¨ªa universal seg¨²n la cual cada concepto est¨¢ ligado en nuestro inconsciente a otras ideas por leyes de atracci¨®n?
En la actualidad, estos conceptos han optado al t¨ªtulo de chivos expiatorios de la crisis econ¨®mica: si no hubiera tantos inmigrantes; si se suprimieran las instituciones dedicadas a la igualdad de g¨¦nero; si no existieran otras formas familiares; si la escuela p¨²blica fuera selectiva; si las autonom¨ªas desaparecieran...
Detr¨¢s de cada una de estas afirmaciones hay un c¨²mulo de mentiras, de prejuicios y de a?oranzas del pasado. Pero, va a llevar raz¨®n Baudelaire, en Espa?a hay una analog¨ªa evidente entre un estado centralizado y paternal, la familia convencional, un modelo de mujer dedicada prioritariamente a las tareas dom¨¦sticas, una escuela autoritaria y un pa¨ªs sin diversidad racial.
La derecha pol¨ªtica acaba de confesar en p¨²blico su a?oranza de un estado centralizado, con sede en Madrid. Seg¨²n ellos, el gasto auton¨®mico es insostenible en t¨¦rminos econ¨®micos. Teniendo en cuenta que cerca del 80% del presupuesto de las autonom¨ªas se dedica a los servicios p¨²blicos de educaci¨®n, salud y servicios sociales, ?quieren decir que recortar¨ªan sustancialmente estos servicios o que un estado central administrar¨ªa mejor estos servicios? Desde la transferencia a Andaluc¨ªa de estos servicios, su mejora ha sido evidente y contrastable. En la salud p¨²blica se ha producido un rotundo cambio de calidad, de extensi¨®n del servicio y de cobertura p¨²blica. En cuanto a la escuela, ha acometido un proyecto de universalizaci¨®n de la escolarizaci¨®n que va desde los reci¨¦n nacidos hasta los ciclos superiores, un camino lleno de incertidumbres, pero tambi¨¦n de logros evidentes. Mucho m¨¢s cuando el estado centralista anterior al auton¨®mico nos hab¨ªa dejado como herencia un reparto injust¨ªsimo de servicios p¨²blicos, con una ratio de hospitales, escuelas y servicios muy por debajo de la media espa?ola, por su tendencia a concentrar en el centro y en el norte todos los servicios e infraestructuras.
El costos¨ªsimo Estado de las autonom¨ªas es responsable ¨²nicamente del 2% del d¨¦ficit p¨²blico que en 2010 ha sido del 9% para el total de las administraciones p¨²blicas. Curiosamente, la comunidad aut¨®noma de Andaluc¨ªa -la m¨¢s poblada- ha sido de las instituciones menos endeudadas del Estado, un ranking que encabezan Valencia, Catalu?a y el Ayuntamiento de Madrid.
Tildan a las instituciones auton¨®micas de "chiringuitos" pero se niegan a suprimir organismos tan anacr¨®nicos como las Diputaciones provinciales. Durante la tramitaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa se opusieron al principio de administraci¨®n ¨²nica y pasan por alto las duplicidades del Gobierno central, que mantiene delegaciones y servicios sin sentido alguno. Esto desvela que su inter¨¦s no es el ahorro del dinero p¨²blico ni la racionalidad, sino la vuelta a un Estado centralista.
Pero, no solo la derecha alimenta el fuego contra el Estado auton¨®mico. Algunos insignes socialistas se han apuntado a la fiesta y comparten la tesis de que las competencias auton¨®micas han llegado muy lejos. Bono dixit que la Constituci¨®n solo preve¨ªa autonom¨ªa plena para Catalu?a, Galicia y el Pa¨ªs Vasco y que el "caf¨¦ para todos" de los territorios fue una estrategia destinada a evitar la sublevaci¨®n de los militares. Olvida que fue Andaluc¨ªa quien rompi¨® ese dise?o y proclam¨® su derecho a la autonom¨ªa plena y al desarrollo. A los centralistas recalcitrantes les ha salido un nuevo aliado: los defensores de un Estado desigual que no quieren repartir el caf¨¦ con nadie, sino saborearlo a grandes sorbos en un selecto club.
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