La revoluci¨®n de las cajas inquieta a las ONG
Las entidades de ahorro combatir¨¢n la exclusi¨®n con 580 millones en 2011
Las cajas nacieron como entidades de previsi¨®n social a final del siglo XIX. Su evoluci¨®n ha corrido paralela a la de la Catalu?a moderna y la historia econ¨®mica y hasta social no se entender¨ªa sin la aportaci¨®n de estas entidades sin ¨¢nimo de lucro. Pero los tiempos cambian y los mercados y la crisis exigen nuevas formas de entender la funci¨®n b¨¢sica de las entidades bancarias, que es la de hacer de intermediarios del dinero.
La conversi¨®n de las cajas en bancos, conocida como bancarizaci¨®n, a la que La Caixa y Unnim ya se han apuntado, pone en cuesti¨®n una filosof¨ªa centenaria que tiene los d¨ªas contados. En el momento en que las cajas den entrada en su capital a accionistas, ser¨¢ la rentabilidad la que imponga sus reglas, y estas no prev¨¦n el retorno a la sociedad de parte de los beneficios obtenidos mediante el denominado dividendo social. La posibilidad de que la obra social, que cubre muchas de las deficiencias sociales y culturales, se vea debilitada, preocupa hondamente a las ONG y entidades culturales que se nutren de las cajas. Estas se apresuran a se?alar que las cosas no cambiar¨¢n en exceso y que la acci¨®n social se mantendr¨¢, aunque, admiten, variando la filosof¨ªa y, posiblemente, la cantidad de dinero que destinan a ella.
La Caixa define sus aportaciones sociales como "el alma" de la entidad
La crisis ha forzado en los ¨²ltimos a?os un recorte por la ca¨ªda de beneficios
Ninguna caja ha querido que su actividad asistencial se resintiera
La Caixa define su obra social como "el alma" de la entidad, para Catalunya Caixa es su "raz¨®n de ser". Las cajas no reparten dividendo entre sus accionistas porque no los tienen, pero presumen de repartir un "dividendo social". A trav¨¦s de la obra social "retornamos a la sociedad parte de los beneficios logrados con el negocio financiero", se?alan en Catalunya Caixa. Y esta aportaci¨®n no es insignificante: en 2010 las cajas catalanas destinaron 500 millones a obras sociales y para 2011 la cifra ser¨¢ de 580 millones. Como el a?o pasado, la mayor partida se la llevar¨¢n los proyectos para los m¨¢s desfavorecidos: pobres, menores y ancianos en riesgo de exclusi¨®n o colectivos con dificultad para acceder al mundo laboral.
La crisis ha disparado la demanda de ayudas en los ¨²ltimos a?os y las cajas han atendido la consigna lanzada por las Administraciones, desbordadas, para que refuercen su labor en favor de los necesitados. Seg¨²n la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorro (CECA), la inversi¨®n en el ¨¢rea socioasistencial y sanitaria de las cajas ha crecido, mientras que el presupuesto para proyectos culturales, de investigaci¨®n y de medio ambiente ha ido perdiendo peso. Que las cajas prioricen los proyectos asistenciales no es solo una demanda de las Administraciones, sino de los ciudadanos. As¨ª lo ha constatado de primera mano Caixa Tarragona, integrada a Catalunya Caixa, aunque su obra social mantiene cierta independencia. En 2020, la entidad invirti¨® m¨¢s de la mitad del presupuesto del programa denominado Tu ayuda (1,7 millones de euros) a proyectos asistenciales porque as¨ª lo decidieron en votaci¨®n 61.000 clientes.
La tarea que ejerce la obra social en favor de los m¨¢s d¨¦biles no pasa por alto las ONG que trabajan a diario por esta causa y que ya han expresado su temor a que la bancarizaci¨®n "comporte a medio plazo la desaparici¨®n de los fondos de las obras sociales". La Mesa del Tercer Sector Social de Catalu?a, que agrupa a 3.000 entidades privadas no lucrativas, alerta de que la bancarizaci¨®n "es antisocial porque se pierde el valor de la vinculaci¨®n al territorio y a la ciudadan¨ªa de las cajas y puede comportar un incremento preocupante de la exclusi¨®n financiera, es decir, de personas que no tienen acceso a una libreta ni a servicios bancarios". La proximidad y arraigo de las cajas y su brazo social son reivindicados por Maria Cardellach, directora de la obra social de Unnim: "Muchas poblaciones tienen un centro de d¨ªa, una residencia o un taller de inserci¨®n laboral gracias a la obra social de la caja de la zona".
Unnim, la fusi¨®n de las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu, ha recortado la dotaci¨®n de su obra social en los ¨²ltimos a?os porque la crisis ha reducido sus beneficios. Ha pasado en todas las cajas catalanas a excepci¨®n de La Caixa, que ha mantenido intacto el presupuesto para su dividendo social. Seg¨²n la CECA, el 50% como m¨ªnimo de los beneficios de las cajas debe ir a reservas "para reforzar su capitalizaci¨®n y solvencia". La otra mitad puede traspasarse a obra social. En la pr¨¢ctica se aporta entre el 20% y el 30%.
Pese a que la mayor¨ªa de cajas han reducido su aportaci¨®n a la obra social, ninguna ha querido que se resintiera su actividad asistencial. "Mantendremos los mismos proyectos, recortaremos gastos y buscaremos f¨®rmulas para ganar eficiencia", asegura la responsable de la obra social de Unnim. En 2011, el "dividendo social" no superar¨¢ los 15 millones, frente a los 18,6 del a?o pasado. Catalunya Caixa, en cambio, tras tres a?os de ca¨ªda del presupuesto de su obra social, incrementar¨¢ la dotaci¨®n, que ascender¨¢ a 50 millones, frente a los 28,5 que retorn¨® el a?o pasado a la sociedad.
La Caixa desaf¨ªa la crisis y mantendr¨¢ presupuesto. El a?o pasado invirti¨® 430 millones, de los que 278,5 se dedicaron a proyectos contra la exclusi¨®n de colectivos vulnerables. Para 2011, dotar¨¢ su obra social con 500 millones, 335 para el ¨¢rea asistencial. La obra social de La Caixa es la fundaci¨®n privada con mayor dotaci¨®n econ¨®mica de Espa?a y su presidente, Isidre Fain¨¦, resalta la labor de "dar oportunidades" a los sectores m¨¢s desfavorecidos. Su programa estrella, Caixaproinfancia, destin¨® el a?o pasado m¨¢s de 100 millones de euros "a tratar de romper el c¨ªrculo vicioso de la pobreza hereditaria". A trav¨¦s del programa Incorpora, dio en 2010 una oportunidad laboral a 11.553 personas en 4.174 empresas.
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