El mundo se despierta a tres velocidades
Davos cierra con moderado optimismo sobre la salida de la crisis - Europa queda relegada a la cola del crecimiento
El zapato es un arma cargada de futuro. Un pu?ado de manifestantes trataba ayer de llegar hasta el Foro Econ¨®mico Mundial, en Davos, cargados con bolsas de las que sobresal¨ªa todo tipo de calzado destinado a la cabeza de los asistentes a la cumbre, moda que inici¨® un periodista iraqu¨ª con un lanzamiento fallido hacia George W. Bush. La exclusiva estaci¨®n de esqu¨ª alpina estaba tomada por la polic¨ªa y los militares, pero los manifestantes llegaron cerca del congreso, donde les disolvieron con ca?ones de agua y disparos de pelotas de goma. Pese a todo, sus voces no se escucharon en el foro, siempre tan pulcro, tan cuidadoso con que nada empa?e la cumbre. Lo mismo pasa con algunas ideas: Davos impone una suerte de consenso, un discurso central del que en esta edici¨®n emerge un moderado optimismo que los capitanes del capitalismo se empe?an en matizar, al menos en p¨²blico. Una salida de la crisis a tres velocidades -pero salida, al cabo- combinada con varios focos de infecci¨®n potencialmente peligrosos. A saber: Egipto y otras muestras de la incipiente crisis social; la interminable crisis fiscal de la eurozona; la posible guerra de divisas; la escalada de precios del petr¨®leo, los alimentos y otras materias primas, y el miedo a las burbujas en pa¨ªses emergentes.
La inflaci¨®n vuelve a preocupar por el r¨¢pido crecimiento de los emergentes
"Es poco probable que Espa?a necesite reestructurar su deuda", dice Zedillo
De eso, de la salida de la crisis y de los riesgos asociados, es de lo que se habla en el 95% de las sesiones; tambi¨¦n en los pasillos del congreso, entre bocadillos y peculiares ensaladas, donde de veras hay que tomar el pulso a las ¨¦lites. Y luego est¨¢ el otro 5%, una mezcla de ideas rompedoras y apuestas intelectuales, a veces exc¨¦ntricas, siempre interesantes. Al cabo, Davos es un club exclusivo, como lo es el grupo Bilderberg, y por tanto siempre asociado a teor¨ªas conspiranoides. Y radicado en Suiza, cuna del secretismo financiero y de anteriores concili¨¢bulos, como el que los economistas Friedman y Hayek crearon en 1947 para defender sus ideas de libre mercado con la hoy olvidada Sociedad Mont Pelerin.
- Tres velocidades; tal vez cuatro. Es paradigm¨¢tico que haya sido un economista chino el padre del concepto de la salida del t¨²nel en tres velocidades. Zhu Min, asesor especial del Fondo Monetario Internacional (FMI), acu?¨® la idea en la primera sesi¨®n de la cumbre. China es la punta de lanza del mundo emergente, con India, Brasil y Rusia, y en general Asia y Am¨¦rica Latina, saliendo de la crisis a toda velocidad. Incluso parte del ?frica sub-sahariana crece a buen ritmo. Esa parte del mundo ha superado ya con creces los niveles de actividad previos a la crisis y empieza a generar tensiones inflacionistas.
En el segundo vag¨®n viajan Estados Unidos, gracias a sus pol¨ªticas de est¨ªmulo, con los pa¨ªses que mejor han capeado los problemas: Canad¨¢, Suecia, Noruega, Finlandia o Australia, que nunca tuvieron burbuja inmobiliaria ni grandes niveles de deuda.
Y a la cola, en el tercer veh¨ªculo, Reino Unido y la eurozona, que, pese a la locomotora alemana, no acaba de solucionar la crisis fiscal y ha apostado por la austeridad germ¨¢nica. Kenneth Rogoff, ex economista jefe del FMI, es de los que piensan que a¨²n hay un cuarto escal¨®n: "Jap¨®n lleva 20 a?os estancado, y combina una bomba demogr¨¢fica, el envejecimiento de la poblaci¨®n, con la mayor deuda del mundo", resume. Aun as¨ª, el resultado conjunto es tranquilizador: "Los emergentes crecer¨¢n el 6% este a?o, EE UU el 3%, y la zona euro y Jap¨®n menos del 2%. No est¨¢ mal para la peor crisis desde la Gran Depresi¨®n", abunda el economista Raghuram Rajan.
"No hay pesimismo en Davos, como no lo hay en el mundo a no ser que uno viaje a Europa y en particular a Espa?a", resume Mois¨¦s Na?m. Incluso entre los apocal¨ªpticos hay esperanza: el gur¨² Nouriel Roubini, conocido como Doctor Cat¨¢strofe por sus sombr¨ªas previsiones, se ha destapado con un sorprendente "el vaso est¨¢ medio lleno".
Es normal que el optimismo campe a sus anchas entre los bancos y los capitanes de empresa: John Paulson, faro de quienes se dedican a las finanzas de alto riesgo, acaba de anunciar que gan¨® 5.000 millones de d¨®lares el a?o pasado; eso s¨ª es una crisis provechosa. Davos suele argumentar que quienes prev¨¦n una recuperaci¨®n lenta ignoran una lecci¨®n clave de la historia: cuanto m¨¢s profundo es el declive, m¨¢s vigorosa suele ser la salida. Claro que esta no es una crisis cualquiera. La analog¨ªa m¨¢s clara es la Gran Depresi¨®n, de la que EE UU tard¨® casi una d¨¦cada en salir.
- La maldici¨®n china. Para Davos, en fin, la crisis es agua pasada. El Dow Jones est¨¢ por encima de los niveles m¨¢ximos que alcanz¨® en lo alto de la burbuja puntocom. La confianza empresarial se ha disparado. El paro est¨¢ ah¨ª, pero eso, en la monta?a m¨¢gica, apenas cuenta: los mercados llevan un par de semanas dando muestras de un inusitado vigor y eso es todo lo que quiere o¨ªr el hombre de Davos. "Aquella maldici¨®n china que nos deseaba que vivamos tiempos interesantes ha durado m¨¢s de tres a?os. Pero la crisis acab¨®, en el sentido de que es improbable que suceda algo que nos ponga otra vez al borde del abismo", apunta el profesor de Harvard Ricardo Hausmann.
Los empresarios que acuden a la cumbre coinciden en que Alemania ha aterrizado en Davos para decir con meridiana claridad que la crisis fiscal europea no pasar¨¢ de marzo, cuando el fondo de rescate se convierta en un Fondo Monetario Europeo. Pero hay al menos dos muestras m¨¢s que en Davos han marcado una l¨ªnea entre el tono lastimero de ediciones anteriores y los nuevos br¨ªos de 2011. "La prueba de que eso se acab¨® es que el sindicato de banqueros vuelve a actuar como lobby, a presionar contra toda reforma, a aparecer por Davos para defender esa tomadura de pelo que consiste en que la banca tenga que ganar un 25% m¨¢s cada a?o porque si no amenaza con dar menos cr¨¦dito y ahogar la econom¨ªa", ataca Simon Johnson, del MIT. La otra raz¨®n es m¨¢s peliaguda. El FMI, la OCDE y el resto de organismos multilaterales llevan 36 meses con el mismo mantra: "Riesgos a la baja"; es decir, m¨¢s problemas. Eso se acab¨®: la inflaci¨®n vuelve a preocupar, consecuencia del fuerte crecimiento. Pero el canario que canta en la mina es el de Reino Unido, o incluso Espa?a: econom¨ªas con un crecimiento an¨¦mico, pero con un alza de precios superior ya el 3%.
- Riesgos de todas clases. Arthur Pigou escribi¨® que el error del optimismo "muere con la crisis, pero al morir da luz a un error de pesimismo. Este nuevo error no nace como un beb¨¦, sino como un gigante". Carmen Reinhart, economista del Peterson Institute, acaba de llegar de China para asistir a Davos: "Estos a?os nos olvidamos de que la inflaci¨®n era un problema. Es el momento de volver a prestarle atenci¨®n". No es el ¨²nico: la lista de riesgos es extensa, empieza por Egipto y contin¨²a en Espa?a. O tal vez ya no tanto. Roubini arranc¨® en Davos con el ya habitual toque de atenci¨®n hacia Espa?a, pero la semana le ha sido poco propicia al gur¨²: las reformas han calado en la cumbre. "Grecia o Irlanda son otro problema: es poco, muy poco probable que Espa?a necesite una reestructuraci¨®n de la deuda. Est¨¢ siendo tratada injustamente en los mercados", explica el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, ahora en Yale y en el Consejo de PRISA.
Los precios de los alimentos y el paro end¨¦mico en algunos pa¨ªses pueden convertirse en crisis sociales. Los analistas destacan tambi¨¦n la formaci¨®n de burbujas en los emergentes -y todas las burbujas estallan, como ha quedado de manifiesto en esta crisis-, as¨ª como la latente guerra de divisas. Toda crisis llega a su fin; pero la pr¨®xima crisis, venga de donde venga, es segura.
- Conspiraciones. "No hay nada que hacer contra las teor¨ªas de la conspiraci¨®n", aseguraba hace unos d¨ªas el arist¨®crata Etienne Davignon, presidente del Club Bilderberg. En Davos se pueden o¨ªr a montones. Pero tal vez m¨¢s interesantes sean las ideas rompedoras con el statu quo. "Las cajas espa?olas no son el problema: lo son los bancos alemanes", sentencia el historiador econ¨®mico Niall Ferguson en una entrevista a este diario. El propio Roubini deja entrever que la crisis europea toca a su fin: el problema en ciernes es EE UU. El d¨¦ficit estadounidense cerrar¨¢ 2011 doblando el europeo. La deuda ya supera la de la eurozona. Varios Estados, como California, Illinois y Nueva York tienen serios problemas. "La crisis europea le ha venido bien a EE UU; ha escondido los problemas. Pero ya est¨¢ en primera l¨ªnea de vulnerabilidad, y eso podr¨ªa provocar una profunda, y desordenada, ca¨ªda del d¨®lar muy perjudicial para el mundo entero. Es para preocuparse", se?ala un empresario norteamericano que prefiere no identificarse. As¨ª suele ser en Davos: las cr¨ªticas se hacen preferiblemente en voz baja y off the record. Pero esa es otra historia.
'Narrativa': la palabra de Davos
El dilema de Davos, tras dos ediciones de capa ca¨ªda, vuelve a ser el contraste entre la molesta pol¨ªtica -las llamadas a una mayor regulaci¨®n- y la ventajosa econom¨ªa, con los beneficios que vuelven a exhibir las multinacionales. La casi completa desconexi¨®n entre la pol¨ªtica y el mercado parece en Davos algo salido de Dickens: los expertos en relaciones internacionales vaticinan que vienen tiempos peores por las algaradas que ya se ven en Oriente Pr¨®ximo; para los potenciales inversores se avecinan grandes momentos.
Los pol¨ªticos aseguran que sin una nueva regulaci¨®n financiera vendr¨¢ una crisis a¨²n peor, y los bancos contraatacan amenazando con pinchar la recuperaci¨®n si les exigen nuevas normas. En medio, Davos arma cada a?o un relato para entender lo que ocurre. La narrativa se ha erigido como uno de los grandes conceptos este a?o.
Se trata de explicar que la formaci¨®n de una burbuja, por ejemplo, obedece al poder de una historia que va calando entre la gente: el mito de que los precios de la vivienda nunca caer¨ªan, el embelesamiento por las nuevas tecnolog¨ªas previo a la burbuja puntocom. La narrativa de este a?o, explica Kevin Lu, del Banco Mundial, es "la nueva realidad": la lucha entre los defensores de cambiar las reglas para evitar una crisis por el mismo flanco y los defensores de volver al business as usual.
Entretanto, Davos invita a la s¨¢tira. "Disfrutemos responsablemente": una cena de lujo en la que el patrocinador imprime en la carta, junto al champ¨¢n, la recomendaci¨®n de marras. Una contradicci¨®n continua, en la que los presidentes de dos multinacionales abren un interesante debate sobre la desigualdad. O en la que una sesi¨®n sobre transparencia informativa se cierra a cal y canto para la prensa.
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