?Compa?eros o amigos?
Hace algunos meses realic¨¦ un taller de comunicaci¨®n interpersonal en una empresa en la que sus directivos se quejaban de que las relaciones entre los empleados no acababan de funcionar. Mis alumnos eran un grupo que llevaban entre dos y cinco a?os trabajando juntos. Como parte del taller les propuse que escribieran en un papel alg¨²n detalle personal sobre ellos que tuvieran la certeza de que los dem¨¢s no conoc¨ªan. La intenci¨®n era leer cada uno de los papeles en p¨²blico y pedir al grupo que acertara qui¨¦n lo hab¨ªa escrito.
Recog¨ª los papeles y pens¨¦ que no me hab¨ªa explicado bien, porque en ellos hab¨ªan escritas cosas obvias como "tengo un hijo", "estoy separado" o "he estudiado ingenier¨ªa". La verdadera sorpresa?vino cuando al leerlos, todos fueron absolutamente incapaces de acertar a qui¨¦n correspond¨ªa cada afirmaci¨®n.
"Que haya confianza entre dos personas no quiere decir que se gustan, sino que se entienden y no se dejar¨¢n en la estacada"
Coment¨¦ mis impresiones con el grupo dici¨¦ndoles que me sorprend¨ªa el bajo nivel de conocimiento que ten¨ªan los unos de los otros en lo que se refiere a sus vidas personales, y uno de los participantes, visiblemente enojado, me espet¨®:?"Perdona, pero yo no vengo al trabajo a hacer amigos".
Ser buenos compa?eros de trabajo implica que nos tenemos confianza o, dicho de otro modo, que nos entendemos. En cambio, ser buenos amigos es un estadio diferente. Implica la existencia de un sentimiento mutuo, que se traduce en que nos gustamos.
Desde esta ¨®ptica, la confianza no est¨¢ necesariamente ligada a la amistad. Es evidente que no hay amistad sin complicidad, pero deber¨ªa ser tambi¨¦n evidente que puede este tipo de relaci¨®n puede existir sin amistad. Porque que haya confianza entre dos personas no quiere decir que se gustan. Quiere decir que se entienden. Quiere decir que cada uno puede confiar en que el otro mantendr¨¢ los compromisos que haya adquirido, o que no dejar¨¢ al otro en la estacada. Quiere decir que cada uno de ellos har¨¢ lo mejor para el otro, con independencia de lo que sientan el uno por el otro. Personalmente he visto y he experimentado en propia piel muchas relaciones laborales de absoluta?confianza, sin que hubiera ning¨²n sentimiento de amistad de por medio. He visto personas que actuaban con total familiaridad entre ellas y que dif¨ªcilmente compartir¨ªan una cena privada. Y he experimentado el entenderme perfectamente con algunos colegas con los que no he sentido jam¨¢s el impulso de compartir una copa juntos.
De alguna manera, la amistad es un sentimiento que est¨¢ por encima de la confianza y que surge de manera natural en una relaci¨®n cuando las personas, como suele decirse, tienen qu¨ªmica. Pero no es necesario que exista para tejer una maravillosa y fruct¨ªfera relaci¨®n de compa?erismo.
Mezclar trabajo y vida privada
"Sin confianza es dif¨ªcil, por no decir imposible, mantener una buena relaci¨®n" (James Hunter)
En las relaciones laborales, la amistad es una elecci¨®n, mientras que la confianza deber¨ªa ser una obligaci¨®n, o al menos deber¨ªamos perseguirla a toda costa, porque es la que propicia un buen clima de camarader¨ªa. Muchas personas establecen una clara separaci¨®n, no compartiendo nada personal con sus compa?eros de trabajo. Act¨²an bajo la convicci¨®n de que no se puede ni se debe mezclar nunca la vida privada y el trabajo.
Pero la realidad es que cada uno de nosotros somos una ¨²nica persona, estemos trabajando o estemos en nuestra casa, y por mucho que queramos no podemos disociarnos a no ser que sea a costa de encerrarnos en nosotros mismos de una forma antinatural. No podemos funcionar en uno y otro ¨¢mbito como si se tratara de comportamientos estancos. Si hoy no he dormido por un problema con mi hijo, ma?ana en el trabajo los dem¨¢s lo notar¨¢n y no podr¨¦ evitarlo.
Es cierto que podemos, y en muchos casos ser¨¢ aconsejable, limitar los efectos de los problemas personales en el trabajo, o de los problemas laborales en casa. Es cierto tambi¨¦n que podemos utilizar el trabajo para evadirnos de problemas personales. Pero trabajo y vida privada acaban siendo necesariamente vasos comunicantes, y lo que ocurre en un ¨¢mbito afecta al otro sin remedio.
Por ello es bueno y deseable que, entre colegas, nos conozcamos a nivel personal y seamos capaces de compartir aquella informaci¨®n que nos puede ayudar o que puede explicar determinados comportamientos de unos y otros. Es bueno conocer las circunstancias personales que rodean a nuestros compa?eros, para poder actuar en consecuencia y echar una mano cuando se necesita o compartir una alegr¨ªa cuando sea el caso. No conocer personalmente a los dem¨¢s nos expone a cometer grandes errores de interpretaci¨®n, y sobre todo nos impide tejer una relaci¨®n de confianza que nos permita ser buenos colaboradores en el trabajo.
por estima o por amistad
"Expresar el amor con hechos, no?con palabras, significa ayudar a los dem¨¢s a hacer fructificar su?potencial" (Chris Lowney)
En una relaci¨®n sana de compa?erismo, mi comportamiento debe guiarse por un principio fundamental: estimar a todos sin excepci¨®n. Chris Lowney lo expresa afirmando que "las organizaciones (?) dan lo mejor de s¨ª cuando los?miembros del grupo se respetan, se estiman y se valoran". Pero cuando habla de estimar no est¨¢ hablando de amor-sentimiento, sino que est¨¢ hablando de amor-comportamiento, es decir, de hacer por los dem¨¢s lo que m¨¢s les pueda convenir.
El sentimiento surge de forma natural en una relaci¨®n, pero el comportamiento es siempre materia de elecci¨®n, y nosotros deber¨ªamos elegir hacer por cada compa?ero lo que m¨¢s le pueda ayudar, independientemente de lo bien o mal que nos caiga o lo que sintamos por ¨¦l.
Pero la realidad es que demasiado a menudo no nos guiamos por este principio, sino que actuamos guiados por la amistad: asignamos proyectos, tenemos detalles y favorecemos -con mayor o menor consciencia- a los que nos caen mejor.
Esta forma de actuar no ayuda a crecer a los que no son nuestros amigos, sino m¨¢s bien todo lo contrario, hace que se estanquen por falta de oportunidades y por poca atenci¨®n por nuestra parte.
Si, por ejemplo, tenemos la potestad de decidir sobre un proyecto, deber¨ªamos hacer participar a aquellos a quienes m¨¢s les conviene para su desarrollo profesional, no a aquellos con los que nos lo pasaremos mejor trabajando. Si lo hacemos as¨ª, esto marcar¨¢ la pauta de hasta qu¨¦ nivel estamos dispuestos a crear cercan¨ªa con aquellos con quien no nos une la amistad.
Actuar sin favoritismos de amistad nos har¨¢ m¨¢s dignos de la confianza entre los colegas y adem¨¢s propiciar¨¢ nuevas relaciones, ya que es m¨¢s f¨¢cil traducir nuestras acciones en sentimientos que traducir nuestros sentimientos en acciones.
Es cierto que entre aquellos con quienes compartimos amistad habr¨¢ quienes en un momento dado puedan vivir con desconcierto una decisi¨®n que beneficie a un compa?ero -que no amigo- en lugar de a ellos. No debemos cesar?en nuestros esfuerzos por clarificar y hacerles entender la situaci¨®n: todos los compa?eros sin excepci¨®n son merecedores y pueden gozar de nuestra confianza, y algunos cuentan adem¨¢s con nuestra amistad. Pero nuestro comportamiento profesional se gu¨ªa por la confianza, no por la amistad.?
Fomentando el compa?erismo
1. Interesarse por la vida personal de los dem¨¢s sin ¨¢nimo de "cotillear", sino para conocer sus circunstancias personales.
2. Compartir informaci¨®n de nuestra vida con ellos, y fomentar as¨ª la mutua confianza.
3. Facilitar la interrelaci¨®n, buscando ocasiones en las que de forma natural podamos conocernos personalmente.
4. No guiarse por las etiquetas: intentar conocer a la gente por la propia experiencia y no colgarles ninguna etiqueta.
5. Corregir percepciones sesgadas: mirar a los dem¨¢s desde una ¨®ptica global, que incluya sus defectos? pero tambi¨¦n sus virtudes.
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