El califa y Tabakalera
Cuenta Scherezade en Las mil y una noches que el califa Har¨²n-Al-Raschid paseaba un buen d¨ªa por los jardines de su palacio cuando contempl¨® una hermosa escena que le conmovi¨® tanto que dese¨® dedicarle unos versos. Se puso a la tarea, consigui¨® hilar dos o tres palabras, pero no pudo continuar. Lo volvi¨® a intentar, una vez y otra vez, pero los versos se le resist¨ªan. As¨ª que decidi¨® llamar al poeta Abu-Novas. Este se hizo enseguida cargo de la situaci¨®n y, ante los ojos maravillados de Al-Raschid, compuso all¨ª mismo un bello poema. En el cuento el califa recompens¨® al poeta, lo que deja suponer que consider¨® que ¨¦l tambi¨¦n hab¨ªa salido ganando en aquel asunto. Y es f¨¢cil estar de acuerdo con eso: en esta historia salen ganando todos y de manera muy particular la poes¨ªa, o lo que hoy llamar¨ªamos la cultura. La poes¨ªa y la cultura salieron ganando porque no hubo atasco de versos, sino poema.
He empezado alegremente por aquellas noches para acabar m¨¢s tristemente en nuestros d¨ªas, en la noticia de una "nueva" propuesta para Tabakalera -me imagino que ya habr¨¢ artistas confeccionando, con vistas a alguna obra o instalaci¨®n futura, el inventario de todo lo que se nos ha dicho que podr¨ªa encajar en ese lugar-. La nueva propuesta, presentada por el candidato del PNV a la alcald¨ªa de San Sebasti¨¢n, consiste en ubicar en el subsuelo del edificio de Tabakalera la estaci¨®n del tren de alta velocidad y la de autobuses. No entrar¨¦ a valorar esta propuesta, entre otras razones, porque creo que no se puede, que no hay mimbres para ello; que la falta de un proyecto cultural claro y coherente para ese espacio impide determinar ahora mismo qu¨¦ es, por comparaci¨®n o en combinaci¨®n, disparate o acierto. O, por decirlo de otro modo: la ausencia de proyecto condenar¨ªa a pronunciarse, en este y en otros casos, m¨¢s por intuiciones que por argumentos.
Lo que esta propuesta s¨ª indica a las claras, por su irrupci¨®n de ¨²ltima hora y por su propio dimensionado, es hasta qu¨¦ punto Tabakalera est¨¢ vac¨ªa, hasta qu¨¦ punto su proyecto carece de cimientos culturales (la imagen de una estaci¨®n de trenes improvisada en su base es en s¨ª misma bastante elocuente), o hasta qu¨¦ punto lo que llamamos, ya por pura inercia comunicativa y colectiva, su "proyecto" es a estas alturas poco m¨¢s que un plan de ordenaci¨®n territorial, que un reparto de huecos. Un reparto adem¨¢s entre instituciones, es decir, pol¨ªtico. Y, sin duda, ah¨ª est¨¢ la clave del asunto: que en nuestro pa¨ªs, cuando de cultura se trata, por lo menos en p¨²blico, hablan m¨¢s los califas que los poetas. Asumen el poema los califas y los versos se atascan. Tabakalera necesita, a mi juicio, menos pol¨ªtica y m¨¢s "poes¨ªa": una convocatoria internacional abierta a profesionales de la cultura para que aporten proyectos creativos m¨¢s que realistas, reales y realizables. Y que quien gane ese concurso, tras un debate y una evaluaci¨®n de expertos, lo dirija.
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