Los alevines de la pasarela espa?ola

El EGO, donde se agrupan los dise?adores j¨®venes que participan en la Semana Internacional de la Moda de Madrid (SIMM), es una isla de paz. Un remanso de calma, mesas blancas y sillas bajitas entre los imponentes 14.000 metros cuadrados, 450 expositores y 600 marcas de los pabellones 12 y 14 de Ifema. La SIMM, con 65 ediciones a sus espaldas, es una feria en la que se va a vender y comprar, a hacer contactos. Los 22 j¨®venes que participan en el llamado EGO han tomado buena nota.

Una de las triunfadoras de la feria, y eso que apenas acaba de empezar, es Sara Coleman, una coru?esa que roza los 30. Acude a la SIMM en los ratos que le dejan los preparativos de su colecci¨®n para la Cibeles Madrid Fashion Week, donde desfilar¨¢ el 22 de febrero, y a la que ya da los ¨²ltimos retoques.

El Espacio EGO se cre¨® hace un a?o para los creadores emergentes

Todos lo destacan: lo mejor es la visibilidad que da estar en la feria

Coleman asegura que la primera de las tres jornadas de la feria (que empez¨® ayer y acaba ma?ana) ha sido muy buena. El resto de j¨®venes dise?adores la secunda: las ventas van bien. "Ya hemos cerrado algunos pedidos, y el primer d¨ªa eso no es nada com¨²n", comenta mientras ofrece una copa de vino a los amigos que han ido a verla.

Y es que en el EGO todo tiene pinta de familiar. Al contrario que los grandes expositores de la feria, que pueden permitirse contratar a modelos que se cambian de vestido cada hora, aqu¨ª cada dise?ador se lo monta como puede. Mar¨ªa Elisa Mo?ivas, una madrile?a con un taller de joyas artesanas, piezas delicadas inspiradas en los comienzos del siglo XX, expone sus creaciones sobre grandes trozos de ¨¢rbol. S¨ª, sus pendientes est¨¢n sobre literales rodajas de encina.

Mientras coloca su peque?o expositor, una amiga la abraza mientras toquetea los carteles. "?T¨ªa, ha quedado estupendo!", exclama. Es la dise?adora del logo. De ah¨ª el orgullo.

Exponer en el EGO no es sencillo. Solo 22 creadores, seleccionados por Ifema, est¨¢n en este espacio reservado para los emergentes y que se cre¨® hace tres ediciones, en febrero de 2010. Disfrutan de un precio especial, unos 800 euros por un stand -aunque algunos tienen subvenciones de sus comunidades aut¨®nomas y les cuesta menos- situado en el pasillo central de la feria, que hace de eje para el resto de expositores. Un pasillo que empieza en la puerta de entrada, y que todo el mundo ve.

Como todos sus dise?adores destacan, lo mejor es la visibilidad que da estar ah¨ª. Miles de personas que pasan y preguntan, que se interesan por los dise?os de los emergentes: por los abrigos de estilo japon¨¦s de Sedan¨ªa, la marca de Bego?a Odr¨ªa; por los vestidos pastel de Eulalia Mateos; por los tocados de Jimena Rilova o las prendas de punto de Punto G Design, un t¨¢ndem de dise?adores vallisoletanos reci¨¦n llegados.

Todos buscan hacerse con un sitio que consideran privilegiado: un escaparate de una tienda bonita donde se coloquen sus exclusivos dise?os. Un espacio que les permita vivir de sus creaciones. Y formar parte de la primera divisi¨®n de la moda espa?ola.