La plaza presiente el fin del 'rais'
Miles de personas acuden al centro de El Cairo por und¨¦cimo d¨ªa consecutivo
El d¨ªa empez¨® relajado en la plaza de la Liberaci¨®n. En las entradas habilitadas por el Ej¨¦rcito, donde unos d¨ªas atr¨¢s flu¨ªa un r¨ªo de gente, hab¨ªa largas colas de personas que aguardaban su turno para entrar a cuentagotas.
Varios cordones de seguridad instalados por los propios participantes trataban de evitar que polic¨ªas de paisano o manifestantes progubernamentales convirtieran la pac¨ªfica protesta en un nuevo ba?o de sangre. Tampoco la salida resultaba f¨¢cil, especialmente para los informadores, a los que el Ej¨¦rcito intervino tarjetas de memoria y cintas de grabaci¨®n antes de flanquearles el paso.
No fue el d¨ªa de la despedida, pero volvi¨® a vivirse una reuni¨®n multitudinaria sembrada de sonrisas y de esperanza. Tambi¨¦n de cierto cansancio. El r¨¦gimen empez¨® a mostrar s¨ªntomas de resquebrajarse o as¨ª lo interpretaron muchos de los que acudieron a la plaza. Entre ellos, Amr Musa, actual secretario de la Liga ?rabe, y Yehia El Gamal, reputado constitucionalista. Su aparici¨®n, sumada al ¨¦xodo de destacados miembros del Partido Nacional Democr¨¢tico de Mubarak, fue interpretada como una se?al inequ¨ªvoca de que el fin est¨¢ cerca.
"Me siento orgulloso de mi pa¨ªs y de nuestros j¨®venes", dice un manifestante
Sin duda, una de las visitas que m¨¢s revuelo caus¨® fue la del ministro de Defensa, Mohamed Tantawi. El militar irrumpi¨® en la plaza por el pasadizo que discurre frente al Museo Egipcio de Antig¨¹edades, rodeado de fuertes medidas de seguridad. Fue recibido primero con desconfianza y despu¨¦s con j¨²bilo.
Antes de abandonar el foro, apenas unos minutos despu¨¦s, el ministro declar¨® a EL PA?S: "Egipto es un pa¨ªs fuerte y la situaci¨®n se encuentra bajo control". Tantawi rebaj¨® la tensi¨®n causada por las protestas: "No todo el pa¨ªs es la plaza de la Liberaci¨®n".
A pesar de ello, la aparici¨®n del ministro en el centro donde se desarrollan las manifestaciones contra Mubarak fue tomada como un signo de debilidad del rais por quienes consideran que su salida podr¨ªa ser inminente. De producirse, el Ej¨¦rcito jugar¨¢ un papel fundamental en la transici¨®n formando un Gobierno interino.
Ya son 11 los d¨ªas que el pueblo egipcio sale a las calles para pedir el fin del r¨¦gimen del dictador Hosni Mubarak. Ayer, en las principales ciudades del pa¨ªs hubo manifestaciones; la plaza de la Liberaci¨®n se convirti¨® nuevamente en el emblema de la revuelta democr¨¢tica acogiendo a miles de personas.
Como en un zoco, es posible adquirir casi cualquier cosa en la plaza de la Liberaci¨®n: tabaco, agua, panecillos reci¨¦n hechos... y peri¨®dicos, que estos d¨ªas han corrido de mano en mano y han servido para tomar el pulso de los ¨¢nimos de los manifestantes. Tambi¨¦n para cubrirse del sol, pintar una pancarta o envolver un bocadillo. Pero sobre todo, los peri¨®dicos han mantenido a los egipcios al tanto de la evoluci¨®n que han tomado sus demandas en el resto del mundo.
"Obama es como Mubarak", se?al¨® ayer un abogado que lleva ocho d¨ªas durmiendo en la acera. "Durante a?os, Occidente ha permitido que se nos niegue la democracia justific¨¢ndose con islamismo, terrorismo o intereses globales", explica el jurista Ehab Rahim.
"Yo no entiendo de globalidad o intereses, pero si miras esta plaza ver¨¢s una fotograf¨ªa en miniatura de Egipto: cristianos protegiendo a los musulmanes de las piedras mientras rezan, madres con sus hijas, hombres y mujeres, ricos y pobres. Todos piden democracia y Occidente les da dictadores".
No todos ve¨ªan en el presidente estadounidense al aliado del rais. Muchos interpretaban ayer que el l¨ªmite de la paciencia est¨¢ tocando a su fin y que esto podr¨ªa favorecer la ca¨ªda del l¨ªder.
Esa podr¨ªa ser una m¨¢s de las muchas razones por las que desde todos los puntos del pa¨ªs, e incluso desde fuera de Egipto, los ciudadanos llegaban cargados de banderas y pancartas. Incluso desde Noruega o Francia, desde donde algunos emigrantes partieron hace d¨ªas para unirse a la protesta. "Me siento orgulloso de mi pa¨ªs y me averg¨¹enzo de que mi generaci¨®n no tuviera el coraje de hacer lo que han hecho nuestros j¨®venes", afirma Mohamed Abdala, que se fue a Francia hace m¨¢s de 20 a?os buscando "una vida mejor".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.