Jeff Bridges dispara a los Coen
Dicen que de casta le viene al galgo. Con un padre actor, Lloyd Bridges, y un hermano mayor, Beau, siguiendo sus pasos, era obvio para todos menos para ¨¦l que lo suyo era el cine. "Mi padre adoraba el medio y su amor, su alegr¨ªa cuando actuaba era contagiosa", recuerda Jeff Bridges con esa mirada suya, azul y perdida en el horizonte, y una sonrisa contagiosa en los labios. Se siente como lo dice, como una extensi¨®n de sus padres, esos que desde ni?o le incluyeron en sus trabajos art¨ªsticos y que poco a poco llevaron a su redil al hijo rebelde, a ese que en principio quer¨ªa ser m¨²sico, pintor, cantante, fot¨®grafo, lo que fuera, en lugar de actor. ?Por qu¨¦ claudic¨®? Bridges, de 61 a?os y en la cima de su carrera, lo recuerda a la perfecci¨®n. Los consejos de su padre le valieron un mundo, principalmente eso de "escucha, no solo esperes a que la boca de tu compa?ero deje de moverse. Escucha y entonces responde".
Su padre le dijo: "escucha y entonces responde". De su madre se queda con una frase: "Hagas lo que hagas, divi¨¦rtete"
"La m¨²sica, la interpretaci¨®n, la fotograf¨ªa? todo sale del mismo lugar. Son mi forma de expresi¨®n creativa"
Rudimentos de una interpretaci¨®n que se siente real, natural y humana y que quiz¨¢ fue el motor que llev¨®, por fin, a conseguir el Oscar a Jeff Bridges, uno de los actores m¨¢s minusvalorados de su generaci¨®n. Pero si a su padre le debe el Oscar, a su madre, la tambi¨¦n actriz Dorothy Bridges, le debe su carrera porque ella fue quien le dijo eso de "hagas lo que hagas, divi¨¦rtete. Nunca te lo tomes demasiado en serio". Y eso es lo que Jeff lleva haciendo todos estos a?os, divertirse en una industria donde los dem¨¢s se toman la interpretaci¨®n demasiado en serio. ?Acaso no es todo un juego de ni?os?".
Su carrera ha tenido altos (Coraz¨®n rebelde, que le dio el Oscar; The last picture show, que le puso en el mapa, o la m¨¢s cercana a su coraz¨®n, Starman) y bajos (?alguien se acuerda de ¨¦l en La puerta del cielo o en el King Kong de Dino de Laurentiis?), adem¨¢s de papeles ic¨®nicos como el que interpret¨® en El gran Lebowski, a estas alturas un cl¨¢sico. Pero si hablamos de diversi¨®n, ninguna cinta resume su esp¨ªritu de juego como su ¨²ltimo trabajo, Valor de ley. "Es, adem¨¢s, del que mejor me acuerdo porque es el ¨²ltimo", a?ade socarr¨®n, dispuesto a rememorar su ¨²ltima cinta.
No siempre lo tuvo tan claro y ¨¦l lo admite. Le gustaba la idea de volver a trabajar con los hermanos Coen, y especialmente hacer junto a ellos un western, algo que hablaron hace tiempo. Pero un remake, y precisamente de la pel¨ªcula que le dio el Oscar a John Wayne, no entraba en su idea de diversi¨®n. Adem¨¢s le presentaron el proyecto cuando estaba trabajando en Tron: Legacy y eso siempre le desconcierta. Su mente se concentra en un proyecto cada vez.
"Para nosotros, Jeff era la persona ideal", aseguran Ethan y Joel al alim¨®n refiri¨¦ndose al actor para quien en su d¨ªa escribieron el papel de "el notas" en El gran Lebowski. "Esta vez no lo escribimos para ¨¦l porque el personaje del agente Rooster Cogburn ya estaba escrito", explica Ethan del protagonista de la novela de Charles Portis. "Pero le dejamos claro que no habl¨¢bamos de un remake, sino de reflejar lo que estaba en la novela. Que ah¨ª estaba la diversi¨®n", concluye de un libro que los Coen conoc¨ªan desde su infancia y que le dieron a Bridges por toda explicaci¨®n.
El actor solo tuvo que leer la novela de 1968 para descubrir lo mismo que los Coen ya conoc¨ªan, un personaje que creci¨® en ¨¦l como el de un borracho locuaz, "inusual en las pel¨ªculas del Oeste, donde los vaqueros son de pocas palabras", al que se entreg¨® por completo. "?Queda arrogante si digo que yo le doy a mis directores su poder y ellos me permiten trascender mis propias concepciones, salir de mi cub¨ªculo y explorar nuevas opciones?", pregunta en tono de afirmaci¨®n sin querer sonar impostado.
Del resto del reparto solo tiene cosas buenas que comentar y en sus labios suenan sinceras. De Matt Damon disfrut¨® su "ritmo c¨®mico", un cumplido al que Damon responde en los mismos t¨¦rminos, asegurando que Valor de ley es la pel¨ªcula m¨¢s especial en la que ha trabajado nunca. "Se me hace dif¨ªcil decir eso de trabajar porque junto a Jeff era raro el d¨ªa que no acababa ri¨¦ndome a carcajadas", afirma.
En el caso de Hailee Steinfeld, la novata descubierta entre 15.000 aspirantes y ahora tambi¨¦n candidata al Oscar, su b¨²squeda implicaba encontrar a alguien de 13 a?os capaz de no amilanarse ante Bridges, de la misma forma que el personaje de Mattie Ross se mantiene firme frente a Rooster. "Fui de la alegr¨ªa de conseguir el papel al p¨¢nico de pensar que ten¨ªa que demostrar lo que val¨ªa y otra vez a la?mayor tranquilidad cuando me di cuenta de lo f¨¢cil que era estar junto a Jeff", comenta esta actriz, que naci¨® el mismo a?o en el que se estren¨® Fargo.
Para ser un grupo de urbanitas, el equipo disfrut¨® como ni?os de un rodaje que se prolong¨® dos meses en el ¨¢rea de Santa Fe (EE UU) con un presupuesto de 38 millones de d¨®lares, y en el que afirman haber vivido la conquista del Oeste en sus propias carnes de tanto montar a caballo.
"Menos mal que fue el mismo equipo de jinetes que conoc¨ªa de All the pretty horses", comenta Damon simulando unas agujetas que pasaron hace tiempo. A Steinfeld se le encabrit¨® el caballo mientras cruzaba el r¨ªo en una de las escenas centrales del filme y los Coen lo m¨¢s cerca que llegaron a estar de las monturas fue para dar indicaciones a sus actores."Al menos fue divertido verlos con sombreros vaqueros", comenta Bridges de sus directores.
El actor, acostumbrado a montar en su rancho de Montana (EE UU), se sinti¨® como en familia, un sentimiento que acrecent¨® con la presencia de su hija Jessie, de 27 a?os, como su asistente personal, organizando su jornada, sus comidas y hasta sus momentos de relax, con una guitarra siempre a mano para esos improvisados d¨²os paterno-filiales de los que disfrut¨® el resto del rodaje.
"Durante a?os me he alejado tanto de mi familia cada vez que iba a rodar que ahora me gusta mantener estos peque?os proyectos, involucrar a mis hijos en lo que hago y pasar as¨ª m¨¢s tiempo a su lado", comenta alguien que sorprende en Hollywood por su largo matrimonio (33 a?os casado con Susan Geston desde que se conocieron en 1975 en el rodaje de Rancho Deluxe). "?El secreto? Pr¨¢ctica. Lo ¨²nico que mantiene un buen matrimonio es la pr¨¢ctica. Tienes que practicar todos los d¨ªas", comparte con humor.
Si la pasi¨®n de su padre era contagiosa, la de Jeff Bridges es viral. Literal. Sin necesidad de estar a su lado o de verle rodar es posible sentir todo eso que te cuenta en persona gracias a su p¨¢gina www.jeffbridges.com. Con todas sus reticencias al uso (y especialmente abuso) de la tecnolog¨ªa y nada dado a las redes sociales, su p¨¢gina es una ventana al artista que lleva dentro. Especialmente a su ojo fotogr¨¢fico, ese con el que desde Starman retrata todos los rodajes en los que ha participado. "La m¨²sica, la interpretaci¨®n, la fotograf¨ªa, la pintura, las cer¨¢micas? todo sale del mismo lugar. Son mi forma de expresi¨®n creativa", explica.
En concreto, su amor por la fotograf¨ªa le viene de los a?os de instituto. "Ahora saco fotograf¨ªas por ego¨ªsmo, para editarlas en libros cada vez que hago una pel¨ªcula y regalarlos a todo el equipo y guardar as¨ª un intenso momento de nuestras vidas que poder revisitar. Porque no nos enga?emos, hacer cine es como vivir una vida con intensidad con cada pel¨ªcula", se explaya.
Sus im¨¢genes, siempre tomadas con la c¨¢mara panor¨¢mica Widelux ("ll¨¢meme vago, pero es la c¨¢mara que conozco", se disculpa), son tambi¨¦n "un vistazo a c¨®mo se hace cine en la actualidad", y sobre ellas siente un puntito de orgullo. No es que se quiera comparar con su fot¨®grafo preferido, Jacques Henri Lartigue, pero disfruta dejando un testamento fotogr¨¢fico de esa profesi¨®n que tanto ama.
Como asegura Bridges, la interpretaci¨®n le ha dado en estos a?os lo que quiz¨¢ ninguna otra de sus experiencias creativas le habr¨ªa facilitado: la posibilidad de vivir una vida en cada rodaje. "Adem¨¢s de aplicar todo lo que s¨¦. Porque, ?para qu¨¦ negarlo? Est¨¢ muy bien hacer de presidente en una pel¨ªcula, pero no s¨¦ qu¨¦ tal se me dar¨ªa en la vida real", vuelve a bromear.
Otra de las alegr¨ªas que le proporciona su carrera como actor es la facultad de hacerse o¨ªr para avanzar en lo que le preocupa. Por ejemplo, su lucha contra el hambre como portavoz de No Kid Hungry o en defensa del medio ambiente en The pollution coalition. "La mayor satisfacci¨®n cuando consegu¨ª el Oscar fue la relevancia que me dio para hacer lo que quiero", agrega de esa estatuilla que preferir¨ªa encontrarse inesperadamente por casa, pero que est¨¢ colocada de una forma mucho m¨¢s convencional "en la estanter¨ªa llena de dorado que hay entre el comedor y la cocina".
Sus planes para el futuro no est¨¢n completamente definidos, aunque si fuera por ¨¦l y en este ambiente de remakes y secuelas, lo que le gustar¨ªa es revisitar The last picture show, un proyecto del que convers¨® recientemente con su director Peter Bogdanovich y su amigo y compositor musical T Bone Burnett, para llevar a la pantalla alguno de los otros libros de Larry McMurtry.
?Y la jubilaci¨®n? ?Est¨¢ esa palabra entre sus planes? No parece. Muy al contrario, a Jeff Bridges se le ve dispuesto a seguir propagando por ah¨ª su infeccioso virus de la interpretaci¨®n. Con sus hijos no tuvo suerte ("m¨¢s que el entusiasmo, les mostr¨¦ todo lo negativo", se disculpa), pero con los dem¨¢s no tiene piedad. "Mi mejor consejo a los actores que empiezan es que escriban sus propias historias. Como Matt. Como Stallone con Rocky. Como Once (de John Carney). ?La ha visto? Esos s¨ª que son el verdadero virus de esta industria. Saben c¨®mo mont¨¢rselo", recomienda, deseoso de propagar lo que llama "el mejor trabajo del mundo".
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